Los piquetes instalados ayer en siete accesos a Rosario por la huelga de las centrales obreras opositoras convirtieron a la avenida de Circunvalación en un desierto de asfalto, apenas salpicado por las filas de camiones que se toparon con los retenes y debieron esperar hasta el final del día para seguir viaje. Los cortes complicaron el tránsito en algunos sectores y fueron un arma estratégica para dotar de peso y hacer visible la protesta gremial, que mermó la actividad en la ciudad aunque no llegó a paralizarla.
Cada bloqueo al tránsito en accesos, subidas, bajadas y colectoras de la avenida que rodea a Rosario tuvo una modalidad propia, que incluso varió a lo largo del día.
En todos prohibieron circular a camiones y vehículos pesados, pero en algunos puntos permitieron el paso de autos y camionetas particulares.
El carácter "programado" provocó que pocos automovilistas se acercaran a los lugares afectados y la jornada transcurrió sin incidentes. Además, el centro también se vio alterado por cortes de organizaciones políticas de izquierda desde temprano, mientras se preparaban para concentrar en la plaza 25 de Mayo y luego marchar a la San Martín (ver página 8).
El blindaje arrancó en los primeros minutos de la madrugada, cuando afiliados al Sindicato de Recolectores atravesaron sus camiones a la altura de Ayacucho, Oroño, Ovidio Lagos, Presidente Perón, Pellegrini, ruta 34 y autopista a Santa Fe.
En cada posta obturaron ambas manos de la avenida y las calles transversales. Con una logística similar, cada corte fue sostenidos por unas diez personas (recolectores y camioneros), que trabajaron por turnos. A lo largo del día, un utilitario recorrió los puestos con reservas de agua y hielo.
El grueso de los manifestantes llegó a media mañana, cuando militantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la mayoría mujeres con chicos, se concentraron en una suerte de picnic con consignas bajo los puentes de Oroño y Perón.
A lo largo del perímetro de Rosario se expresaron reclamos variados y dispares, como la eliminación del impuesto a las ganancias, subas salariales, jubilaciones con el 82 por ciento móvil, la entrega de viviendas, el fin de desalojos y el aumento de la asignación universal por hijo (AUH).
Los cortes fueron monitoreadas por la Agencia de Seguridad Vial provincial, que recomendó evitar los viajes e indicó caminos alternativos para entrar o salir de la ciudad.
"Rosario es el sector de la provincia más comprometido", dijo desde la repartición Ivana Marcos, e indicó que no fueron reportados incidentes por la policía y Gendarmería, que recorrieron los accesos.
En la zona sur hubo un corte total a la altura de Ayacucho. El bloqueo también fue completo en la autopista a Buenos Aires, donde los camiones recolectores no dejaron arteria sin cubrir.
Cerca de las 9, se instalaron bajo el puente de Circunvalación más de cien vecinos de Las Flores, La Granada, Ayacucho y Villa Gobernador Gálvez con banderas de la CCC. Sólo liberaron una mano para emergencias y colectivos.
En el cruce de Ovidio Lagos se permitió el paso de vehículos livianos y arriba, sobre la avenida, se amontonó una decena de camiones a la espera de la medianoche.
"Salí de San Nicolás con una carga de sulfato de amonio y llegué cerca de la 1. Quería pasar a Rosario, pero justo estaban cortando y me bloquearon", contó Marcelo, un camionero uruguayo con destino a Paysandú.
"Esta lucha es por todos. Dejamos pasar a las ambulancias o personas con emergencias reales pero el tránsito es nulo porque la gente estaba avisada", dijeron dos empleados de Cliba a la sombra de un toldo improvisado.
La manifestación más ruidosa fue a la altura de Perón, donde se concentraron vecinos de los barrios Godoy, Toba, Santa Lucía y Villa Banana. En la autopista a Córdoba se interrumpió el transporte de cargas pero circularon vehículos livianos. Lo mismo ocurrió en el inicio de la ruta 34 y en la autopista a Santa Fe, donde los autos particulares pudieron avanzar entre los camiones varados en la banquina.
En el puente a Victoria se cortaron ambas manos del lado entrerriano, aunque más tarde se permitió el paso de particulares.
María Laura Cicerchia
La Capital