En medio de una feroz ofensiva política y patronal para eliminar indemnizaciones y desmantelar el actual sistema de protección de los trabajadores, hay sindicatos que resisten y promueven una reforma laboral, pero en sentido inverso. Es el caso de los aceiteros. “En la pospandemia nos enfocamos en pelear por mejores condiciones de trabajo y para que las fábricas tomen gente, en el marco de un proceso que lleva a tener que discutir la reducción de la jornada laboral”, señaló Marco Pozzi, electo recientemente como secretario general del Sindicato de Obreros Aceiteros de Rosario.
El Soear es el núcleo organizativo en el que se originó la recuperación del gremio aceitero, que hoy se expresa en una federación nacional cuyas conquistas salariales y de condiciones laborales están en la vanguardia del movimiento obrero. De allí la importancia que tiene la elección de sus autoridades. Con el voto del 89% del padrón, la lista encabezada por Pozzi fue proclamada como la ganadora.
Con una trayectoria aquilatada como delegado de base, desde donde intervino en importantes conflictos, el nuevo secretario general del sindicato en Rosario remarcó que “la elección secreta y directa para todos los niveles de conducción es la norma del gremio aceitero”.
El Soear trabajó mucho durante la pandemia para respetar los protocolos de trabajo, cuidar la salud de los trabajadores y, al mismo tiempo, sostener una lucha paritaria que convirtió al gremio aceitero en una referencia para el resto de la clase. “La situación paritaria no es lo único que venimos construyendo, tenemos discusiones muy importantes y muchos logros, como los comités mixtos”, recordó Pozzi durante una entrevista en el programa radial La Banda Cambiaria.
“Estamos en una etapa de poner la salud por sobre la enfermedad”, remarcó. Se trata, dijo, de “toda una declaración política”, que define “la pelea por las condiciones laborales, de salud y de medio ambiente”.
Este programa va de frente contra la ofensiva para reformar a la baja el régimen de regulación de relaciones laborales en Argentina. “Vienen en una avanzada tremenda, no solo las grandes patronales sino la política, Moroni ya planteó la eliminación de la doble indemnización”, describió Pozzi. En contraposición, las comisiones internas del gremio definieron que en la pospandemia, tras la normalización de las tareas, “hay que pelear para que las fábricas tomen gente”.
“Tiene que haber más trabajo, esa es la discusión que estamos llevando adentro de las fábricas”, dijo Pozzi. Se trata de “resistir avanzando”.
El secretario general del Soear marcó tres etapas de lucha en la pandemia. En la primera, la prioridad fue defender el derecho a la salud. “Defendimos el derecho de los compañeros de riesgo que no podía ir a trabajar a la fábrica, pero no podíamos producir lo mismo con menos gente”, recordó. Se implementó entonces un sistema para incorporar trabajadores, “no para reemplazar al compañero sino para ampliar todos los sectores”. En la pospandemia, las comisiones internas están realizando mapeos para discutir el proceso productivo con el objetivo de contar “con más trabajadores adentro”. Una tercera etapa, “que se va a tener que discutir tarde o temprano”, es la reducción de la jornada de trabajo. “Se puede pensar en otra forma de turnicidad o en la misma actual pero con más turnos, en Córdoba, hay una parte del gremio de Energía que tiene el mismo sistema que nosotros, con rotación de cuatro turnos, pero con seis grupos de personas”, describió.
Los aceiteros tienen un marco de alianza que los encontró los últimos años peleando la paritaria nacional en unidad de acción con otros gremios del sector agroexportador. Precisamente, en diciembre se reabre la negociación anual y ya están en marcha las primeras conversaciones.
