“No sé cocinarte, pero sí sé darte amor. Si lo que quieres es que esté encerrada, entonces no, la respuesta a tu pregunta es no”, le dice Becky G a Maluma en la canción “La respuesta”. “Todas las babys quieren party, un comentari’ fuera de lugar y te vamo’ a romper”, canta Karol G en “Bichota”. “Cuando quiere pone stop, la nena siempre está al top para darle duro a ese candy perreo”, entonan las argentinas Cazzu y María Becerra en “Animal”, el hit reggaetonero de 2021. Las cuatro son mujeres que pisan fuerte en la escena urbana mundial y que representan a otras miles que cantan, bailan y las escuchan.
Si bien cuando se piensa en el reggaeton lo primero que viene a la mente de muchos es “A ella le gusta la gasolina” con la voz de Daddy Yankee o algún otro hombre cantando letras bastante machistas, en los últimos años el panorama cambió y esa transformación, por supuesto, vino de la mano de las mujeres. Tanto en la letra de las canciones como en la danza, de la que surgen cada vez más profesionales. “Es parar de victimizarnos en el hecho de que fue duro, nosotras ya tenemos el espacio, desde el año pasado ya estamos en las plataformas, ya nos nominan a premios y somos parte de los remix más importantes. Más que pelear por nuestro lugar, es saber que demostramos que podemos hacer cosas grandísimas”, dijo Karol G en una entrevista en 2018, cuando le consultaron por la representación de las mujeres en el reggaeton.
Y la artista colombiana no se equivocaba. Para la segunda semana de junio de 2022, en Argentina las listas de Spotify son encabezadas por mujeres y sus canciones de reggaeton. La lista de éxitos del país la lideran cuatro canciones que se enmarcan en el género y las interpretan María Becerra, Emilia Mernes, Nicki Nicole, Tini y Cazzu. La lista de Top 50 en Argentina la lidera Tini con “La Triple T” (un estilo similar al reggaeton), le siguen “Te felicito” y “Ojitos lindos” (de Shakira, Raw Alejandro y Bad Bunny) y en cuarto lugar está “Ojalá”, un reggaeton de “lloriperreo”, como lo definió su autora María Becerra.
Maria Becerra, Cazzu - ANIMAL (Official Video)
La explosión del reggaeton no se da sólo en el ámbito musical, sino también en el baile. En los videoclips y en las cuentas personales de redes sociales hay cada vez más mujeres y hombres bailando al ritmo del perreo. Pero hay una crítica que esta música latina no se puede quitar y tiene que ver con su constante apelación al cuerpo y a las relaciones sexuales.
Carolina Justo es doctora en Ciencias Sociales y Magíster en Comunicación y Cultura y analiza las configuraciones sociosexuales y de género en los medios masivos de comunicación. En diálogo con La Capital, sostuvo que “hay un fenómeno que se viene generando hace tiempo, pero que en Argentina fue tomando fuerza durante los últimos años con la mayor circulación de la agenda feminista, que tiene que ver con una crítica a los estereotipos que crea la industria cultural. Por otra parte, también hay una gran apropiación de las mujeres y de los feminismos de esos productos culturales”. En esa línea, explicó que la transformación es evidente y no se puede negar. Es cierto que aún hoy las canciones —incluso las escritas e interpretadas por mujeres- siguen teniendo como ejes principales el sexo, el amor y los cuerpos, pero hay algo que no se puede pasar por alto y es que las letras ya no están cargadas de machismo, violencia y estereotipos de género. O al menos, en la mayoría de los casos.
Martín Stura es un bailarín argentino de estilos urbanos, entre ellos el reggaeton. Sostiene que al bailarlo se siente confiado, provocador, versátil y animal. Además asegura que el ritmo lo traslada a su infancia, ya que creció escuchando esta música. Señala que lo importante a la hora de analizar el reggaeton es entender su historia. Para él las letras cambiaron y ya no sexualizan a la mujer, sino que hablan de los temas que la época y los jóvenes ponen en foco. “No es una cuestión de género, es algo de la época, de la forma de hablar que tenemos que es más vulgar y transparente”, remarca. Martín también dice que es importante diferenciar el baile de la vida real. “Hay muchas discusiones sobre cómo bailan los niños, si por su edad está bien o mal que lo hagan. Lo cierto es que nadie se muestra en la vida como es bailando, todos tenemos un ego aparte, un estilo y hasta un personaje distinto al bailar. Vivir y habitar ese personaje no debería perturbar a nadie”, reflexiona.
UN LADO OCULTO. Fue la cantante colombiana Karol G quien dijo que con su música las mujeres, más que sentirse ofendidas, sienten que tienen un contenido para ellas. “«Mi cama», por ejemplo, es una canción que cuenta la historia de una chica que le dice al novio que ya no va a jugar con ella, que se siente linda, coqueta. Habla de una mujer dueña de sí misma, de su cama, de su placer, de su tristeza y de su rabia”, explicó, y agregó que el lado de las mujeres “estaba oculto” en el reggaeton y ya no lo está más.
KAROL G - Mi Cama (Official Video)
La doctora Justo remarcó que, así como la industria cultural se toma de la agenda feminista, las mujeres también se apropian de sus producciones. “Muchas veces no podemos decir que lo logrado es lo que soñamos, pero sí es un gran cambio”, indicó. Si bien la tensión entre los feminismos y las industrias culturales existe, es importante salir de esa dicotomía que no lleva a ninguna respuesta. Preguntarse por qué las canciones siguen hablando del sexo y de los cuerpos aunque estén hechas por mujeres o por qué a algunas chicas les gusta bailar esos temas puede generar discusiones que nunca terminan. Tal vez, lo que haya que preguntarse es cómo ocurren las transformaciones, a través de qué y de quiénes, cuándo las involucradas pueden actuar como agentes de cambio, cuáles son las posibilidades de generar cambios que tienen, con qué recursos cuentan, a quiénes representan y a quiénes no, a quiénes afectan. “Hay muchos casos en la historia de la industria cultural que son evidentes agentes de cambio: está Madonna, está Nathy Peluso con su cimbronazo a los estereotipos corporales o el proyecto de Chocolate Remix”, ejemplificó.
En una de sus investigaciones, Justo consultó a las bailarinas de “Showmatch” qué sentían al bailar ciertos ritmos o realizar todos los movimientos frente a las cámaras y semidesnudas. “Sus respuestas mostraron que son conscientes de lo que hacen pero también que van tomando decisiones para resignar algunas cosas y otras no. Por ejemplo, nunca resignaban el profesionalismo ni la técnica pero si aceptaban usar una tanga y no se sentían abusadas por eso”, explicó. “Lo que hacían era actuar y agenciar sobre márgenes acotados, que es lo que nos pasa a todos porque nunca podemos tomar decisiones sin tener ninguna limitación”, sostuvo.
En esa misma línea destacó que tal vez las cantantes famosas de reggaeton también toman decisiones entre lo que quieren resignar y lo que no, pero muchas veces cuando ellas hacen alusión a acciones sexuales también lo hacen conscientes o porque así lo desean. “Es importante saber que no todo producto cultural es un manifiesto y que lo necesario es no asumir que lo que alguien canta o baila es lo que quiere en realidad”, aclaró.
DECISIÓN POLÍTICA. “Defensora del perreo”, así se define Tatiana Sánchez Rojas. Es colombiana pero hace años que vive en Barcelona y asegura que migrar la hizo volverse más colombiana, más latina y “acuerparse más del reggaeton”. Para ella es un género de música nacido y expandido principalmente en Latinoamérica y el Caribe que funcionó como un altavoz para las comunidades negras y migrantes, y fue la respuesta a la represión de los gobiernos, la policía y sus discursos. Por todo eso, para ella significa libertad, memoria, historia e identidad. “Me siento feliz, me encanta ir a la pista, pintarme los labios, no peinarme y bailar hasta sudar. Es mi forma de decirme que soy una bichota y las bichotas salen a comerse el mundo más allá de que tengan una vida de mierda”, sostuvo, haciendo referencia a un término que Karol G puso de moda en todo el mundo con uno de sus últimos hits.
Tatiana dice que bailar reggaeton es liberarse pero que también es cantar la propia sexualidad, sin miedos. Señala que se siente cada vez más representada por las canciones de las mujeres reggaetoneras y que bailar este ritmo es una forma de revolución. “Nuestros culos son territorios de poder y nosotras nos acuerpamos en esos territorios con quienes queremos, dónde y cuándo queremos”, dijo. Es que para Tatiana escuchar y bailar reggaeton es una decisión política. “El reggaeton muchas veces es machista, pero ¿qué género está libre de machismo en una sociedad atravesada completamente por el patriarcado? Por eso buscamos romperlo desde adentro y nos reapropiamos de la pista de baile o de la calle, donde nos quieren castigar y estigmatizar”, apuntó.
La joven además recordó una parte de la canción “Yo quiero bailar”, de Ivy Queen, una de sus mayores referentes. En 2003, esta cantante puertorriqueña escribió: “Yo quiero bailar, tú quieres sudar y pegarte a mí, el cuerpo rozar. Yo te digo sí, tú me puedes provocar, eso no quiere decir que pa’ la cama voy”. En 2020, el mayor exponente mundial del reggaeton, Bad Bunny, lanzó su canción “Yo perreo sola”. Además de vestirse de mujer para filmar el videoclip, Bad Bunny deja claros mensajes contra los abusos de confianza y la violencia machista como “que ningún bobo se le pegue”. Por último, al final escribe: “Si no quiere bailar contigo, respeta, ella perrea sola”.
Ivy Queen Yo Quiero Bailar HD
Para Carolina Justo también se trata de eso, de diferenciar lo que se canta y se baila de la realidad. “Puede ser que cuando alguien baile y cante «Dame más gasolina» lo desee de verdad y no está mal, pero también puede ser que no”, advirtió. Para quienes estudian las expresiones culturales como el reggaeton o para quienes lo cantan o bailan, la cuestión está un poco más clara: el problema es que alguien de afuera lo sobreinterprete o lo traduzca en otras prácticas, como por ejemplo las sexoafectivas, porque eso implica pasar a otra acción, en otra escena que requiere de nuevas negociaciones y sobre todo, consentimientos. Porque al final, la única e inquebrantable barrera es y debe ser esa.
BAD BUNNY - YO PERREO SOLA | YHLQMDLG (Video Oficial)