“La creatividad nace de la angustia, como el día nace de la noche oscura”, es una frase de Albert Einstein y alimenta ese dicho popular que asegura que de las crisis surgen las oportunidades. Movilizados por las frustraciones que trajo la pandemia y sus graves consecuencias para la educación, la economía y el entramado social, un grupo de padres entusiastas se reunió en diciembre del 2020 y en una especie de dinámica al estilo “sombreros de colores”, comenzaron a buscar alternativas para motivar a los jóvenes de la localidad de El Trébol. De ese encuentro signado por la preocupación sobre el futuro de sus hijas e hijos, surgieron distintas ideas, y en una noche de desvelo, se hizo claro el horizonte: «¡Hagamos una Escuela Agrotécnica!».
La propuesta germinó en medio del insomnio de Gustavo Benzi -Ingeniero Agrónomo y padre de uno de los actuales alumnos- que en poco menos de un año se convirtió en presidente de la Asociación Civil Agrotec, una organización que da vida, impulso y sustento a la Escuela Agrotécnica Preuniversitaria “Libertador General San Martín”, sede El Trébol, que en diciembre del 2022, dos años después de aquella trasnoche, ya completó su primera cohorte de 17 alumnos que terminaron primer año.
La secundaria es una extensión áulica de la Escuela Agrotécnica de Casilda, perteneciente a la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Funciona en un campo que fue cedido hasta que se junten los fondos para comprarlo, recibe donaciones de empresas de la región, y se sostiene también por los ingresos de la producción agrícola que se realiza en parte del predio.
En solo dos años, el proyecto ya tuvo sus primeros frutos: el avance de la primera generación de chicas y chicos que transformaron la tristeza de la pandemia por el orgullo de aprender a encontrarse con la naturaleza, la tierra, los animales y fomentar desde la escuela media esa pasión por el trabajo en el campo.
Carolina Costagrande es una de las impulsoras del proyecto y recuerda cómo consiguieron el lugar que se transformó en la casa de la escuela. “Empezamos a averiguar, a investigar, se incorporaron más conocidos al grupo, muy buena gente, noble, de trabajo y con ganas de mejorar la sociedad en la que vivimos”, contó para recordar que en una recorrida con Gastón Funes, gerente general y director de Las Taperitas S.A, una importante empresa agropecuaria de la región, se planteó la idea y enseguida ellos ofrecieron el predio conocido en la zona como el Ex Tambo 20. De esa conversación surgió una reunión con el directorio de la empresa al cual le presentaron el proyecto de la escuela, y eso impulsó la creación de la Asociación Civil Agrotec necesaria para poder producir y recibir donaciones. “Siempre estaremos agradecidos por tanta generosidad”, exclamó Costagrande.
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Luego surgió el vínculo con la UNR que “es muy sólido” y dio el marco académico para crear el plan de estudio. “Desde el primer día que pudimos compartir la idea con el rector Franco Bartolacci y su equipo, ellos abrazaron nuestra propuesta, nosotros queríamos abrir la escuela en el 2022 y fuimos muy insistentes con esto. La frutilla del postre fue cuando Franco nos propuso que para abrir en 2022 podría funcionar como una extensión áulica de Casilda. Así que en febrero de este año nos reunimos con la directora Graciela Mandolini y su equipo y ahí se asentó la magia de este proyecto”, relató Costagrande. “Tuvimos una sensación muy linda desde esa primera reunión y nos cargamos con la energía necesaria para hacer la escuela en una vivienda rural. En su visita a El Trébol, cuando Graciela vio el lugar nos dijo: «La escuela tiene que comenzar acá, tienen todo» y ahí nos motivamos, logramos adaptar la vivienda como aula, dirección, preceptoría y sala de profesores, y hasta transformamos el garage en aula taller, todo eso en dos meses”, describió.
La localidad ubicada en el centro de la provincia de Santa Fe padece el mismo desencanto de los jóvenes que avizoran su futuro lejos de Argentina. Este grupo que empezó con cinco personas - Liliana Istueta, Cecilia Michelotti, Patricio Pedrana, Gustavo Benzi y Carolina Costagrande- lo que se propuso fue que la escuela sea un canal para contagiar la pasión por el trabajo en el campo, que se pueda visualizar que la tarea agropecuaria está muy tecnologizada, algo que suele atraer a los jóvenes, que conozcan que se pueden manejar tractores desde una aplicación, controlar el crecimiento de cultivos a través de programas especializados y que también existe un alto compromiso por el cuidado del ambiente. “Lo que queremos transmitir es que estamos en una zona rica, productiva, con muchas oportunidades y que no es necesario irse del país para progresar”, resaltó Costagrande que es reconocida en la zona por su trayectoria internacional en el voley y vivió muchos años en Italia.
Desde el punto de vista académico, expresan que la posibilidad de plantear una propuesta educativa basada en el diseño curricular de Casilda, fue una apuesta innovadora, con un enfoque integral que contempla al alumno como centro y potencia sus habilidades. “Partimos de esa base, construyendo en cada alumno la confianza en sí mismo, acompañando. Si tuviéramos que elegir un momento en el que fue posible visibilizar el compromiso de los y las jóvenes estudiantes, éste sería la participación en la Expotecno”, dice Costagrande, y remarca que esas jornadas fueron ocasión para que todos por primera vez, puedan mostrar de manera conjunta y completa lo que venían trabajando en las aulas. “Eso también ocurrió en las jornadas de puertas abiertas para los chicos de 7mo año de las escuelas primarias locales. Y en el proyecto que realizaron con el Jardín dulce de leche”, agregó.
Respecto a los 17 estudiantes que componen “la primera cohorte” en este año tan especial, Costagrande señaló que “han demostrado la felicidad, las ganas y el entusiasmo que les generó comenzar el primer año de la Escuela Agrotécnica. Fue así que perduró a lo largo del ciclo lectivo, formando un gran grupo, donde se les notaba el deseo y la curiosidad por lo venidero. Hoy demuestran que sus expectativas fueron cumplidas y que todo lo que la escuela les brindó fue de un gran crecimiento a nivel personal y como equipo”.
El predio tiene alrededor de 140 hectáreas, de las cuales 10 son para el funcionamiento específico de la escuela y por las cuales la empresa que cedió el terreno ya comprometió la venta futura y fijó el valor de la tierra a valores de campo agrícola de la región. En estas 10 hectáreas fundacionales había instalaciones que pertenecían al tambo que funcionó hasta hace unos años, también dos viviendas rurales e infraestructura de aguadas y redes de cañerías, y acceso de ripio. Estas instalaciones fueron donadas por la empresa, es decir se venderá el predio de 10 hectáreas a valor de tierra agrícola con todo lo clavado y plantado.
En el lugar, Agrotec se encargó de la construcción de aulas y espacios técnicos formativos específicos como la huerta, el vivero, el monte frutal, la sala de industria, y los animales como conejos, ovejas, cabras, abejas. Las 130 hectáreas restantes son las que se utilizan para producir cultivos agrícolas, que es la principal fuente de sustento económico para afrontar los gastos de la escuela. “Agrotec y la Escuela Agrotécnica sede El Trébol son dos instituciones diferentes pero son un claro ejemplo de lo que podemos lograr cuando integramos los conocimientos, experiencia y pasión de lo público (UNR) y la potencia de los privados (AgroTec AC, como vehículo formal). Empresas y personas con un mismo objetivo pueden gestar y desarrollar semejante proeza”, cerró Costagrande, para remarcar que el desafío es seguir creciendo, construir más aulas y poder recibir a la cantidad de chicos y chicas que empezaron a encontrar un futuro cerca de casa.