Los registros de cámaras públicas que recrearon el itinerario de la camioneta robada hace diez días a Miguel Hemadi, asesinado a golpes en su casa de Pérez, y el rastreo satelital de su celular situaron a un hombre de 30 años como el sospechoso de ese cruento ataque con fines de robo cometido contra la víctima y su hijo por un grupo de ladrones. Imputado como autor de un homicidio en ocasión de robo, quedó en prisión preventiva en una audiencia realizada este martes en el Centro de Justicia Penal.
El fiscal Alejandro Ferlazzo imputó en esa instancia a Alexis Maximiliano B.A. por el crimen de Miguel Elías Hemadi, un transportista de 59 años asesinado durante un asalto cuando estaba con su hijo en su casa de Pérez el 9 de noviembre pasado. El detenido quedó implicado como coautor de un homicidio en ocasión de robo, agravado por el uso de armas y por ser cometido en poblado y en banda. El juez Hernán Postma le impuso una medida de arresto cautelar por dos años y rechazó un pedido de la defensa para que se le otorguen salidas laborales.
La investigación llegó a este hombre de 30 años, con secundario completo y de ocupación empleado a raíz de rastreos que ubicaron el vehículo Saveiro de Hemadi guardado en la cochera de un familiar, a sólo cien metros de su domicilio de Schweitzer al 8000 en el barrio 7 de Septiembre. Según lo que surge de la pesquisa, se trató de un asalto planificado y con inteligencia previa.
“Miguelito, ya sabemos lo que tenés. Ya sabemos que tenés máquinas viales”, le dijeron a Miguel Hemadi los ladrones que la mañana del domingo 9 irrumpieron en su casa de Juan XXIII y Moreno de Pérez, cerca del camping de la Unión Obrera Metalúrgica. Los asaltantes —un grupo de por lo menos cuatro personas— habían pasado la noche anterior en un Volkswagen Bora a recorrer las inmediaciones.
Un asalto tras otro
A las 7.47 de esa mañana regresaron en el mismo auto. Dos de ellos saltaron ese día el tapial que rodea la casa e ingresaron a un patio. Dieciséis minutos después, en el momento en que el hijo de 21 del transportista sacaba de la cochera la camioneta Volkswagen Saveiro, uno de ellos lo apuntó con una pistola. Le dijo que se quedara callado y lo hizo entrar a la casa.
Una vez adentro los maleantes abordaron a Hemadi padre, lo tiraron al piso junto a su hijo y los ataron de pies y manos. “Ya sabemos lo que tenés”, le dijeron, y a continuación le exigieron dólares. Le colocaron un trapo en la boca que le obturó la respiración, según el fiscal, con intención de matarlo. Luego de buscar por toda la casa sustrajeron un televisor, 400 mil pesos, dos celulares y el automóvil Saveiro de la víctima que seguía en la cochera.
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Para ello, según Ferlazzo, uno de ellos puso en marcha el vehículo y otro abrió el portón de la vivienda y una vez que salió el auto lo cerró. Escaparon en los dos autos. La policía llegó tras un llamado que avisaba sobre un hombre herido pero al arribar los agentes Hemadi ya estaba muerto. El hombre estaba registrado como transportista de cargas pesadas y refrigeradas. Al día siguiente lo despidieron sus “hijos, hijos políticos, nietos y familiares” en una publicación en un diario local. Una semana antes había sufrido un episodio similar: le habían robado dólares y lo habían agredido con golpes en la cabeza por los que requirió asistencia médica.
El resultado preliminar de la autopsia de Hemadi da cuenta de una muerte violenta. Si bien los golpes no tendrían entidad para causar el fallecimiento, se cree que el trapo que le colocaron en la boca le causó la muerte por asfixia.
El escape de la Saveiro
Toda la secuencia del letal asalto duró menos de media hora: a las 8.29 se registró el paso de la chata Saveiro con dos personas y otras dos en el Bora por Rivarola y Las Palmeras, en el límite entre Rosario y Pérez. Desde allí enfiló hacia el barrio 7 de Septiembre, en el noroeste rosarino. En nueve minutos de recorrido los asaltantes llegaron a la colectora de Circunvalación y Juan B. Justo, doblaron en Tarragona y frenaron a la altura del 1200.
Allí el vehículo Saveiro frenó y le dejó paso al Bora, que ingresó primero a la cochera administrada por un pariente del acusado, seguido por el vehículo robado. La imputación precisa que en ese mismo lugar impactó la geolocalización del celular Iphone de la víctima. Como esa información trascendió en las noticias, los asaltantes arrojaron el dispositivo a un volquete de basura. Al día siguiente se ubicó el aparato en el basurero de Ricardone.
Los atacantes mantuvieron el vehículo Saveiro escondido en la cochera por cuatro días hasta que la madrugada del 13 de noviembre, a la 1.46, lo sacaron de la cochera tras abrir el portón con las llaves. Lo trasladaron con otro auto a la par hasta un descampado de la calle 5 de agosto, en la zona sur, adonde ingresaron desde Ovidio Lagos y Circunvalación. Allí intentaron prender fuego la Saveiro para borrar evidencias: primero trapearon el interior del vehículo para borrar huellas y luego lo rociaron con nafta, pero no llegaron a iniciar el incendio porque lograron porque pasó un patrullero. Dejaron el auto abandonado y se fueron.