El presidente del directorio de Vicentin Omar Scarel fue imputado por el delito de desobediencia, en el marco de una audiencia desarrollada este miércoles en el Centro de Justicia Penal. El contador -histórico síndico de la agroexportadora- había sido detenido el pasado lunes, en el marco de allanamientos dispuestos por la Unidad de Delitos Económicos del Ministerio Público de la Acusación.
Además de los planteos formales, dentro de la audiencia se dieron otras situaciones, que bien valen ser relatadas como complemento de la crónica central que lleva adelante La Capital.
El aguante
Aunque no estaban obligados a participar, varios de los principales referentes de Vicentin asistieron a la audiencia. Entre ellos se encuentra Alberto Macua (quien presidía el directorio al momento de producirse el default), Roberto Gazze (histórico responsable financiero de la firma) y Estanislao Bougain (uno de los integrantes del actual directorio).
En varios momentos de la audiencia (sobre todo en aquellos en los que la Fiscalía hacía uso de la palabra) se los vio a los referentes de Vicentin mover la cabeza, como negando lo que se escuchaba por los parlantes de la sala n° 9 del Centro de Justicia Penal.
Un micrófono que falló
En un acto que no suele ser habitual en este tipo de audiencias, Scarel eligió tomar el micrófono y defenderse directamente -y no solo a través de sus abogados-.
A los pocos de segundos de iniciar su relato, el dispositivo falló. No fueron pocos los que en la sala sugirieron, a modo de broma, que se trataba de una operación de los servicios. En realidad, fue una simple falla técnica. Rápidamente el personal cambió las pilas del micrófono y todo volvió a la normalidad.
Palabras con peso propio
No pasó desapercibido que a la hora de argumentar el pedido de prisión preventiva, los fiscales no ahorron en calificar a Scarel de "ilusionista" -porque "nos muestra cosas que parecen otras"-.
El fiscal justificó la caracterización en los antecedentes del titular del directorio de Vicentin, citando como ejemplo su áctitud tras los allanamientos en los que los investigadores encotraron 200.000 dólares en una caja de seguridad de su hijo. Escuchas expusieron a Scarel buscando -sin mayores escrúpolos- maneras de justificar el dinero, que terminaron involucrando al ex jefe de Afip Carlos Vaudagna.
De Vicentin a Cristóbal López
Además del uso de palabras de fuste para caracterizar la actitud de Scarel, la Fiscalía no perdió oportunidad para equiparar la causa en cuestión con otra de gran relevancia nacional. En el tramo final de su pedido de prisión preventiva, Miguel Moreno planteó que en una situación "análoga", la Justicia Federal dejó presos a nada menos que a Cristóbal López y Fabián de Souza.
¿Qué relación estableció Moreno entre Scarel y los dos empresarios? Indicó que en ambos casos la persona imputada habría incurrido en el delito de desobediencia, por violar medidas cautelares dictadas en el fuero penal.
Por lo bajo, varios de los presentes en la audiencia plantearon que la alusión a López y De Souza fue un simple golpe de efecto de la Fiscalía.
Una práctica contagiosa
Incluso para quienes siguen de cerca la causa Vicentin desde sus inicios, la extensión de la audiencia imputativa terminó siendo más larga de lo previsto. Es que nadie se esperaba la larga argumentación del fiscal Sebastián Narvaja, quien muy detalladamente dio los motivos por los que entendía que había peligrosidad procesal.
A medida que fue transcurriendo el debate fueron varios los que largaron algunos bostezos, incluso el personal que custodiaba la sala. Y claro: se trata de una práctica contagiosa, a la que pocos lograron escapar durante las más de cinco horas que duró la audiencia.
El Roberto Carlos del fuero local
Uno de los abogados de la defensa, Jorge Ilharrescondo, es conocido por pronunciar efusivos discursos. Tanto es así que muchos recuerdan una audiencia en la que el juez Nicolás Foppiani (el mismo de la celebrada este miércoles) lo terminó echando de la sala, por considerar que se había excedido en sus formas.
Si bien no abandonó su tradicional estilo, el letrado se permitió algunos gestos para con sus rivales jurídicos de turno, los fiscales Moreno y Narvaja. Al mejor estilo Alberto Fernández, en varios tramos de su discurso se dirigió a ellos como sus "amigos".