Cuando parecía que ya estaba todo inventado, pese al esfuerzo y amor propio que los artistas locales hacen por la escena local, un rosarino radicado en Francia desde hace 20 años apareció en escena para romper todos los esquemas hasta aquí explorados en el arte circense y volver a la ciudad con el “circo del futuro”. Se trata de Nicanor “Tati” De Elía, quien este sábado, a las 21, presenta su obra “Juventud” en el Teatro La Comedia, con una módica entrada, en el marco del 21º Festival Internacional Payasadas, que organiza la Escuela Municipal de Artes Urbanas (Emau; galpón 15) y la Secretaría de Cultura Municipal.
La obra es una de las dos propuestas escénicas de circo contemporáneo junto a “Copyleft” presentadas en Rosario y Buenos Aires, aunque el anhelo del polifacético malabarista es estrechar lazos entre Francia y Rosario mediante la Alianza Francesa y el Instituto Francés de París, posibilitar el intercambio de experiencias de manera colectiva y seguir explorando el maravilloso mundo del circo contemporáneo. Copyleft, precisamente, tuvo el estreno este jueves en Casa de Cultura, de Iriondo y Garibaldi, en el barrio Alvear, donde la Escuela Municipal de Artes Urbanas dictan talleres a lo largo del año.
La historia de Tati es de película. Desde hace más de 20 años, pasó de hacer malabares en parques y peatonales de Rosario a formar parte del prestigioso Centre Des Arts Du Cirque “Ésacto’Lido” de Toulouse (Francia) después de una exigente selección de entre 150 artistas de todo el planeta. Pasó todas los escollos que se le cruzaron en el camino para conquistar con su talento escénico a quien hoy es la directora de la prestigiosa escuela francesa, Marié Céline, una mujer amable de una sensibilidad y simpatía particular, que quedó maravillada con artistas locales.
Tati y Marie brindaron talleres de exploración durante toda la semana con los y las artistas que toman clases en la Emau en el marco Payasadas 2021, un encuentro de payasos y artistas circenses que nació a pulmón y puro amor propio allá en los albores del 2000 por un grupo de intrépidos artistas rosarinos que fueron los que allanaron el camino para lo que hoy es la institución municipal, de merecido prestigio por la cantidad de alumnos que año tras año viene de distintos puntos cardinales de Latinoamérica para cursar la escuela de circo, malabares y teatro callejero.
El espectáculo
La obra promete cautivar al público de principio a fin. De a uno, cada uno de los cinco malabaristas en escena -vestidos de elegante sport- van desplegando su magia con cada elemento clásico de circo (pelotas, clavas y aros) y desarrollan performances innovadoras al interactuar con un lenguaje corporal inusual en busca de la libertad a partir del movimiento. Allí, cinco cuerpos se buscan y se pierden a la vez para recargarse de energías en una dinámica común. Se trata de un lenguaje transversal que Nicanor se propuso investigar y explorar para llegar a lo que hoy es el denominado “circo del futuro”, lejos de lo que se conoce como Cirque Du Soleil.
Juventud - Cie Nicanor de Elia
“Es malabares y danza, básicamente, pero es una puesta en escena de lo que se enmarca en el circo contemporáneo; tiene juegos de luces y música con muchísimo malabarismo del más alto nivel, ejecutado por artistas egresados del Ésacto’Lido, que cuentan con más de 20 años de carrera. Es accesible para todo tipo de público”, reseña De Elia respecto al show, de manera modesta. La compañía se compone por un francés, un uruguayo, un brasileño y un argentino en escena y el resto de integrantes galos en producción e iluminación.
El proyecto parte de un convenio entre la Alianza Francesa de Rosario, el Instituto Francés de Buenos Aires y de París, el gobierno de Toulouse, Ésacto’Lido y la compañía que dirige (NDE). “Somos nueve integrantes e involucra el trabajo pedagógico de Marie Céline, el artístico de mi compañía con los espectáculos Juventud y Copyleft y una productora francesa (Le Chalumeau), que también participó de esta experiencia en Argentina, Occitanie en scène y Le Grainerie (Toulouse)”.
A orillas del río
Es un viernes caluroso y en el río apenas corre una leve brisa fresca que sabe recompensar a la sombra el abrasador calor bajo el sol. Tati y Marie acaban de terminar de dar la última clase y se toman unos minutos para dialogar con La Capital en medio de una ronda de alumnos que aún absorben como esponjas los conceptos que ambos artistas transmitieron durante toda la semana. Sin embargo, con sincera humildad, ellos aclaran que no vienen a enseñar nada. “Sólo queremos compartir conocimientos e investigar porque nuestra idea es generar un intercambio. Por eso a esta gira preferí denominarla "Saltando el Charco", justamente es la idea que tenemos en mente en el mediano plazo: tender un puente entre Rosario y Francia con las escuelas de circo”.
“El circo en Rosario está avanzando muchísimo, están pasando cosas interesantes a nivel artístico y todas las actividades de la Emau son muy importantes; es realmente maravilloso cómo trabajan con chicos y chicas y crean artistas del futuro”, pondera Nicanor en relación al trabajo que hace la Emau tanto en el Galpón 15 como en los barrios donde interviene para llevar el circo a quienes no tienen posibilidad de llegar al centro o no conocen lo que es el circo.
Es por eso que se enorgullece al recordar sus comienzos en Rosario y lo que después lo catapultó al mundo hace más de 20 años. “Yo empecé como estos chicos y chicas, haciendo espectáculos en el parque España. En aquel momento nos fabricábamos las clavas con botellas de plástico y las pelotas eran de tenis, forradas con cinta; soy heredero de lo que fue el teatro popular y cuando conocí el circo me abrió la cabeza, empecé a viajar a Buenos Aires y tuve la suerte de poder estudiar en Europa en el Lido, pero todo lo que aprendí lo aprendí en los gomeros del parque Urquiza”, rememora respecto a su infancia y adolescencia en la ciudad.
A Marie Celine la conoció cuando realizó las audiciones. Para tener una idea del logro de este artista rosarino, a la Esacto’Lido llegan cerca de 300 carpetas. De esas eligen a cien, luego 30 y después de tres días seleccionan a 12 personas, de las cuales Tati se ganó un lugar para estudiar en la elite mundial del circo. “Es una selección bastante difícil”, acota como si fuera poco, a lo que Marie Celine afirma que Nicanor fue el primer latinoamericano en quedar seleccionado.
“Después llamé a todos mis amigos y amigas y les dije: vengan que esto está buenísimo”, cuenta entre risas cómplices con Marié, quien agrega que “cada año hay un argentino que ingresa a estudiar en la escuela”.
Para tener una dimensión de la formación que recibió y supo cultivar Tati en Toulouse, hoy dirige su propia compañía que lleva su nombre (NDE) y colabora con Ésacto’Lido y le permite tener otros trabajos freelance por el resto de Europa (Bélgica y Holanda, entre otros).
Marie, de paso, cuenta que Ésacto’Lido se fundó hace unos 35 años y desde ese entonces formó artistas de todo el mundo con la lógica circense: una carpa rodeada de gradas y artistas haciendo trucos en escena. Pero esas performances fueron madurando y evolucionando hacia lo que hoy se mezcla con la danza contemporánea, el teatro, la improvisación, el clown y los malabares, algo sencillamente brillante.
Con un castellano bastante claro, Marié cuenta que comenzó en el Ésacto’Lido como profesora de “payaso” (clown) hasta transformarse en directora de la que desde hace tres años tiene el rango de escuela superior a nivel universitario. “Comencé como profesora, luego pasé al teatro e improvisación hasta ser la responsable pedagógica, aunque desde hace tres años soy la directora; es todo un camino (trayectoria)”, comenta.
También destaca el hecho de haber viajado a Rosario. “Disfruto mucho Rosario por la dimensión humana y calidez que tiene la gente que vive acá. Vi muchas cosas: esta relación del río y la cultura, tan cerca del parque y la ciudad. Hemos encontrado un equipo que trabaja mucho y está muy comprometido con lo que hace, la verdad que es una muy buena experiencia y estamos sorprendidos”, valora.
¿Cuál es la idea que tienen en mente de acá en adelante?
N.D.E.: -Cuando hablamos de Saltar el Charco, que es como le pusimos a la gira que realizamos, también pretendemos que ese salto sea para los dos lados (Rosario y Francia). Cuando hablamos con Maríe Celine la idea era crear un puente. No venimos a enseñar nada, venimos solo a compartir y generar vínculos. La idea es volver y poder seguir con este trabajo y ver de qué modo podemos facilitar, junto a la Alianza Francesa y el Instituto Francés, los mecanismos para que chicos y chicas puedan viajar a Francia y viceversa.
M.C.: -También nos sirve para mostrar nuestra tarea pedagogía de la escuela, porque la mayoría de los argentinos y argentinas llegan a Francia sin conocerla. Por eso este trabajo que hicimos acá en Rosario permitirá entender más cuál es nuestra filosofía.
¿En qué se basa ese tipo de aprendizaje?
M.C: -Es simple. La gente viene a acercar sus conocimientos en base a lo que quiere aprender. Es por eso que el trabajo es de persona a persona pero desde un enfoque colectivo, grupal, básicamente.
N.D.E: Se preguntará sobre el circo, pero también respecto a su persona, sus inquietudes, el presente, pasado y futuro y con todas esas cosas se trabajará la conciencia corporal y artística en escena. Es una escuela que se enmarca en lo que es el circo contemporáneo.