La comisión de Seguridad y Convivencia Ciudadana del Concejo recibió el reclamo de vecinos de la zona donde están las ferias populares más grandes de Rosario, quienes piden que haya más control por parte del municipio, en especial de Tránsito y de la Agencia de Proximidad.
Se trata de personas que viven en las adyacencias de la feria de la plaza Pocho Lepratti (Liniers y Vélez Sársfield); la Saladita de la plaza Homero Manzi (avenida Bermúdez y Lainez); y la del Tanque (Rouillón y Maradona), que son las más grandes, seguida por detrás por la de los Eucaliptos (bulevar Segui y Zola); y la de Génova y Chaco.
Los habitantes se quejan de que cuando funcionan las ferias viven un auténtico caos, que en algunos casos llega a ser cinco días a la semana. Cocheras tapadas, paradas de colectivos bloqueadas, invasión de veredas con los puestos, problemas de convivencia y suciedad constante, son los principales reclamos.
Algunos testimonios son dramáticos: una mujer de la zona de la Pocho Lepratti tiene un familiar con un problema grave de salud y cuenta que a veces, producto de los autos que estacionan en la puerta de su casa, no puede salir con su vehículo ante emergencias, y las ambulancias no pueden llegar.
Desde hace algunos años, las ferias vienen creciendo en Rosario y son el único sustento de trabajo de muchas familias. Cada vez son visitadas por más gente que se acerca a comprar por los precios populares, y eso está generando conflictos en la zona. Por eso los ediles de la comisión decidieron tomar cartas en el asunto. El pedido ingresó por mesa de entrada y la semana que viene los recibirán formalmente en audiencia para escucharlos de primera mano.
“Para la mayoría de los vendedores, las ferias son una manera de llevar unos mangos extra a casa para mantener la familia. Y en muchos casos, su único sustento. Pero a cada feria que voy, también hablo con los vecinos del lugar que me cuentan los problemas que les genera tanto movimiento en su barrio”, apuntó Lisandro Cavatorta, presidente de la comisión y quien llevó el reclamo al cuerpo legislativo.
El concejal justicialista marcó que en sus recorridas vio “nula o muy poca” presencia de agentes municipales, pero celebró los operativos de presencia policial con caminantes fijos en la feria Manzi. Además, dijo que “hasta los propios feriantes quieren que haya más operativos de control municipal y reglas claras”, y se comprometió a trabajar desde el Concejo en ampliar los derechos de esos trabajadores.
Por eso, pidió la intervención de la Secretaría de Control, bajo el argumento de que “sin la presencia del Estado municipal en el territorio, con operativos específicos, interviniendo para lograr acuerdos de convivencia entre vecinos y feriantes, el problema seguirá y se agravará”.
Prevenir
“Es un hecho consumado, varias ferias ya se han instalado de manera definitiva en la ciudad, y ante la situación social que tenemos es un fenómeno que se va a intensificar. Por eso los vecinos piden que se generen mecanismos de control municipal, para que el entorno no sea caótico”, señaló por su parte Carlos Cardozo, integrante de la misma comisión.
Para el edil de Juntos por el Cambio, una de las posibilidades es que “se acote la cantidad de días”, porque por ejemplo la feria de Ludueña (en la ex Plaza Mármol) está funcionando cinco días por semana. También propuso que si es necesario, se convoque a la policía para mantener las cuestiones de orden y organización.
En ese sentido, aclaró que vecinos y concejales no niegan la realidad de que “las ferias son un instrumento de la gente para parar la olla, tanto los que venden como los que compran”. Por el otro lado, entiende que es necesario un censo y registro pare empezar a darles un marco de formalidad.
“Se podrían generar playones, sanitarios y tablones fijos de cemento para terminar con esta historia de que se monopolizan los alquileres y se generan conflictos. O sea, darle también un marco para que puedan trabajar de manera más digna”, finalizó.