Julio Burdman | Bío | Licenciado en Ciencia Política de la UBA y doctor en Ciencia Política (Instituto de Estudios Políticos de París). Es director de Observatorio Electoral, una consultora de estudios políticos y sociales.
Por Rodolfo Montes
Julio Burdman | Bío | Licenciado en Ciencia Política de la UBA y doctor en Ciencia Política (Instituto de Estudios Políticos de París). Es director de Observatorio Electoral, una consultora de estudios políticos y sociales.
Con varios artículos publicados en la revista Anfibia, en la jerga de los analistas políticos, Julio Burdman califica como "peronólogo", que en la práctica implica ser politólogo en la Argentina. Sin entender bien al peronismo, y su trayectoria, no hay comprensión posible de la realidad nacional.
En una entrevista con La Capital, el analista porteño se mete con las distintas fracciones del peronismo y la posibilidad o no de constituir una oposición unificada con chances de ganar en 2019. "La única posibilidad de una alianza entre todas las expresiones del peronismo opositor sería que los dos grandes sectores presenten (en una Paso en 2019) candidatos mutuamente potables. A modo de ejemplo, si el grupo de gobernadores presentan a (Juan Manuel) Urtubey y el kirchnerismo a Máximo Kirchner, no hay ninguna chance de unidad opositora", sostiene el politólogo.
—¿La oposición en general y el peronismo en particular tienen chances de articular una propuesta que aglutine al 58 por ciento de los argentinos que no votó a Cambiemos en 2017?
—Algo puede darse, en el sentido de la búsqueda de la unidad; pero creo que eso se expresa distinto en los diferentes "peronismos" que hoy conviven en la Argentina. Por caso, determinados gobernadores, intendentes, con responsabilidad de gobierno no me parece que estén pensando hoy en eso. En diciembre se vio en los bloques legislativos, tanto el kirchnerismo como el massismo se han mostrado alejados de un conjunto de gobernadores.
—Sin embargo, la novedad de diciembre fue un grado de unidad opositora, aunque sin acuerdo de los gobernadores.
—En la legislatura de la provincia de Buenos Aires se da un fenómeno parecido. Se formó un sub bloque desprendido de Unidad Ciudadana, ligado a algunos intendentes, que se propone tener otro tipo de diálogo con la gobernadora María Eugenia Vidal. La negociación con Cambiemos de los peronismos gobernantes parece ser un dato estructural, difícil de superar, del actual momento político. Aun ante la voluntad de unificarse. En cambio, en los sectores no gobernantes del peronismo, si aparece la vocación de generar la unidad.
—¿La presunta necesidad de intendentes y gobernadores (peronistas) de correrse de una postura opositora, es objetiva?, ¿o podría tratarse de una pantalla para enmascarar cierta cercanía ideológica con el gobierno de Macri, antes que con el kirchnerismo u otras corrientes de oposición neta al gobierno nacional?
—Objetivamente funciona así, los que gobiernan territorios, muchos de ellos, tienden a acordar con la Casa Rosada. Pero no me queda claro si de debería ser así, como lo sienten los protagonistas, o no. Es cierto que ser amigo del que tiene la billetera facilita cosas, pero eso no implica resignar alternativas para evitar que te anulen como opositor a nivel nacional. Pero está instalado en la política argentina, el que gobierna tiene la caja, y el que tiene un gobierno local, se alinea. Si debería ser así, científicamente, como la ley de la gravedad, la verdad que no lo creo.
—Respecto de esas fracciones provinciales de peronismo "amigo", (que votó con Cambiemos fondos buitre, blanqueo, y otras leyes clave para el gobierno), ¿cuál sería el punto de acumulación política?,
—La posibilidad de que el peronismo que expresan un Schiaretti o un Urtubey terminen integrándose con el candidato kirchnerista es estratégicamente difícil; pero la posibilidad estará dada en que haya un acuerdo serio y real de no dividir los votos y que los candidatos que propongan los sectores (para una Paso) no sean mutuamente excluyentes. Quiero decir, no es posible una competencia interna entre Urtubey y Máximo Kirchner (por dar sólo un ejemplo, habría muchos más). Ahora si me decís Felipe Solá, de pronto no excluye necesariamente al otro sector.
— ¿Es razonable que Cambiemos hoy ya se sienta muy bien perfilado para la reelección en 2019, o todo podría cambiar?
—La lógica del presidencialismo en la Argentina lleva a la búsqueda de la reelección. Si hasta De la Rúa pensó en eso. Y esto va más allá del contexto político, incluso. De todas maneras, y la economía en la Argentina no está fuerte, y no se puede proyectar a dos años. Hoy no estamos como en 1993 y 1994, cuando Menen tuvo la convertibilidad funcionando. Que eso desembocó en la reelección de 1995. El momento actual es otro y nadie está muy tranquilo.
—¿Cómo ve las realidades de la oposición en los distritos principales de la Argentina?
—Pensando en la provincia y en la Ciudad de Buenos Aires, se observa que la fortaleza de Cambiemos es inversamente proporcional al fraccionamiento de la oposición. Vidal salió fortalecida de la última elección, mantiene imagen alta, y consiguió dividir a la oposición. En la Capital pasa algo parecido, aunque ahora apareció una expresión opositora extraña (cacerolazos por la ley previsional), de todos modos, el gobierno local está fuerte.
—¿En Santa Fe el peronismo tiene algún destino común para 2019?
—Ahí entiendo que Agustín Rossi no estaría participando en la elección de 2019, y que Omar Perotti buscará el voto peronista. Como otros senadores, que buscarán la Gobernación en dos años, Perotti se irá corriendo de su cercanía a Cambiemos, y es probable que empiece a votar como opositor en 2018. Ahora piensa en los votantes opositores.
—De hecho, Perotti, luego de acompañar casi dos años a Cambiemos, por primera vez se diferenció de Miguel Pichetto
—Perotti no tiene un gobernador para responder, y eso lo libera para transformarse en un opositor de ahora en más. Otro caso similar es el senador (Eduardo) Aguilar, del Chaco, que también voto contra la ley previsional. Tienen ganas de ir a la disputa electoral en sus provincias, y entonces empiezan a votar en contra de Cambiemos.
—¿Cómo ve las experiencias de los partidos distritales, como el caso de socialismo en Santa Fe?
—Octubre dejó claro que ante la polarización Cambiemos-kirchnerismo los partidos distritales con divisiones internas, sin liderazgos fuertes, sufrieron duras derrotas. Fue el caso del PS en Santa Fe, pero también en Neuquén y por supuesto en Río Negro. Distinto fueron los casos de La Pampa, Chubut y también San Luis (el kirchnerismo fue unido con los Rodríguez Sáa), donde hay unidad interna fuerte, y se sostuvieron ante Cambiemos. Respecto de la posibilidad de un frente que incluya a socialistas y peronistas parece bastante difícil. Se han consolidado votantes muy distintos. De todos modos, yo les recomiendo a los socialistas que rescaten la figura de Estévez Boero (¿no hay algún heredero con ese nombre?), que tuvo siempre buenas relaciones con los peronistas.
politólogo. Burdman sostiene que la polarización dejó debilitado a los partidos distritales