Día Mundial de la Diabetes: cómo influye el ámbito laboral en la enfermedad
El centro de la campaña global de este año se enfoca en el acompañamiento de las empresas y compañeros de personas con diabetes
14 de noviembre 2025·14:54hs
Los controles de glucemia hoy se realizan de manera rápida y sencilla, en cualquier ámbito
La diabetes es una enfermedad que tienen más de 4 millones de argentinos, que requieren un cuidado constante y diario que se integra en cada aspecto de la vida, incluyendo la rutina laboral. Pero lejos de representar obstáculos, con las condiciones adecuadas que incluyan información, flexibilidad y apoyo, quienes tienen diabetes pueden desempeñarse con normalidad, crecer profesionalmente y cuidar su salud.
El centro de la campaña global del Día Mundial de la Diabetes 2025, que pone el foco en la salud y el acompañamiento en el entorno laboral.
Lo que ocurre a nivel institucional y comunitario es clave. Un entorno de trabajo inclusivo, donde se respeta el autocuidado y se valida emocionalmente a la persona con diabetes, contribuye a mejorar el control glucémico, reducir el estrés y evitar complicaciones. Las empresas que adoptan estas buenas prácticas se benefician: son más productivas, retienen talento, reducen licencias médicas y promueven un clima laboral más humano.
El llamado que propone la campaña 2025 es colectivo: requiere que los empleadores evalúen e implementen medidas prácticas —protocolos sencillos para situaciones de hipoglucemia (niveles bajos de glucosa en sangre), capacitaciones, adaptación de horarios cuando sea necesario—, que los equipos adopten una actitud de contención y respeto, y que las personas con diabetes cuenten con información sobre sus derechos y recursos locales. Pequeñas transformaciones —una política de refrigerios, la posibilidad de ausentarse por controles médicos sin estigma, la capacitación anual del personal— pueden marcar una gran diferencia en la vida cotidiana de quien convive con la enfermedad.
Todo comienza con pequeños gestos: una charla abierta, una política flexible, un cartel o afiche informativo sobre diabetes, por ejemplo. Eso suma conciencia y acción concreta. Gabriela Rovira, especialista en Endocrinología y Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Diabetes señaló que “la prevención y el cuidado de la diabetes comienzan en cada espacio donde vivimos y trabajamos. Entornos laborales que faciliten el autocuidado no solo protegen la salud de millones, sino que también fortalecen la productividad y el bienestar colectivo.”
Cuestiones prácticas
El objetivo es transformar la empatía en acciones concretas que promuevan el bienestar. En esa línea, Rovira explicó: “Las empresas y organizaciones pueden ser aliadas clave al ofrecer espacios para controles de glucemia y presión arterial, fomentar una alimentación saludable, integrar pausas activas en la rutina diaria e incorporar capacitaciones que preparen a líderes y equipos para acompañar con conocimiento y respeto a quienes viven con diabetes”. Implementar este tipo de medidas no solo favorece la salud, sino que también impulsa la productividad y el compromiso dentro de los equipos, agregó.
Significa, ante todo, crear entornos donde el autocuidado sea posible y respetado. Para una persona con diabetes esto puede traducirse en pequeñas medidas diarias: poder tomar descansos breves para medir glucemia, contar con refrigerios apropiados, disponer de espacios para la inyección de insulina o para la administración de medicación, y tener flexibilidad ante controles médicos. Esto evita complicaciones y reduce la ansiedad.
Es importante también formar a jefes y equipos para saber cómo apoyar sin estigmatizar: la información básica y la empatía reducen mitos y facilitan la convivencia. Estas medidas benefician tanto al trabajador como al empleador.
Además del apoyo cotidiano, existen razones económicas y humanas para invertir en ambientes laborales inclusivos. Las organizaciones que incorporan políticas de salud integrales suelen observar menor rotación de personal, menos licencias prolongadas por complicaciones y una mejora en el clima interno que se traduce en mayor productividad. Para los trabajadores, el beneficio es doble: proteger la salud hoy y evitar secuelas a largo plazo que afectan la autonomía y la calidad de vida.
comida saludable diabetes
Cifras que impactan
Los datos muestran por qué este llamado es urgente. Según la última edición del Atlas de la Federación Internacional de Diabetes (IDF), alrededor de 589 millones de adultos en el mundo viven con diabetes _1 de cada 9 personas en el grupo etario entre 20 y 79 años_ y se proyecta que esa cifra aumente a 853 millones hacia 2050, mientras se estima que actualmente hay 252 millones de adultos aún sin diagnosticar. Así, se observa un incremento sostenido de casos vinculados al sedentarismo, la alimentación ultra procesada, el estrés, tanto general como laboral, el sobrepeso y la obesidad, factores prevenibles que tienen un fuerte impacto en nuestra región. Por eso, su prevención exige estrategias integrales: desde políticas públicas que favorezcan la educación y la detección temprana, hasta iniciativas en los espacios laborales que impulsen bienestar, autocuidado y conciencia colectiva.
El impacto de la diabetes en salud y economía es enorme: en 2024, una persona murió cada 9 segundos por la enfermedad, que generó más de U$S 1 billón en gastos sanitarios globales, un aumento del 338% en 17 años.[v] La mayoría de los casos se concentra en países de ingresos bajos y medios, donde el acceso a servicios y cobertura laboral es limitado. América Latina no es la excepción: millones de personas conviven hoy con diabetes, con efectos directos sobre la productividad, el ausentismo y la calidad de vida. En Argentina, se estima que 4,34 millones de adultos (14% de la población entre 20 y 79 años) tienen diabetes. Estas cifras la convierten en una prioridad de salud pública que también interpela al ámbito laboral.
Avances para el control
“Estamos viviendo un cambio de paradigma en el control y seguimiento de la diabetes. Los sistemas de monitoreo continuo, la telemedicina y las plataformas digitales permiten un control más preciso, reducen los episodios de hipoglucemia y mejoran la calidad de vida. Pero la tecnología debe ir siempre acompañada de educación y entornos que faciliten su uso cotidiano” explicó Rovira.
En un país donde millones conviven con diabetes, sensibilizar en empresas, sindicatos y espacios públicos no es un gasto sino una inversión en salud pública y en la sustentabilidad del empleo. Este 14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes, la invitación es clara: conocer más, actuar mejor y construir lugares de trabajo donde la diabetes se maneje con información, respeto y sin prejuicios.
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