Vivimos en una era en la que el movimiento de información es tan excesivo que no tiene antecedentes para nuestro cerebro, que es, prácticamente, el mismo desde hace 10.000 años.
Vivimos en una era en la que el movimiento de información es tan excesivo que no tiene antecedentes para nuestro cerebro, que es, prácticamente, el mismo desde hace 10.000 años.
Aunque nunca estuvimos libres de distracciones, no estaban causadas por tecnologías que debían servirnos para vivir mejor, sentirnos más felices y más conectados con el mundo. Las tecnologías previas a la era de Internet no eran tan abrumadoras, ni tan intensas e invasivas como lo son ahora.
Estamos tan enchufados a dispositivos electrónicos que básicamente libramos una guerra para que nuestra atención se centre en una cosa a la vez.
Con tantas cosas compitiendo por nuestra atención, y con tan poco tiempo para lo verdaderamente importante, el efecto es: escasez de tiempo libre de calidad y la imposibilidad para vivir con un mínimo de relajación.
¿Cómo ocurrió esto? ¿Cuándo decidimos formar parte? Estar conectados todo el tiempo, ser generadores de esta constante corriente de información se convirtió en una expectativa que la sociedad tiene, ahora, sobre nosotros.
No hubo un momento en el que acordamos seguir esas expectativas, pero todo evolucionó muy rápidamente, en especial en la última década.
Por eso, ir en contra, es inmensamente difícil. ¿Qué pienso? Que no debamos escapar del todo. Lo que estoy diciendo es que necesitamos repensar las cosas, cambiar esas expectativas para que el sistema se adapte a nosotros, y no al revés.
Quizá sea hora de intervenir. De que prestemos atención a lo importante. Necesitamos reflexionar sobre nuestros comportamientos, cambiar el foco, para que no nos domine.
¿Renunciar a los avances de la tecnología? No va por ahí. Gracias a estas novedades y avances constantes mi carrera profesional, por ejemplo, sigue creciendo, y puedo ayudar a otros.
Sin embargo, mi intención, que acá comparto, es vivir una vida más rica, más enfocada en lo importante e intentar ser mejores humanamente con las personas que nos rodean y no vivir siempre conectados, siempre en otro lado, siempre interrumpidos, siempre distraídos, siempre bombardeados con información y demandas.
* Conectar con quien tenemos al lado o adelante.
* Tener un espacio para crear y ser más productivos.
* Mejorar nuestro rendimiento cognitivo.
* Terminar de leer esos libros que empezamos alguna vez.
* Encontrar silencio, meditar y hacer más actividad física.
Intervení. Experimentá hasta encontrar un método que se ajuste mejor a tus necesidades y situaciones cotidianas. Es hora de tomar conciencia.