Andrés Calamaro está cada vez más cerca de reencontrarse con el público rosarino. A lo largo de 2025, el artista recorrió gran parte de Latinoamérica y Europa, en el marco de una extensa gira que lo llevó por Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Irlanda, España, Francia, Dinamarca, y varias ciudades de Argentina. En este marco, y tras una reprogramación obligada por las condiciones climáticas, se presentará este viernes 21 a la vera del Paraná en la Playa de la Música (Parque Alem).
La música de Calamaro es parte del ADN argentino, de la banda sonora de varias generaciones. La promesa es por supuesto recorrer las canciones de siempre, pero también compartir algunos temas nuevos.
“El salmón” vuelve al mismo escenario en que en 2022 convocó a más de nueve mil personas. En esta presentación, estará acompañado por su banda habitual, formada por German Wiedemer, Julian Kanevsky, Mariano Dominguez, Andres Litwin, y Brian Figueroa. Se suman en la sección de vientos Andrés Ollari y Pablo Fortuna.
Antes de su show en la ciudad, Calamaro habló con La Capital sobre su presente musical y cómo evitar la nostalgia en el repaso de un repertorio tan popular como el suyo.
- Una vez nombraste a “Mr Morales” de Kendrick Lamar como un “modelo de disco excelente en todo”. ¿Qué te interpela de su música y de qué maneras? ¿Qué otros discos (recientes de otros artistas) que en principio no tienen nada que ver con tu sonido te convocan?
No soy bueno divulgando mi algoritmo musical y cultural, tampoco estoy atento a escuchar novedades ni buscando cosas curiosas. Este año estoy más orientado a ver cine y esperar no sin cierta inquietud los recitales.
- En ese final parcial de la gira a mediados de año, dijiste que era la mejor gira hasta el momento. ¿Por qué lo sentiste de esa manera? ¿Hay continuidad de ese sentimiento en este tramo?
Si. En esta parte de la gira nos gustamos más, ya lo percibimos en los ensayos y después en vivo. Queremos mejorar en cada recital, empezamos con una banda más grande, encontrando donde pararnos en el escenario todo, estoy tocando más la guitarra y todos estamos bien y disfrutando ahora en Argentina.
- ¿Sentís que en los últimos años te volviste a enamorar de la gira? ¿Qué encontrás, en este momento de tu carrera, en la posibilidad de llevar tus canciones a distintos rincones del mundo, y que se reciban con mucho amor y agradecimiento?
Bueno, vivo las previas con ansiedad y expectativa, luego el insomnio. Pero en el escenario estamos muy bien y enfocados, y la gira física me gusta, tratar de dormir en hoteles y comer rico fuera de Buenos Aires.El público nos aplaude mucho, escuchan o forman un coro plural con candor y entusiasmo. Amor y gratitud es una combinación humana imbatible.
- Es una época muy movilizada por la nostalgia: regresos de bandas, de formatos, hasta de tecnologías. Llevás cuarenta años haciendo música, ¿qué trabajo hacés junto a la banda para que tus canciones no se vean limitadas o atrapadas en esa nostalgia, tanto para el público como para ustedes?
No pensamos en la versiones de los discos ni los escuchamos, confío en el carácter “próximo” de la música e interpretar en el escenario. Creo que el público no viene a recrearse con el pasado y compartimos episodios de música en tiempo real. Llevar muchos años en esto no compromete necesariamente a la nostalgia, quizás lo contrario. Tocamos las canciones como si recién las estuviéramos descubriendo. La nostalgia no es lo mío en tanto no suelo revivir el pasado con melancolía. Llevo en esto cuarenta años y no puedo repetir dos veces una misma melodía idéntica.