De camino a casa, en el colectivo, en un taxi, volviendo del trabajo o de tomar algo con amigos. La mayoría de las mujeres y personas de la comunidad LGBT+ han sufrido a lo largo de su vida algún tipo de acoso en los espacios públicos. Silbidos, comentarios sexuales explícitos o implícitos o hasta masturbación y tocamientos, son apenas algunos de los comportamientos de los que son víctimas cotidianamente.
Desde la sanción del nuevo Código de Convivencia, en agosto del año pasado, en Rosario el acoso callejero es una falta y se puede denunciar como tal. Sin embargo, aún no muchas personas lo hacen. Quienes se animan a reportar estas situaciones, que conforman un porcentaje muy bajo en comparación con la cantidad que se dan diariamente, aún se comunican al dispositivo de asesoramiento y contención a cargo de la Secretaría de Género y Derechos Humanos. Son recibidas a través de la línea del 147 y este espacio se pone en contacto con las personas que informan estos casos para ofrecerles asesoramiento y contención.
En lo que va de 2023, apenas tres meses, este dispositivo recibió 20 situaciones de acoso callejero, que representa la mitad del total registrado durante todo 2022. Las cifras parecen demostrar que cada vez son más quienes se animan a reportar este tipo de hechos. La secretaria de Género del municipio, Mariana Caminotti, aclaró en diálogo con La Capital que no todos estos casos que ingresan a través del 147 se denuncian ante el Tribunal de Faltas porque es una decisión individual de las personas afectadas.
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“Este dato muestra de alguna manera que la problemática está mucho más visibilizada, que evidentemente las campañas informativas y los esfuerzos que se han hecho para poder difundir que hoy el acoso sexual es una falta y se puede denunciar, estarían aportando a la desnaturalización de una práctica que durante muchísimo tiempo ha sido absolutamente invisibilizada”, señaló la funcionaria.
En ese sentido, consideró que la incorporación del acoso sexual callejero al nuevo Código de Convivencia fue un paso muy importante y estratégico. “Es una señal clara que transmite el Estado. Es un mensaje contundente que pone un límite frente a comportamientos que son muy dañinos y que hasta hace pocos años para muchas personas podían pasar desapercibidos”, agregó.
Este tipo de violencias es una de las más recurrentes y socialmente de las más difíciles de problematizar. Los comentarios sexualmente agresivos frecuentemente no se reconocen como una acción violenta. Es por ello que las personas agredidas rara vez se defienden de estas acciones, asumiendo que el acoso callejero es el precio que hay que pagar por transitar por la vía pública.
Una encuesta de la organización Mumalá, realizada hace tres años, permitió medir la magnitud de un problema que muchas veces aparece naturalizado: entre 800 mujeres consultadas, nueve de cada diez dijo haber sufrido alguna forma de acoso callejero, el 81% se sintió insegura en la vía pública, particularmente las mujeres, adolescentes, niñas y feminidades trans de entre 15 a 19 años.
El 76 por ciento de las consultadas dijo sentirse más insegura de noche por la poca iluminación, por zonas poco transitadas o por la presencia de varones desconocidos, lo que les producía miedo a ser agredidas o atacadas sexualmente. Como consecuencia, nueve de cada diez mujeres dijo que elude pasar por lugares oscuros, el 72 por ciento prefiere no tener contacto visual con desconocidos y el 54 evita usar ropa llamativa, en tanto el 81 por ciento toma rutas alternativas para reducir riesgos.
Incorporación al nuevo Código
Caminotti resalta que el nuevo Código prevé acciones de sensibilización y prevención que apuntan al cambio de este tipo de comportamiento y actitudes y pide no quedarse sólo con lo estrictamente punitivo.
Según aseguran, las denuncias recibidas por el Tribunal de Faltas por acoso callejero son “muy pocas”. La secretaria de Género argumentó que esto “es lógico” porque el Código es reciente y todavía es necesario concientizar y educar a los rosarinos para que conozcan estos mecanismos.
Desde agosto del año pasado, cuando entró en vigencia, a la fecha se denunciaron ocho casos. Las situaciones se abordan en conjunto con la Dirección de Mujeres e Igualdad, desde ese área contienen a la víctima y desde la Fiscalía de Faltas analizan las pruebas aportadas.
“Es importante denunciar porque sin dudas permite que las personas que sufren el acoso puedan sacarlo de la esfera estrictamente personal para darle a la entidad pública que el problema tiene. Es un instrumento importante no solamente en la búsqueda de una posible sanción, en este caso una multa, sino también en términos de lo que podemos llamar una pedagogía, de acciones educativas para la reflexión y para la transformación de esos imaginarios que lo naturalizan y lo sostienen”, elaboró Caminotti.
En la misma línea, subrayó que las denuncias permitirían generar estadísticas y que el Estado tenga la información más precisa posible sobre “la magnitud, la localización, las características que tiene el problema. Es un insumo sumamente importante para poder elaborar políticas basadas en la evidencia que pueden ser oportunas y eficaces y saber cómo focalizar mejor las campañas públicas y los programas”.
Capacitación a agentes de Control
La semana pasada los agentes de Control, que son quienes desempeñan sus tareas en el espació público, participaron de una jornada en la que abordó la temática tal como lo establece el nuevo Código de Convivencia.
“Es fundamental que tengan herramientas conceptuales, para poder prevenir y en caso de ser necesario disuadir”, contó la secretaria de Género. Además, valoró el trabajo en conjunto realizado con la Secretaría de Control y Convivencia.
“Las normas de la municipalidad evidentemente han evolucionado en este tiempo, tenemos hoy un Código de Convivencia que es absolutamente innovador en este aspecto, pero después lo que sucede es que las normas las aplicamos las personas que estamos en estas instituciones y por eso es tan importante que como agentes estatales podamos tener una formación sólida y consistente al respecto”, destacó.
Por último, Caminotti analizó que si bien se ha hecho un trabajo importantísimo en la sociedad, en las instituciones, universidades, clubes y otros espacios, ahora el desafío es poder sostenerlo y ampliarlo. “Para la transformación cultural hoy hay una clave que me parece ineludible que es garantizar la implementación efectiva de la ESI (Educación Sexual Integral) en todas las escuelas, que las niñas y los niños tengan formas más igualitarias de socialización”, insistió.
Y concluyó: “También me parece que necesitamos profundizar las políticas públicas destinadas a varones para poder pensar la masculinidad y problematizar esos mandatos y esos estereotipos que abonan a la reproducción de las violencias”.
¿Qué hacer ante situaciones de acoso callejero?
Para informar una situación de acoso y recibir asesoramiento es necesario comunicarse al 147. Allí se da intervención a la Secretaría de Género y Derechos Humanos, que contacta a la persona afectada, la contiene y asesora, atendiendo a las particularidades de cada situación.
La denuncia ante el Tribunal de Faltas se puede realizar de manera online en rosario.gob.ar o en los centros municipales de distrito. Para este trámite es necesario ser mayor de 18 años, determinar el lugar, día y hora del hecho a denunciar, aportar información que permita identificar al presunto infractor y efectuar la descripción del hecho precisando la mayor cantidad de datos posibles. Se puede respaldar la denuncia con documentos y/o testigos (personas mayores de 18 años a quienes se les solicitará nombre, apellido y cuil/cuit). Es sin costo.