La discusión sobre la economía bimonetaria, un tema irresuelto en Argentina, volvió a tomar fuerza en la agenda pública tras las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Fernández, quien la ubicó como uno de los problemas centrales del país.
La discusión sobre la economía bimonetaria, un tema irresuelto en Argentina, volvió a tomar fuerza en la agenda pública tras las declaraciones de la vicepresidenta Cristina Fernández, quien la ubicó como uno de los problemas centrales del país.
El economista José Pellegrini, director del doctorado de Economía de la Universidad Nacional de Rosario, señaló que la coexistencia de una moneda de curso legal junto a otra cuyo valor es considerado muy estable “crea muchos problemas para la estabilidad de los precios y del sistema económico de un país”. También aseguró que optar por la dolarización es “cortar el nudo gordiano con una espada sin resolver el problema”.
El catedrático realizó un recorrido histórico sobre su impacto en Argentina y marcó los diferentes momentos en que el país ya transitó de alguna forma este camino.
“El problema más importante que trae el bimonetarismo tiene que ver con la necesidad de conseguir los dólares y sin eso es difícil dolarizar, como muchos proponen”, dijo.
_¿Qué es la economía bimonetaria?
_En términos literales una economía bimonetaria es aquella donde se usan dos monedas. A veces se extiende el término a más de dos y es un fenómeno que ocurre desde que la moneda existe. Hace medio siglo más o menos, el término se utiliza para describir una economía donde la moneda nacional de curso legal se utiliza junto con otra extranjera cuyo valor es considerado más estable por la población y reserva internacional. El dólar en América latina y el euro en Medio Oriente, Africa y algún país de Europa Oriental. Estas dos monedas coexisten, se las utiliza conjuntamente de distintas maneras pero crean muchos problemas para la estabilidad de los precios y del sistema económico. Es bueno señalar que la economía bimonetaria no es ni una manía ni un invento argentino, sino que existe en todos los países que tienen problemas similares a los de Argentina, que son inflación alta, inestabilidad del tipo de cambio real, inestabilidad de macroeconómica y poca confianza en la instituciones y en las políticas gubernamentales. Cuando tenemos eso, que es más frecuente de lo que nosotros los argentinos creemos, aparece el tema del bimonetarismo.
_Concretamente en Argentina, ¿cómo se manifiesta la cara más problemática de este fenómeno?
_El bimonetarismo puede ser oficial es decir legal o como en el caso nuestro, extraoficial o informal, cuando la población es la que adopta una moneda extranjera. En la convertibilidad teníamos un bimonetarismo legal. Hoy es informal. Tiene una gradación muy amplia, que va desde usar ambas monedas en forma indistinta, hasta como ocurre acá, en la cual la moneda extranjera se usa solo para ciertos casos, básicamente para atesorar, guardar los ahorros y para operaciones sobre bienes de gran valor. El dólar se usa muy poco para operaciones cotidianas, incluso en la convertibilidad cuando eran convertibles, la gente no los utilizaba en operaciones de la vida diaria. Son dos monedas donde se separaron las funciones del dinero, que son tres: medio de cambio (hacer transacciones como ir al quiosco); reserva de valor (guardar ahorro con dinero o compra r inmuebles u otros bienes ); y unidad de cuenta (medir la actividad económica en dinero, por ejemplo, la contabilidad, los impuestos). Cuando una moneda que la gente utiliza cómodamente cumple bien las tres funciones, es una “buena moneda”. Pero cuando aparece la inflación o la inestabilidad, deja de ser una buena reserva de valor. Entonces empiezan a separarse las funciones del dinero. Sigue operando la de ser medio de cambio, pero la riqueza se guarda en otra moneda, en dólares en este caso. Ahí surgen varios problemas ya que cuando el Banco Central emite dinero, por cualquier razón _ya sea pagar el déficit público como ocurre ahora o para comprar dólares_ el efecto que tiene esa emisión depende de la cantidad de dinero que la gente quiere tener para hacer transacciones, especular, ahorrar. Si hay más dinero de lo que la gente quiere tener probablemente lo gaste, o lo destine a inversiones, pero no lo guarde. Cuando tenemos una sola moneda, que es lo ideal, toda la demanda de dinero está en pesos. Pero cuando la economía es bimonetaria la cantidad de dinero que la gente quiere tener se divide entre pesos y dólares y el porcentaje de la emisión sobre la cantidad de dinero es mucho mayor. Ese aumento de la demanda dividida genera mayor presión inflacionaria que si toda fuera en pesos.
_El bimonetarismo se da con una inflación que atenta contra la solidez de la moneda propia, ¿cómo se sale de esa rueda?
_La economía se vuelve más inestable cuando es bimonetaria, por otro factor y es que las devaluaciones o los cambios en el poder adquisitivo externo de la devaluación repercute mucho más rápido en los precios internos. Eso en Argentina se sabe. Acá una devaluación en pocas semanas se transmite a los precios mientras que en otros países tarda más . Es así porque la gente está pensando una parte en pesos y otra en dólares y cuando se devalúa inmediatamente intenta ajustar los precios a la segunda moneda. Así, el efecto de la política cambiaria es mucho más rápido y más inestable. ¿Cómo se resuelve? En las discusiones actuales hay dos caminos. Uno es intentar recuperar la estabilidad de la moneda nacional. Es largo, difícil pero posible, porque dos países vecinos como Bolivia y Paraguay hace 35 años, a fin de la década del 80, tenían problemas parecidos a los nuestros, estaban altamente dolarizados y con economías bimonetarias y corrigieron sus problemas. Se se puede hacer. Es por el camino de buscar el equilibrio fiscal y eliminar la emisión como fuente de financiamiento del déficit público. Al mismo tiempo, tomar otras medidas complementarias como cierto grado de apertura de la economía, mayor estabilidad en las decisiones oficiales. Requiere un cambio institucional y no se necesita ser escandinavo ya que lo hicieron nuestros vecinos.
_Desde distintos signos políticos hay varias propuestas. Una es ir directamente a una dolarización.
_Es el otro camino que, a mi juicio, es cortar el nudo gordiano con una espada. Cortarlo sin resolver el problema. Algunos países lo hicieron pero no estando en medio de una crisis de balanza de pagos. En América latina, Panamá lo hizo porque su economía a principios del siglo XX dependía totalmente de Estados Unidos. El Salvador lo hizo después de muchos años de estabilidad. Cuando dolarizó hacía ocho o nueve años que no devaluaba. Además es una economía que tiene una gran entrada de dólares por las transferencias que hacen los ciudadanos salvadoreños que están en el exterior. Finalmente, Ecuador tenía un grave problema fiscal y de inflación, pero también en ese momento una gran entrada de dólares por el aumento de los precios del petróleo, es decir tenía mucha divisa extranjera. Hacerlo en Argentina es complicado porque no tenemos dólares. A veces se escucha decir a economistas que al no tener el dólar como moneda y dado que no se puede emitir, al país no le queda más remedio que eliminar el déficit fiscal a la fuerza y la emisión monetaria. Cualquiera que recorra la historia argentina reciente se da cuenta que eso no es así, porque en la convertibilidad el sistema exigía equilibrio presupuestario, que en principio se tuvo pero de pronto se abandonó y hubo endeudamiento con convertibilidad. El resultado fue que hubo que vender YPF cuando ya no daba más. Finalmente, por otras razones que también pesaron, como la devaluación brasileña, se terminó en una tremenda crisis de balanza de pagos. En cuanto a emitir, tampoco es cierto el argumento, porque a finales de los 90 y en 2000/2001 los gobernadores empezaron a crear cuasimonedas, que es lo mismo que emitir. Si uno no consigue hacer una reforma institucional que le garantice que no va a haber ni déficit fiscal, ni endeudamiento, ni creación de cuasi monedas, que es lo mismo que emitir, uno no asegura que el paso al dólar sea una solución. Ecuador tampoco resolvió el problema del déficit, pero se pueden endeudar. De modo que la dolarización es una forma de cortar el nudo gordiano y no desatarlo.
_A lo largo de la historia tanto a nivel global y sobre todo en Argentina ¿cuándo se empieza a manifestar esto como una característica central de la de la economía?
_En Argentina pero también en otros países como en México empieza en la década del 70. En nuestro caso fue después del Rodrigazo. Hay un libro donde figura que el primer anuncio de una aviso clasificado en el que se ofrecía a un departamento en dólares fue poco después de eso, allá por 1975. Pero no hay que confundirse. Los argentinos no somos únicos cuando hacemos las cosas mal. También México empezó en la década del 70 cuando el dólar se volvió abundante nivel internacional, antes no lo era. A fines de los 60 y principio de los 70 Estados Unidos tuvo una gran emisión monetaria para financiar la guerra, la conquista del espacio y el bienestar interno de su país, que terminó haciendo que en el mundo abundaran dólares y fue posible que la gente los tuviera. En nuestro país el punto de quiebre fue con Celestino Rodrigo cuando tuvimos una brusca devaluación que aumentó de la tasa de inflación y generó una ruptura del sistema de reglas legales. Es un aspecto central de lo que vino en los años siguientes cuando todo fue empeorando. La inflación aumentaba y había una violación de los contratos reiterados, con planes como el Bonex que fue básicamente una confiscación de los depósitos y siguió con el quiebre de la convertibilidad. Todas estas cuestiones conforman un combo que hace que la gente trate de refugiarse en el dólar para resguardar el valor. La mayor parte de los activos en dólares de la Argentina están o en el exterior o en el colchón y una parte solamente en el sistema bancario.
Por Laura Vilche
Por Matías Petisce