"Me estalló el WhatsApp", dice Sergio Lupo, especialista en clínica médica, referente en Rosario y la región en el abordaje del VIH sida. Los incesantes mensajes de los pacientes tienen que ver con la noticia que se conoció este lunes: una paciente santafesina a la que le habían detectado VIH en 2013 eliminó en forma natural el virus, al punto de que no pudo detectarse carga viral a través de tres estudios muy precisos que se le hicieron en el exterior.
La mujer, de 30 años, fue estudiada por un equipo de profesionales de Boston, integrado, entre otros expertos, por la científica argentina Natalia Laufer, del Instituto Inbris, de Buenos Aires. Lo que se sabe es que el sistema inmunológico de la paciente -que vive en la localidad santafesina de Esperanza- no dejó rastros detectables del virus, pero se ignoran qué mecanismos lograron esto.
La paciente no hizo ningún tratamiento, simplemente la fueron controlando y observaron que aún cuando tenía anticuerpos el virus no era detectable ni con los más sofisticados métodos disponibles a nivel mundial.
El caso, que tuvo impacto mundial, fue publicado este lunes en la revista científica Annals Of Internal Medicine y se conoce como "Hope" (esperanza en inglés) tanto por la localidad en la que vive la paciente como por el impacto que tienen en el mundo científico, médico y por supuesto en los pacientes.
Es el segundo que ha sido dado a conocer mundialmente, con estas características.
Expectativas y cuidados necesarios
Son los pacientes, justamente, los que preocupan a Lupo. En Rosario unas 5.000 personas están en tratamiento. De ellos, la mitad se atienden en el Instituto Caici y en el Hospital Centenario, con equipos que coordina este profesional.
"Cuando se conocen noticias como ésta la expectativa es enorme. Algo completamente comprensible. Pero tenemos que considerar que este caso, que ha sido muy bien documentado y estudiado en profundidad, forma parte de un grupo muy pequeño de pacientes a nivel mundial que son lo que llamamos controladores de élite del VIH", explicó en diálogo con La Capital.
Son menos del 1%. "Nosotros, en Rosario, tenemos algunos con las mismas característica solo que no podemos hacer los mismos estudios ultransensibles con tecnología muy específica que le hicieron a la mujer de Esperanza", contó Lupo.
"A esos pacientes nosotros los controlamos una vez al año y vemos que siguen con carga viral indetectable y con inmunidad conservada. Son personas que no desarrollaron la enfermedad, al igual que la chica santafesina: los diagnosticamos y cuando le hacemos los estudios con los testeos con los que contamos nosotros (que son los que existen en el país) no encontramos rastros del virus. Eso no significa que más adelante la situación se modifique", aclaró el especialista.
De hecho, la investigadora principal del estudio en el que se incluyó el caso de Esperanza, señaló en una entrevista: "Nunca vamos a estar ciento por ciento seguros de que no hay absolutamente ningún virus funcional en ninguna parte del cuerpo".
Lo cierto es que en la práctica, esta paciente, como otros controladores de élite, tienen una vida sin complicaciones de salud y no reciben terapia alguna.
"Lo que les digo a mis pacientes es que se sigan cuidando, que acudan a las visitas médicas, que tomen la medicación como se les indicó. Este caso es alentador y permitirá seguramente que se hagan más investigaciones que pueden derivar en nuevas terapéuticas pero eso es a futuro", puntualizó Lupo.
Lo que viene y lo que hay
"Cuando hay un suceso como este, hablamos de cura funcional. No de cura a secas. Sí podemos decir eso de los dos pacientes con VIH conocidos como el paciente de Berlín y el paciente Inglés a quienes se les aplicó una cura esterilizante con trasplante de médula", comentó Lupo.
Hay otro grupo integrado por aquellos que iniciaron un tratamiento y que por alguna razón no buscada lo interrumpieron y al tiempo se observó que no tenían carga viral detectable. "En algunos casos eso duró un tiempo, en otros fue más prolongado", explicó el médico.
Lupo consideró que la cura esterilizante encuentra en el caso de Esperanza más elementos para que se avance en ese sentido. "De allí que es importante lo que está publicado pero en el presente corresponde que las personas que tienen el diagnóstico y que están siendo tratadas sigan las indicaciones médicas, cumplan con el tratamiento propuesto y asistan a sus controles. De aparecer más novedades a futuro lo ideal es que los encuentre en el mejor estado físico posible", reflexionó.
La terapia génica que ya se aplica a otras dolencias o síndromes genéticos también es un camino que se empezó a transitar en el campo del VIH.
Lupo comentó que hoy existe una línea de tratamiento que es usar vacunas terapéuticas, más antiretrovirales y activadores de reservorio (unas moléculas que fortalecen la inmunidad).
En tanto, en el marco de la prevención, ya está avanzado el ensayo clínico mundial que está probando la vacuna para evitar el contagio. En Rosario hay 90 personas en seguimiento a las que ya se le aplicó la tercera dosis (son cuatro). En poco más de dos años estarán los primeros resultados de eficacia y seguridad.
A su vez, Lupo comentó que durante la pandemia "parecía que habían disminuido los casos pero vemos que se trató más que nada de una demora, en este momento estamos diagnosticando todas las semanas en Rosario, así que es muy importante cuidarse y además testearse".