El juez federal Ariel Lijo aseguró ayer que hay que “permitir que la gente viva en paz”. E instó a “ir a buscar la violencia del narcotráfico y eliminarla, o bajarla a niveles tolerables, en lo inmediato, porque acá lo único importante es la gente”. El magistrado de Comodoro Py, que participó del encuentro —realizado en la Facultad de Derecho— organizado por la Asociación de Jueces Federales (Ajufe), de la cual es secretario general, señaló a La Capital que desde la Justicia “hay que dejar de ser comentarista, u opinar solo de los casos que nos llegan, y transformarnos en actores más activos”. Y subrayó: “Escuchemos, hagamos un diagnóstico y propongamos soluciones más integrales para que los otros poderes (del Estado) lo hagan”.
Lijo explicó que “el disparador” para reunir a casi la mitad de los magistrados federales del país en la ciudad fueron “las situaciones que vivieron jueces y fiscales en Rosario”. Y agregó: “La idea fue dar una demostración de respaldo (a sus colegas tanto federales como locales), pero la lucha contra el narcotráfico genera adhesiones. Invitamos a la Corte Suprema y los cuatro ministros dijeron que sí. El procurador de la Corte, también. Entonces, tomó una dimensión distinta. Lo que muestra una unidad del Poder Judicial, incluyendo a la Justicia local, porque esto es un respaldo para ellos también. Cuando encontramos un tema que nos preocupa a todos, no hay ninguna división. Y eso fue lo que ocurrió, una demostración muy importante del Poder Judicial”.
—Hace más de 40 años que en Rosario no se crea un juzgado federal. Mientras tanto, en Diputados duerme el proyecto de reforma judicial, donde se crean juzgados, secretarías y fiscalías para todo el país.
—El problema de la seguridad y los delitos federales, y en este caso con eje en el narcotráfico, es multicausal. Uno de esos factores, que no es el más importante, es la cantidad de juzgados, porque a los juzgados llega lo que la policía lleva, los tribunales no trabajan en prevención. Una de las cuestiones que quisimos poner de manifiesto es esto: hay que dejar de ser comentarista, u opinar solo de los casos que nos llegan, y transformarnos en actores más activos. Escuchemos, hagamos un diagnóstico y propongamos soluciones más integrales, para que los otros poderes lo hagan.
—¿Cuáles serían esas soluciones?
—Uno de los puntos es crear más juzgados y fiscalías, pero lo central tiene que ver con la asignación de recursos y tecnologías y un ataque real, en serio, organizado y sistemático a las organizaciones criminales. No solamente perseguir a los que venden droga sino tener equipos especialistas en mercado financiero para hacer el seguimiento de inversiones y el lavado de dinero. Todas las organizaciones criminales reciben el verdadero daño, la cuestión económica, porque vendedores (de droga) hay infinitos y se pueden reemplazar por nuevos.
Hay que dejar de ser comentaristas, u opinar solo de los casos que nos llegan, y transformarnos en actores más activos” Hay que dejar de ser comentaristas, u opinar solo de los casos que nos llegan, y transformarnos en actores más activos”
—La droga ha permeado también la Justicia.
—Es muy complicado combatir eso porque maneja capacidad económica fenomenal. En el Poder Judicial es menos permeable. Y los dos casos que hubo de jueces ligados al narcotráfico, en Corrientes y Salta, el Poder Judicial se ocupó y depuró a sus propios integrantes. Mire, Rosario es una manifestación que está expuesta, hay mucha violencia del narcotráfico y los medios le están encima, pero es un fenómeno que ocurre en muchos lugares del país. De lo contrario, parece que Rosario es una ciudad en llamas. Y la verdad es que se trata de una ciudad fenomenal, que tiene episodios de inseguridad muy violentos asociados al narcotráfico, pero los fenómenos de narcocriminalidad no son muy distintos a lo que ocurre en el conurbano de Buenos Aires o en otras provincias. Sí quizás no tengan estos niveles de violencia.
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“Rosario es una ciudad fenomenal que tiene episodios de inseguridad muy violentos asociados al narcotráfico”, afirmó Lijo.
Foto: Silvina Salinas / La Capital.
—¿Por qué entonces no se discute la legalización de las drogas?
—Son discusiones que habrá que dar. Pero es parece importante concentrarse en las organizaciones criminales en serio y, a través de tecnología y recursos humanos, permitir que la gente viva en paz. Ir a buscar la violencia del narcotráfico y eliminarla, o bajarla a niveles tolerables, eso en lo inmediato. Porque acá lo único importante es la gente.
—El gobernador Omar Perotti tuvo que sentar a los legisladores nacionales de todos los partidos para reclamar que el Congreso se digne tratar la creación de juzgados, secretarías y fiscalías federales en la provincia para luchar contra el narcotráfico.
—Eso nos contó el gobernador. Busquemos cosas que tengamos en común para juntarnos, para avanzar. La política a veces es un poco mezquina, o hay vanidades que no son compatibles con lo que la gente necesita. Esta iniciativa de Ajufe demuestra que, cuando encontramos algo que nos une, podemos hacer estas cosas. Hoy (por ayer) hubo un montón de personas que piensan distinto sobre casi todas las cosas. Sin embargo, estuvieron todos ahí y apoyaron por igual iniciativas de temas en común y que son para la gente. Me parece que en ese punto el Poder Judicial tiene que trabajar más.