Tres días antes del último reporte, una vecina de Coronda llamó al 911 y alertó sobre un ave que apareció en el patio de su vivienda, ubicada a 300 metros del penal, que tenía “envoltorios en sus extremidades”. Dentro de la bolsa atada en las patitas del ave, la Policía encontró 45 gramos de cocaína, distribuidos en 78 pequeños envoltorios.
paloma droga 2.jpg
Lo que la policia secuestró de este penúltimo caso: 45 gramos de cocaína distribuídos en 78 envoltorios
Estos no son los únicos casos. Desde noviembre de 2023 son ocho las intervenciones de policías o guardiacárceles sobre palomas utilizadas como transporte de droga, teléfonos, baterías, cargadores y hasta otros elementos electrónicos. Entre los más recientes, se encuentra el episodio del 23 de abril. La Capital detalló en aquel momento cómo personal de guardia de la cárcel de Coronda descubrió una paloma con dificultades para emprender vuelo debido a una pesada carga que portaba. Eran dos bolsas con un total de 61,8 gramos de marihuana.
Luego, el 10 de julio, un grupo de vecinos descubrió la presencia de uno de estos animales intentando sin suerte retomar vuelo. Al acercarse divisaron un celular pegado a la paloma. Dos semanas después, el 23 de julio, la policía de la ciudad de Coronda detectó una paloma que tenía envoltorios de marihuana adheridos a sus patas. El ave despavorida por la presencia de los uniformados voló hasta una casa, donde finalmente fue capturada. Allí se comprobó que en el interior de los sobres había marihuana en pequeñas dosis.
El primer caso registrado tuvo lugar a fines de noviembre del año pasado, y se trató de una paloma que tenía atada una bolsa con elementos electrónicos y un cargador, pero fue detectada por agentes penitenciarios.
Las probables causas
¿A qué se debe este extraño fenómeno de las palomas “delivery”? La Capital se puso en contacto con un especialista, el presidente de la Federación Colombófila Argentina, institución que nuclea a los criadores de palomas mensajeras, Osvaldo Dagnigo, quien explicó sobre qué trata esta disciplina y arrojó algunas hipótesis sobre este fenómeno.
Cuando comenzaron a trascender estos extraños sucesos, rápidamente se etiquetó a las aves que están usando para ingresar droga o elementos electrónicos a la cárcel de Coronda como “palomas mensajeras”, “narco palomas” o hasta “palomas dealer”. Frente a esto, la Federación Colombófila Argentina criticó el tratamiento mediático que se le dio a estos casos, y explicó por qué no se trata de una ave mensajera. En conversación con este diario, el presidente de esta institución, sostuvo que llamarlas “mensajeras” constituye una “estigmatización” hacia las palomas mensajeras, que dentro del mundo de la colombofilia son consideradas “atletas”, ya que son las protagonistas, quienes corren las carreras.
>> Leer más: Intentaron entrar droga a la cárcel con una paloma: el descargo de los criadores
Paloma droga.jpg
El 23 de agosto una paloma con "envolotorios en sus extremedidades" apareció en una vivienda cercana al penal de Coronda. Se trataba de 45 gramos de cocaína distribuídos en 78 pequeños envoltorios.
Además, Dagnino explicó que las palomas mensajeras, aves del deporte, son “animales de regreso”: sólo saben volver a su hábitat, el lugar donde fueron criadas. “No es que le puedo decir: ‘Andá a la casa de Fulano, es el segundo piso, entrá por el balcón’. Sería muy inteligente, pero no es así, siempre vuelven al lugar donde nació, la criaron y la educaron” , aseguró el colombófilo.
Por otro lado, el colombófilo aseguró que las fotos de las palomas con droga atada intentando ingresar a la cárcel de Coronda “no tienen nada que ver con las mensajeras”, que son de una raza particular, llamada Columba livia, oriunda de Europa, sino que son “palomas silvestres”, de las que se ven en las calles, en las plazas o en los edificios.
Por qué no son palomas mensajeras y una hipótesis: ¿Las están criando adentro del penal?
La colombofilia, el arte de criar y entrenar palomas mensajeras con una finalidad deportiva, es una disciplina federada en Argentina, con silla en el Comité Olímpico, que reúne a unos 3.000 aficionados que practican en 140 clubes a lo largo y a lo ancho del país. Hay carreras de palomas en todo el territorio nacional, algunas con cientos de kilómetros de extensión. La Capital contactó al presidente de esta institución y le consultó por los extraños sucesos que tomaron lugar en la cárcel de Coronda.
¿Las palomas que intentaron usar para ingresar droga o elementos electrónicos al penal de la localidad santafesina son mensajeras? “De ninguna manera”, afirmó Osvaldo Dagnino, el presidente de la Federación Colombófila Argentina. “Paloma mensajera no se hace, sino que nacen con el instinto de volver a su casa”, afirmó Dagnino.
Hay varios factores que lo sustentan: el primero es la raza y el aspecto de las palomas mensajeras, muy diferente al de las aves que ingresaron con bolsas atadas en sus extremidades al penal santafesino. Las mensajeras son de una especie particular, llamada Columbus Nivia, que no es oriunda de Argentina, sino de la zona de Países Bajos, y se caracterizan por su sentido de ubicación, rapidez de vuelo y viveza. Según Dagnino, las palomas que aparecieron en Coronda son “silvestres”, que aunque sean parecidas en “tamaño y color”, lo que diferencia a la mensajera es que “tiene el don de poder volver al lugar del que viene”.
paloma con marihuana Coronda.jpg
Paloma mensajera con dosis de marihuana en las patitas que apareció sobre una de las garitas perimetrales de la cárcel de Coronda.
Más importante, hay un elemento esencial que caracteriza a la colombofilia: las aves que se involucran en este deporte son animales de retorno. El presidente de la asociación explicó que el imaginario popular de las palomas mensajeras se las puede mandar a completar recados o a transportar paquetes es errado, ya que estas aves sólo saben volver a su palomar, donde fueron criadas.
Además, el proceso para entrenar a una paloma mensajera es meticuloso y debe iniciar con la paloma recién nacida: entre sus 25 a 60 primeros días se hace el “acostumbramiento” al palomar, el lugar al que luego regresarán, que suele estar ubicado en el fondo de una casa o en una terraza, y se la hace seguir una rutina ordenada en cuanto a los horarios y tipo de alimentación. Luego, comienzan los vuelos de entrenamiento, que son progresivos. Se comienza soltando a la paloma a 10, 20, 30 km de su hogar, y así va aprendiendo cada día hasta que supera los 100 km, meta que le permite comenzar a participar en las carreras. En ese sentido, cada paloma tiene un anillo, provisto por la Federación Colombófila, que funciona como “su DNI”, que las identifica y permite rastrear los tiempos en las carreras. Son muchos pasos, criar palomas mensajeras no es una tarea para cualquiera.
En cuanto a la explicación de por qué llegan palomas con bolsas con drogas a la cárcel de Coronda, el presidente de la Federación Colombófila señaló un aspecto importante: el peso que le hacen transportar a las palomas. En algunos casos, las aves tenían envoltorios con decenas de gramos de cocaína y/o marihuana, y, en una ocasión, un teléfono celular. “Es un ejercicio de sentido común, si las palomas pesan entre 300 y 400 gramos, ¿cómo hacen para transportar esto? No pueden levantar vuelo”, apuntó el especialista.
marihuana carcel de coronda.jpg
La paloma que fue encontrada en la puerta de la cárcel de Coronda transportaba 60 gramos de marihuana.
A Osvaldo Dagnino, colombófilo aficionado, le cuesta encontrar una explicación clara detrás de las palomas “delivery” de droga en Coronda: “¿Cuál es la finalidad detrás de todo esto? Parece algo irreal, sacado de una película”, expresó, y agregó: "¿Nos están entreteniendo? ¿Se le están riendo al gobernador de Santa Fe? No me animo a decir ni una cosa ni la otra, pero es imposible que sea una paloma mensajera”.
Además, Dagnino señaló que, para que las palomas sean efectivamente “mensajeras” y puedan ingresar con la droga, hay una sola manera: que las estén criando adentro del penal, y que este sea su punto de regreso. “Tienen que hacer un palomar en el patio o en la terraza de la cárcel, curarlas, educarlas, hacer los vuelos de entrenamiento y reconocimiento”, afirmó.
Suponiendo que las crían dentro de la cárcel, para volver a ingresar con la droga, la paloma tiene que salir, pero no sale sola, alguien la tiene que sacar. “Algún familiar se la tiene que llevar en el bolsillo o en una caja, o sea, tienen que pasar todos los controles y cacheos”, continuó el aficionado de las palomas y sumó: “Recién ahí le pueden poner la droga en una bolsita y podría volver al palomar, en la cárcel”.
>> Leer más: Palomas: cuál es el plan del municipio para controlar una población que no es plaga
“Pero tiene que ser poco el contenido que la paloma puede llevar, entre 5 y 8 gramos, no la cifra burda de más de 50 gramos, no podría levantar vuelo en ese caso”, agregó el presidente de la Federación Colombófila Argentina.
“Con la tecnología de hoy, en vez de sacar a la paloma de la cárcel, pasando los cacheos, sería más fácil que los familiares pasen la droga”, continuó Osvaldo Dagnino, y concluyó, sobre este particular fenómeno: “Parece un montaje para poner en ridículo a alguno y que la sociedad lo crea”.