En los últimos años, el uso de cigarrillos electrónicos, también conocidos como “vapers” ha aumentado considerablemente en todo el mundo, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes. Estos dispositivos funcionan calentando un líquido que se transforma en vapor y que, al ser inhalado, simula la experiencia de fumar un cigarrillo tradicional. Sin embargo, aunque muchas personas los perciben como una alternativa más segura al tabaco o de “Riesgo Reducido”, diversos estudios científicos han demostrado que el vapeo también conlleva riesgos importantes para la salud, especialmente a nivel pulmonar.
En este marco, los pediatras neumólogos del Sanatorio de Niños de Rosario se propone informar a la población sobre qué es EVALI y su relación con el uso de cigarrillos electrónicos, vapeadores y su impacto en la salud como así también promover ejes estratégicos en la prevención.
¿Qué es EVALI?
En el 2019, se identificó una nueva enfermedad pulmonar asociada al uso de estos dispositivos: EVALI (E-cigarette or Vaping Product use-Associated Lung Injury), una lesión pulmonar grave que incluso puede ser mortal. La EVALI fue identificada por primera vez en Estados Unidos cuando pacientes fueron hospitalizadas con síntomas respiratorios severos: dificultad para respirar, dolor en el pecho, tos, fiebre, náuseas y, en algunos casos, fallo respiratorio que requirió uso de respirador.
¿Qué es el vapeo?
El vapeo consiste en inhalar el aerosol generado por un dispositivo electrónico que calienta un líquido, comúnmente llamado e-liquid o vape juice. Este líquido contiene una nube de sustancias químicas y partículas ultrafinas que al inhalarse provocan daño pulmonar. Estas son la nicotina, tetrahidrocannabinol, aceite de vitamina E (acetato), el propilenglicol, metales pesados (plomo, niquel y cromo) y aromatizantes como el diacetilo, que puede ser tóximo por si mismo o al descomponerse en benzaldehíbido (un irritante respiratorio que causa bronquiolitis obliterante.
Cuando estos componentes se calientan a altas temperaturas se producen productos químicos tóxicos (que también se hallan en la respiración exhalada) como la Acroleína que puede contribuir a enfermedad cardiovascular, formaldehído y nitrosaminas ambos con efectos cancerígenos.
¿Cuáles son los daños?
La inhalación de partículas de vapor ultrafinas tiene efectos nocivos en distintos órganos y sistemas del cuerpo. A nivel pulmonar, se asocia con la aparición o el agravamiento de asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), neumonía lipoidea, bronquitis, tos persistente, sibilancias y dificultad para respirar, además de incrementar el riesgo de cáncer. El cerebro también se ve afectado: se ha descripto un mayor riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) y daño permanente en las áreas encargadas de regular la atención, el aprendizaje, el estado de ánimo y el control de los impulsos.
El impacto cardiovascular incluye un aumento del riesgo de infarto de miocardio, la aparición de arritmias y la elevación de la presión arterial. Durante el embarazo, la exposición a estos vapores puede interferir en el desarrollo cerebral y motor del niño. La piel y las mucosas tampoco quedan al margen: se registran quemaduras, dermatitis y lesiones en la mucosa bucal vinculadas al sobrecalentamiento, al fuego o a la explosión de los dispositivos.
A esto se suma el daño a la salud de terceros. La exposición secundaria al aerosol puede provocar intoxicación aguda en niños y lactantes, así como problemas respiratorios en personas que no consumen estos productos pero conviven o comparten ambientes con quienes los utilizan.
¿Una nueva moda?
El vapeo supone un grave problema sanitario. La población joven ha encontrado nuevas formas de consumo de nicotina y otras sustancias tan perjudiciales como el cigarrillo clásico el cual, provoca más de 8 millones de muertes al año en el mundo y alrededor de 45000 en el país.
El uso de estos productos emergentes constituye una puerta de entrada al consumo de tabaco en niños, niñas y adolescentes. De hecho, Las estrategias de marketing de las tabacaleras han direccionado sus campañas al público joven, con el objetivo de incorporar nuevos consumidores.
En la Argentina, el 8,9% de los adolescentes de entre 13 y 18 años declara ser consumidor actual de cigarrillos electrónicos según un estudio de la Fundación Interamericana del Corazón (2023). Los adolescentes que se inician en el vapeo corren mayores riesgos de adicción que aquellos que fuman cigarrillos convencionales ya que, por un lado, las soluciones contienen concentraciones mayores de nicotina, y por el otro, incrementan la probabilidad de iniciarse también en el consumo del cigarrillo, dando lugar a un consumo dual e incluso al consumo de otras sustancias.
Prevenir, educar, acompañar
El vapeo representa un riesgo significativo para la salud física y emocional, especialmente entre adolescentes y adultos jóvenes. Aunque suele percibirse como una alternativa inocua, la evidencia demuestra que puede generar adicción, afectar el sistema respiratorio y promover la normalización del consumo de nicotina. Por ello, resulta fundamental implementar estrategias de prevención, educación y acompañamiento que permitan reducir su uso y fomentar decisiones informadas. Sólo mediante una acción conjunta entre instituciones, familias y comunidades es posible construir entornos más seguros y saludables.
En Santa Fe se dio media sanción a la ley que regula el vapeo y los cigarrillos electrónicos, actualizando la normativa provincial sobre tabaquismo. Se incorporan restricciones para el uso de dispositivos de vapeo y productos de tabaco calentado, con especial atención en menores y espacios cerrados e impulsa campañas educativas y de prevención. Así, se promueve la equiparación con el cigarrillo tradicional, con la prohibición de su uso en espacios cerrados de acceso público y de su venta a menores de 18 años.
Es importante recordar y remarcar que en Argentina se encuentra prohibida la importación, distribución, comercialización y publicidad tanto de cigarrillos electrónicos (Disposición ANMAT 3226/2011), productos de tabaco calentado (Resolución del Ministerio de Salud 565/2023) y todo accesorio y/o cartucho para ser utilizados con estos dispositivos.