Del mismo modo que en el Amba, en Rosario y la provincia el debate sobre la presencialidad escolar divide posiciones entre las fuerzas políticas y gatilla distintas intervenciones: mientras el PRO presentó un amparo ante la Justicia, desde el Partido Socialista piden un “consenso educativo”.
Esta mañana, el diputado nacional Federico Angelini se acercó a los tribunales de calle Balcarce e ingresó un escrito en el que solicita se declare inconstitucional el decreto 447 del Poder Ejecutivo provincial, dictado el último domingo, y se suspendan sus efectos en el ámbito educativo. Los cañones apuntan al artículo 5 de la norma, que puso en stand by las clases presenciales en los departamentos Rosario y San Lorenzo.
“Teniendo la experiencia de 2020 y de distintos lugares del mundo no podemos permitir que los chicos pierdan otro año”, argumentó Angelini.
El vicepresidente nacional del PRO evaluó que antes de suspender la presencialidad se podrían tomar otras medidas, como aumentar la frecuencia de colectivos, y advirtió que la situación amplía la brecha entre las familias que pueden acceder a una conexión de internet y una computadora y las que pierden el contacto con los docentes. “Más de 100 mil chicos se fueron de la escuela, ¿Dónde terminan?”, se preguntó.
Para la diputada provincial Claudia Balagué (PS-Frente Progresista) la presentación en tribunales es “una movida partidaria”. “La judicialización es el peor de los caminos”, sostuvo la ex ministra de Educación.
En su lugar, Balagué propuso retomar las pautas que se definieron a comienzos de año en el Consejo Federal Educativo. En febrero, el presidente Alberto Fernández, el ministro de Educación Nicolás Trotta y los titulares de las carteras educativas de las 24 provincias definieron una serie de medidas, como priorizar el retorno a las clases presenciales en todos los niveles y realizar evaluaciones permanentes sobre el riesgo sanitario.
“Ese consenso no se trabajó adecuadamente en cada una de las provincias -afirmó la legisladora-. Tenemos que trabajar acuerdos con el ministerio, las familias y los distintos sectores políticos. Hay que reforzar los cuidados, no podemos dejar en un segundo plano lo educativo porque no hay control suficiente en otras actividades”.
Pulseada nacional
Con el recrudecimiento de la pandemia la presencialidad escolar se ubicó en el centro del debate político. Distritos como Mendoza y Caba, gobernados por la oposición, se resisten a trasladar las actividades educativas a la virtualidad. Hoy el gobierno porteño obtuvo un triunfo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación: el máximo tribunal sentenció que el DNU presidencial “violó la autonomía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.
Mientras tanto, Omar Perotti y Pablo Javkin se encuentran en una posición incómoda: intentan canalizar la demanda de las familias _a las que la suspensión de la presencialidad desorganiza completamente su rutina diaria_ pero evitan tensar demasiado la cuerda con el gobierno de Alberto Fernández.
En este marco, Javkin se desmarcó ayer de la judicialización y defendió las gestiones ante el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para que se revea la categoría de Rosario. “Es la vía más rápida para conseguir un cambio de calificación -dijo el intendente-. La provincia ya concretó esta gestión y nosotros reforzamos la postura coincidente de la ciudad. El decreto está vigente, pero la expectativa es que se pueda revertir”.
Balagué se mostró de acuerdo con la postura de Perotti y Javkin. “A veces se toman decisiones para el Amba con una mirada muy porteño céntrica, hay que hacer entender a los gobernantes que la situación en Buenos Aires no es la misma que la de Rosario y San Lorenzo”, planteó.
Según Angelini, los jefes de la Casa Gris y el Palacio de los Leones caen en una “contradicción constante”. “Por un lado dicen una cosa y hacen otra, ellos tendrían toda la potestad para no cumplir con el decreto de Alberto Fernández; tenemos un sistema republicano y federal, que le da independencia a las provincias en educación”, indicó.
Y agregó: “Si Perotti y Javkin no tienen las agallas para defender la educación, como representantes del pueblo, pero también como papás, vamos a hacerlo”.