Como todos los distritos de la Argentina, la ciudad de Buenos Aires tiene su propio laberinto electoral y, por lo general, no siempre se parece a la sumatoria de toda la Argentina. Sin embargo, la ciudad de Buenos Aires marca en gran parte el pulso electoral de la Argentina a través de sus candidatos. La hegemonía electoral de la centro-derecha, con el PRO como nave insignia, se encamina hacia su quinto período consecutivo en CABA. Desde 2007 que irrumpió Mauricio Macri como jefe de gobierno, el partido amarillo no paró de crecer y consolidarse electoralmente. Primero Macri, durante dos períodos, para luego llegar directo a ganar la elección presidencial de 2015; luego Horacio Rodríguez Larreta, que tras dos períodos al frente de la ciudad capital del país, se lanza por la aventura presidencial.
De la ciudad de Buenos Aires, histórica habitante del barrio de Palermo, también emerge la contrincante de Larreta en la interna de Juntos por el Cambio: Patricia Bullrich, con aspiraciones a ganar dentro de la pelea de JxC e ir al “todo o nada”, en octubre contra el candidato del peronismo, muy probablemente, Sergio Massa.
El otro candidato competitivo, un auténtico fenómeno político de la derecha liberal, el radicalizado Javier Milei, también proviene de la ciudad de Buenos Aires, es diputado nacional por ese distrito, aunque reside en el norte del Gran Buenos Aires. Podrán esperarse para el domingo próximo cifras electorales más cercanas a los 10 o a los 20 puntos; sin embargo, su cualidad de actor político relevante de la Argentina, al menos en este presente, quedó fuera de discusión.
Entre los dos representantes con aspiraciones presidenciales de Juntos por el Cambio y el de la Libertada Avanza, todos porteños, se estarían llevando cifras cercanas al 50 por ciento (incluso superiores) de las preferencias presidenciales de los 33,8 millones de argentinos de las 24 provincias habilitados para votar el próximo domingo.
El competidor más serio que encontrará la oferta de la derecha ideológica, en sus distintas versiones más o menos intensas, será Sergio Massa, que no es porteño, pero que nació en un distrito del primer cordón de conurbano bonaerense, San Martín, y luego hizo su carrera política en Tigre, otro enclave de explosivo crecimiento del Gran Buenos Aires, en este caso, en el llamado tercer cordón, y a 30 kilómetros de la Capital Federal.
Por su parte, Juan Grabois, que se ilusiona con dar una sorpresa dentro de la interna de Unión por la Patria (UxP), compitiéndole mano a mano a Sergio Massa por la candidatura presidencial, cifró su carrera política en el Gran Buenos Aires (GBA), y es nacido en San Isidro, también del corredor norte del GBA. En este caso segundo cordón, y a escasos 12 kilómetros de la avenida General Paz.
Otra porteña de ley, la candidata a presidenta por la izquierda trotskista (FIT), Myriam Teresa Bregman, también actual diputada nacional por el distrito porteño, y con aspiraciones a instalar a esa fracción de la izquierda en un lugar relevante del debate nacional, también es nacida y criada en la Ciudad de Buenos Aires.
Los seis candidatos mencionados, con Bullrich y Larreta en la línea de los 60 años y algo más; Milei, Massa y Bregman, en el andarivel de los 50 años, y Grabois el más joven de todos (40 años), son nacidos y criados en la experiencia porteña o en el GBA, como el caso de los dos candidatos del peronismo y aliados en UxP.
Por fuera de esa oferta electoral presidencial (entre otros), y sin visibilidad relevante, al menos en las encuestas, aparece Juan Schiaretti, de Córdoba, actual gobernador, que, a los 74 años, se lanza a la aventura de una candidatura presidencial, acompañado por un bonaerense en la fórmula, Florencio Randazzo.
Los votos en las 104 mil urnas el próximo domingo los colocaran argentinos de todas las provincias, pero los receptores de las preferencias, serán, como tantas veces, porteños, o del GBA como en el caso de los peronistas.