Este verano, Uruguay tendrá una temporada superior a la anterior. El vecino país espera que cerca de cuatro millones de veraneantes lleguen al país y 2,5 millones serán argentinos. La muy buena conectividad, no sólo con Buenos Aires sino también con Rosario y Córdoba, es uno de los principales puntos que tientan a la hora de planificar un descanso reparador.
A la proximidad geográfica, se le suman las ventajas y beneficios fiscales y la incorporación de más espectáculos al mejor estilo de los centros turísticos tradicionales argentinos. Durante el lanzamiento de temporada en Piriápolis, Benjamín Liberoff, subsecretario de Turismo de Uruguay, aclaró que el país apuesta al turismo durante todo el año y en todo su territorio: "Ya no hablamos solamente de turismo de sol y playa, porque se ha diversificado la oferta y con servicios de calidad", sostuvo.
Pero Uruguay tiene varios lugares clásicos a los que siempre se quiere volver, como las hermosas playas de Piriápolis y las de Punta del Este. El primero de los destinos, es idea para familia con niños pequeños y Punta, es la tentación de los adolescentes y de quienes aspiran a compartir vacaciones cerca de celebridades, entre otros atractivos de ese imponente destino internacional.
Lo cierto es que en familia, pareja, con amigos, o solos, estos dos paradores del departamento Maldonado son los más concurridos y elegidos. Aunque la propuesta de arena y sol es mucho mayor, porque si de algo puede presumir Uruguay, es de las impresionantes playas conformadas por 450 kilómetros de costa a lo largo del Río de la Plata, y 200 kilómetros de costa marítima sobre el Atlántico.
Para combinar. Piriápolis tiene el plus de combinar mar y montañas en un solo destino. Está rodeada por siete cerros. Un city tour no puede faltar durante la estadía en este tranquilo y seguro lugar llamado así por su fundador, Francisco Piria.
Se recomienda recorrer la Fuente de Venus. Se propone ingresar por las estatuas que representan al hombre y la mujer, y dar una vuelta en sentido antihorario para descargarnos de las cosas que ya no necesitamos, como el estrés laboral. Luego, hacer la vuelta en sentido horario y cargarse de la buena energía del lugar.
Los guías turísticos explican que debajo de la plaza corre un serpentín de agua que trasforma nuestro líquido corporal en más liviano. Es por eso que se debe tomar de las canillas para incorporar las energías primordiales de los orígenes del hombre. A la vez, se le pide un deseo a la Venus relacionado con la búsqueda interior que cada uno está haciendo.
El recorrido se puede continuar hacia el Cerro del Toro desde donde hay una imponente vista de la ciudad. Sin dudas, este es un paseo imperdible para grandes y chicos. El animal fue realizado en bronce en tamaño natural y de su boca fluye un pequeño chorro de agua de manantial. Traído expresamente desde París por Piria, el toro pesa aproximadamente tres mil kilos. Cuentan las leyendas populares que tocar los testículos de la escultura trae buena suerte y es por eso que muchos suben para realizar este gesto.
Son casi 250 los metros que separan su cumbre del nivel del mar. Altura que puede ser escalada a pie hasta la cima donde se dice que están enterrados los restos de varios indios. Los senderos que llevan hasta el cerro se delinean entre plantas y árboles autóctonos e indígenas, que agregan una buena cuota de encanto a la experiencia.
El Cerro de San Antonio, es otro clásico paseo. Se caracteriza por tener en su cima una capilla del santo donde los solteros concurren a pedir novias o novios. La vista es imponente, de las mejores para divisar toda la bahía y sacar excelentes fotos.
Se puede ingresar en auto desde la calle Uruguay, o acceder a pie desde el área frente al Puerto. La subida es un ascenso en espiral. En las faldas del cerro, a unos 70 metros de altura, se encuentra la escultura de La Virgen de los Pescadores, con sus brazos abiertos abrazando el mar.
En ese punto está situada la piedra fundacional de Piriápolis y en ese lugar fue donde se celebró la primera misa de la ciudad. Originalmente era de terracota pero fue destruida, y la actual estatua es de hierro fundido. Se llega a ella por unos escalones y ahí mismo se encuentra la Fuente de la Virgen.
Otro atractivo es el Cerro Pan de Azúcar, donde hay una cruz de 33 metros de altura, similar a un edificio de diez pisos. Es el más alto de Uruguay junto con el Cerro de las Animas con poco menos de 500 metros.
No puede quedar fuera del recorrido, el Castillo de Piria, coronado por dos grandes torres que se parecen a las del juego de ajedrez. Fue una de las residencias particulares que tuvo el fundador del primer balneario de este país. Hoy, sin perder la magia y la mística de aquellos años, funciona como museo y es administrado por la Intendencia municipal de Maldonado.
Un paseo en barco con guía incluido, es una excelente opción para días nublados o donde la temperatura está baja para hacer playa. La bahía se caracteriza por ser apacible; aun con vientos fuertes se puede navegar y hacer deportes como pesca, windsurf y navegación a vela.
Otras actividades de verano: para los amantes de los deportes, en febrero se realiza la tradicional corrida que reúne a unos tres mil atletas profesionales y amateurs. Son ocho kilómetros de maratón donde se sube y baja el Cerro del Toro.
Precios que tientan
El turismo argentino en 2016 representó el 72% de los visitantes que arribaron a Uruguay en verano, y este año no será la excepción. Uno de los motivos es porque se mantendrán los beneficios fiscales hasta abril de 2018, siempre que se pague con tarjeta de crédito -sumado a las ventajas que cada tarjeta puede ofrecer- y de débito.
Estas ventajas son el cero por ciento de IVA en hoteles, devolución del IVA sobre servicios turísticos gastronómicos (18%), devolución del 10,5% en alquileres de inmuebles y autos, y régimen de Tax Free con tarjeta de crédito en ropa o calzado en comercios que estén adheridos. Este descuento alcanza aproximadamente al 14 %, y el trámite hay que realizarlo en la Aduana. Tener en cuenta que hay que solicitar en el comercio vendedor el comprobante para poder gestionarlo a la salida del país.
También hay buenos precios en electrónica, más allá de que no haya ningún descuento extra en ese rubro. Siempre es mejor pagarlos con tarjeta de débito, porque se tiene en cuenta la cotización oficial del dólar en ese momento. En cambio, si se abona con crédito, se tomará la cotización del dólar del día de cierre de la tarjeta. Pagar con dinero argentino es perjudicial por cuanto se pierde en el cambio, es más conveniente hacerlo con dólares.
A estos tentadores atractivos hay que sumarle la ventaja de que los rosarinos pueden viajar en avión con Aerolíneas Argentinas que agrega frecuencias y destinos para la temporada estival, entre las que está Punta del Este desde Fisherton. Por tierra, la distancia es de 700 kilómetros y se puede ir por el Puente Internacional General San Martín. Los peajes se abonan en pesos uruguayos, pesos argentinos, reales o dólares. En ómnibus, empresa General Artigas (EGA) tiene coches muy confortables con servicios a bordo y van directo de Rosario a Punta, parando también en Montevideo y Piriápolis.
Precios en Piriápolis
Pagando con débito o crédito, un menú turista de tres pasos en la Corniche, con bebida cuesta unos 300 pesos argentinos. Comer platos gurmet, con mariscos o pescados frente al mar en restaurantes como La Trattoria Da Piero o Craken, tienen un costo de unos 460 pesos por persona. El menú incluye entrada de mariscos, plato principal, café, un buen vino Tanat, agua y postre. Un menú más económico ronda los 20 dólares que, pagando con tarjetas y descontando el IVA uruguayo, queda en 14 dólares, algo menos de 300 pesos por comensal.
Los hoteles tres estrellas salen entre 100 y 130 dólares por día. Un departamento de dos dormitorios entre 150 y 200 dólares diarios.
Alojarse en Punta del Este
Se pueden conseguir departamentos desde 150 dólares de un solo ambiente, con dos dormitorios desde 250, y los hoteles parten desde 200 dólares la habitación. El abanico de precios en alojamientos es enorme, los hay desde los más accesibles hasta los premiun a precios internacionales.
Espectáculos
El hotel Enjoy Punta del Este Resort & Casino (ex Conrad) programó una temporada con eventos sin precedentes que incluyen espectáculos musicales, teatrales y fiestas con prestigiosos DJs internacionales.
El show de Stravaganza de Flavio Mendoza, es una de las grandes apuestas. Encabezado por el humorista uruguayo Maxi de la Cruz y la modelo y conductora Claudia Fernández, cuenta además con reconocidas figuras del espectáculo rioplatense como Gisella Bernal, Abigail Pereira y Barby Franco. Las funciones son de miércoles a lunes.
También se puede ver la comedia "Falladas", dirigida por José María Muscari, todos los martes a las 22. Las entradas para ambos espectáculos pueden adquirirse en Red UTS y boleterías del resort, en el caso de Satravaganza los precios oscilan entre 40 y 100 dólares. Para Falladas el costo va de 690 a 990 pesos.
El 5 de enero llegará uno de los máximos referentes de la música romántica, el cantautor mexicano Cristian Castro. Al igual que todos los años, Ovo Beach, el parador emplazado frente al hotel en la playa Mansa, brindará un amplio abanico de actividades para disfrutar en un lugar que combina relax y mucha diversión. Como en toda las temporadas, contará con el ciclo de Ale Lacroix & Friends. El reconocido DJ musicalizará los atardeceres acompañado de importantes figuras.
En tanto, Ovo Nightclub, la discoteca más destacada de la región, reúne destacados DJs de la escena nacional e internacional. El Enjoy cuenta con 294 habitaciones, todas con vista al mar, entre las que se incluyen 41 lujosas suites. Por su parte, el casino ocupa un área de 4.000 metros cuadrados, donde se distribuyen 550 slots, 75 mesas y una sala de póquer. El resort también dispone de siete restaurantes y bares, y 14 salones para conferencias y eventos que permiten albergar hasta 5.000 invitados.
En buenas manos
El 21 de diciembre pasado el Estado uruguayo adjudicó la licitación pública internacional para la concesión del Argentino Hotel Casino y Ressort a la empresa Nifelar SA, que ya venía administrando el edificio desde hace varios años, y cuya directora es Renee Pereira de Méndez Requena.
En buenas manos
El 21 de diciembre pasado el Estado uruguayo adjudicó la licitación pública internacional para la concesión del Argentino Hotel Casino y Ressort a la empresa Nifelar SA, que ya venía administrando el edificio desde hace varios años, y cuya directora es Renee Pereira de Méndez Requena.
El Argentino Hotel es de esos edificios que, si nos tomamos un minuto y prestamos atención, nos hablan de otros tiempos. A veces tan lejanos que es como si hablaran de otro mundo. Del estilo de otros emblemas de la época, como el bulevar Atlántico de Mar del Sud, o el ahora recuperado Hotel Carrasco, el Argentino, como si fuera un gran elefante cansado, sigue mirando el mar, a 87 años de su inauguración.
Golpeada por los años, la enorme fachada resiste estoicamente en la costanera, como para recordarnos que Piriápolis fue, alguna vez, el balneario más distinguido de Sudamérica. Como toda la ciudad, el hotel fue fruto de la visión de Francisco Piria, que supo imaginar un lugar de veraneo para la alta sociedad donde no había más que arena y pastizales.
Y allá por 1920, Piria pensó en un descomunal hotel de seis pisos, 120 metros de frente y 70 de fondo, para nada menos que 1.200 huéspedes. Ya desde los planos, era uno de los más grandes de Sudamérica, y la piedra fundamental la colocó el entonces presidente de Uruguay, Baltasar Brum. Fue el primer hotel con instalaciones de talasoterapia -duchas y bañeras para baños de agua de mar fríos y calientes- y tenía salones de peluquería y manicuría, lencería de hilo traída de Italia, vajilla llegada de Alemania, mobiliario de Austria, cristalería de Bohemia.
El hotel se inauguró el 24 de diciembre de 1930, en pleno boom de un balneario a cuyo puerto llegaban desde Buenos Aires -previa escala en Montevideo- los barcos de El Vapor de la Carrera, con familias de apellidos ilustres y bolsillos amplios que disfrutaban de una villa de la riviera francesa en el Río de la Plata, con tanto estilo y elegancia que hasta tenía tres fuentes y un castillo: el Castillo de Piria, hoy museo. Piria lo llamó Balneario del Porvenir, y soñó con convertirlo en el balneario más importante de esta parte del continente. Hasta tuvo un trencito que recorría la costa.