Lula asume su tercer mandato apoyado por un amplio frente de partidos de izquierda y centro-derecha, el primero de enero, acompañado de ciudadanos de los más diversos orígenes, rescatando pautas sociales y ambientales y una identidad brasileño-sudamericana, pero también global desde un país que está orgulloso de sí mismo. Bastante conmovedora y emotiva, la ceremonia recuperó un sentido de normalidad e inició una agenda de pacificación interna. Más aún, se habló de un tiempo de reconstrucción y renacimiento con foco en lo público y social.
Aunque el movimiento golpista en Brasilia no fue realizado por todos los simpatizantes del candidato derrotado en las elecciones presidenciales, no se puede olvidar que a pesar de toda la crisis nacional, cerca del 49 por ciento de los brasileños todavía apoyaban esta fórmula y eran responsables de elegir el estado y diputados, senadores y gobernadores federales que defienden agendas similares. Tales nombres participaron y seguirán participando en el quehacer político nacional, habiendo sido legítimamente electos y buscarán mantener activas sus bases.
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Intento de golpe a la democracia de Brasil. Lula da Silva y Rosa Weber (presidente de la Corte Suprema) acompañados por gobernadores y ministros en una visita a la Corte el día después de que el Congreso fuera asaltado por partidarios de Bolsonaro.
Foto: Eraldo Peres / AP
Queda en la sociedad brasileña, así como en otras que viven fenómenos similares, un caldo cultural antidemocrático y polarizador, que se basa en el odio gratuito y se reproduce a través de catarsis político-sociales, sustentadas en noticias falsas, que predican la desinformación y la violencia. A estas dinámicas sólo se puede oponer con la defensa incondicional del régimen democrático, la ley y sus instituciones. Para combatir esta tendencia son necesarios algunos caminos: uno más inmediato, que es el castigo de todos los involucrados en estos hechos, manteniendo las instituciones en funcionamiento y aplicando stricto sensu la letra de la ley. Los mayores desafíos, sin embargo, se encuentran en el mediano y largo plazo.
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De cara al futuro, las fuerzas progresistas y moderadas, tanto de derecha como de izquierda, necesitan consolidar un frente amplio más allá de las disputas electorales. Gobierna con un frente amplio, entre los distintos partidos que negocian, convergen y divergen, y sin discursos vacíos de “apoyo crítico”. ¿Qué es el apoyo crítico de todos modos? Hasta ahora esto no está claro, y las lecciones del 2013 hay que llevarlas al 2023, porque en ese momento gran parte de la izquierda reprodujo, sin reflexionar, el discurso de que todo era libre, espontáneo y nuevo.
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Por la democracia, contra el intento de golpe. En Río de Janeiro, los manifestantes colgaron un cartel que dice en portugués: "Contra el golpe de ultraderecha para organizar la autodefensa".
Foto: Bruna Prado / AP
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Manifestación por la democracia y contra el intento de golpe en San Pablo. Marchan con una pancarta que dice en portugués "La esperanza vencerá al miedo".
Foto: André Penner / AP
Hace una década, fue en este vacío de desunión progresiva y en la conquista de espacios de movilización que la extrema derecha creció y se reconfiguró, adaptándose de manera más eficiente a las circunstancias. Cualquier sentido de normalidad exige comprender por qué existe un espacio tan significativo y por qué la gente es tan receptiva a estas prácticas y discursos que se han repetido en EE.UU., Brasil, Europa y América Latina, llevando al poder a candidatos de extrema derecha en el Ejecutivo y Legislativo, encendiendo movimientos contra la democracia de manera casi sistemática.
¿Tendremos que reconstruir siempre los estados y las sociedades? ¿Por qué estos logros siempre parecen tan frágiles? Sin el entendimiento de que se trata de un quiebre político-económico-social derivado de una crisis civilizatoria, poco se puede hacer para evitar que estas amenazas a la democracia vuelvan a ser cíclicas, con el riesgo de ser permanentes.
(*) Cristina Soreanu Pecequilo es profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad Federal de San Pablo (Unifesp). Correo electrónico: crispece@gmail.com
Notas sobre el intento de golpe de Estado en Brasil:
Brasil: los intereses privados detrás del intento de golpe