Dos semanas atrás el movimiento de un preso de alto perfil alojado en una cárcel federal puso en alerta al sistema penitenciario santafesino y de las prisiones federales que contienen a privados de la libertad rosarinos. El pasado jueves 8 de febrero Uriel Luciano “Lucho” Cantero fue trasladado desde la Unidad Residencial Ingreso del pabellón 7 de la prisión federal de Marcos Paz hacia la Unidad Residencial Nº5 del mismo anexo. Al ingresar, el hijo del asesinado líder de la banda de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero, fue increpado por dos pesados de nuestros pagos _Alan Funes y Francisco “Fran” Riquelme_ quienes le hicieron saber que en ese pabellón, al menos, el apellido Cantero era visitante. Si bien esa incidencia intramuros fue minimizada desde el Ministerio de Seguridad provincial, alcanzó para que las unidades penitenciarias con presos rosarinos fueran puestas en alerta, según información sensible a la que tuvo acceso este diario.
Desde el inicio de la gestión del gobernador Maximiliano Pullaro su hombre en la Seguridad, Pablo Cococcioni, planteó como eje de su trabajo recuperar el control territorial de las cárceles en las que existen presos denominados de alto perfil, “una categoría de reclusos que no corresponde con el delito cometido sino a su desempeño. No obedece al hecho punible sino a un perfil criminológico” explicó el ministro en una entrevista con este diario publicada el pasado 24 de diciembre.
Hay presos de alto perfil en cárceles bajo el servicio penitenciario santafesino, pero también los hay, alrededor de 40, en el ámbito de las cárceles federales fuera de los límites de la provincia. Es en este último contexto donde se dio el cruce entre Lucho Cantero, Alan Funes y Fran Riquelme.
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A poco de ingresar, Lucho fue encarado por Funes, pesado de la zona sur que trabaja en consonancia con René “Brujo” Ungaro, y por Riquelme, hombre de Ludueña que cuenta con una franquicia de Esteban Alvarado. Funes dijo a viva vos saber quién era y Riquelme arremetió diciendo que el hijo del Pájaro tenía que bancar “con el pecho las balas que le van a venir a su familia en la calle”. Acto seguido, Riquelme pidió una audiencia con el jefe interno de la unidad residencial 5 y le planteó su disconformidad con la llegada de Cantero.
Y siguiendo en la misma sintonía, pidió el traslado a otra unidad. “Si no; la voy a repudrir” dijo el hampón, advirtiendo que motivaría una “manifestación en la puerta del penal”. De regreso al pabellón, siempre según la información a la que accedió este diario, Riquelme habló con Funes y este último espetó a los gritos: “La vamos a pudrir, vamos a traer a toda la villa en micros a cortar la calle”.
Si bien desde el Ministerio de Seguridad provincial se le bajó el precio al incidente, La Capital confirmó que se emitió un alerta a las autoridades penitenciarias y policiales ante la posibilidad de que ese cruce de palabras intramuros pudiera traducirse en incidentes en las cárceles o balaceras en las calles de Rosario.
Los protagonistas
Lucho Cantero tiene 21 años y está sindicado como uno de los líderes de las tres bandas que tienen como origen a la familia Cantero. Lucho es el heredero del Pájaro, asesinado el 26 de mayo de 2013, y según varias investigaciones judiciales, tiene su propio emprendimiento. Luego está la banda de su abuelo, Ariel Máximo “Viejo” Cantero, y la de su tío Máximo “Guille” Cantero: Los Monos. En diciembre pasado fue sentenciado en proceso abreviado a la pena de dos años de prisión efectiva como autor del delito de tenencia simple de drogas por el Tribunal Oral Federal 3. Además está acusado en el fuero provincial por liderar una asociación ilícita dedicada al robo de vehículos, extorsiones, al menos tres homicidios y venta de drogas.
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Días atrás los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra solicitaron para él una condena de doce años por una serie de delitos que van desde extorsión y amenazas hasta la portación de un arsenal de 20 armas de fuego de guerra aptas para disparar y más de 700 municiones que fueron secuestradas en enero de 2022, cuando se realizó un allanamiento en su casa de Caña de Ambar al 1700. Con ese telón de fondo, Lucho fue conducido el jueves 8 de febrero dentro de la cárcel de Marcos Paz desde la unidad de ingreso a la unidad residencial Nº5 del pabellón 7, que consta con 14 plazas. Vale recalcar que en Marcos Paz está alojado Guille Cantero.
Funes y Riquelme se transformaron durante enero en los “malos del momento” para la opinión pública local, ya que a partir de la adhesión de la provincia a la ley nacional de microtráfico les fueron derrumbadas propiedades en las que, según investigaciones de la justicia provincial, funcionaron puntos de venta de drogas.
Funes cumple condena a 35 años de prisión por homicidio y asociación ilícita y tiene un pedido de prisión perpetua por el asesinato de Mariel Lezcano, ocurrido el 13 de octubre de 2021. Riquelme, por su parte, está imputado como presunto líder de una banda integrada por alrededor de 15 personas, varias de ellas menores de edad, lo que agravó la calificación, en un serie de hechos violentos cuyos capítulos aún se escriben por estos días. También fue acusado de amenazar al gobernador Pullaro.