Una familia de zona sur fue obligada el martes a la noche a abandonar su casa a punta de pistolas por integrantes de un grupo de delincuentes que en la zona, según dijeron, conocen como “La banda de la Pelada”. En esa vivienda de Vuelta de Obligado al 4900 Roberto, Verónica y sus cuatro niños viven hace dos años ya que se la que compraron a un familiar. Y ante quien quiera muestran la documentación que acredita que ellos son los dueños. No es la primera vez que la banda pretende la casa de la familia, pero ahora debieron irse. “El martes vinieron a mi casa, empezaron a romper las puertas y balearon el frente. Ahora me tuve que ir y no tengo a dónde”, dijo la mujer en diálogo con este diario.
Roberto trabaja a pocas cuadras de su casa, en el mismo barrio Las Delicias, en una fábrica de reciclado de plásticos: “Me dijeron que saben donde trabajo y que me van a matar, que me van a cagar a tiros. Así que estoy perdiendo mi casa y también mi trabajo, y tengo cuatro chicos. ¿Cómo voy a hacer ahora? Tengo que empezar de cero”, se lamentó.
Indignados y desesperados hicieron distintas denuncias que no le resultaron sencillas. “Mientras baleaban mi casa llamé al 911, yo hablaba y se escuchaban los tiros. Me dijeron que iba el Comando «ya» y llegó dos horas después. A las 22 más o menos vino la policía y les tuve que rogar que me acompañarán y me custodiaran para sacar a mis hijos de la casa. Tenía miedo que me dispararan. Al final y después de mucho pedir me llevaron hasta la esquina y ahí quedé, esperando a mi marido”.
Luego de ese incidente Verónica y Roberto fueron este miércoles a la mañana a la seccional 21ª pero, según dijeron, no les tomaron la denuncia y los “mandaron” a un Centro Territorial de Denuncias (CTD). Así llegaron al Distrito Sur y en el CTD del lugar les dijeron que debían dirigirse al Centro de Justicia Penal y denunciar todo en la Fiscalía correspondiente.
“Ahora -dijeron a la mañana- vinimos a Fiscalía, esperamos un rato largo y cuando nos atendió un empleado nos dijo que estaban de feria judicial, que no había ningún fiscal de turno y que lo que podíamos hacer era esperar en la plaza por si venía alguien que recibiera la denuncia. Después el mismo muchacho bajó las ventanillas, cerró las puertas y se fueron todos”, contó Roberto. Y agregó: “Ahora si yo denuncio, si les digo a los policías y a la Fiscalía que es el vecino de enfrente el que me sacó la casa a los tiros, si no hay nada que investigar. ¿Por qué no los van a buscar?”.
En tanto Verónica contó que “el martes a la noche entraron a nuestra casa y se instalaron. Me sacaron los muebles a la calle, los colchones y vendieron mis pertenencias y lo que tenían a mano. Lo mismo hacen con las casas que usurpan, las venden. Ya perdimos todo y cuando mi tío Marcelo, el que nos vendió la casa, fue a ver que pasaba y a hablar con ellos lo sacaron a los tiros. Como lo conocen, apenas lo vieron le empezaron a disparar”, contó la mujer.
Por otro lado, el martes se dio en la misma cuadra donde vivía la pareja una situación que está ligada a los ataques de la banda mencionada. Aldana, una mujer de 25 años, iba cerca de las 19.30 a una veterinaria de San Martín al 6000 con su Citroën C3 y en un momento se metió por una calle que la derivó a Vuelta de Obligado. Sin saberlo se metió en un laberinto de un territorio peligroso y terminó con un balazo en el vehículo.
“En un momento doblé y pasé por la iglesia San Casimiro, conozco la zona así que tomé por otra calle que estaba cortada, giré y llegué a Vuelta de Obligado al 4900. Como la calle se corta intenté dar la vuelta y una rueda se metió en una zanja, entonces dos personas de unos 25 años se me acercaron y yo pensé que me iban a ayudar, pero empezaron a gritar y patearme la puerta del auto. Yo aceleré a full y cuando ya estaba a unos metros escuché el balazo, primero pensé que era un piedra, pero el tiro atravesó el baúl y la bala quedó en el asiento del conductor, detrás de mi espalda. Desde ese momento que no como y no duermo, fue espantoso”, aseguró. Los agresores fueron, según la descripción de la joven, los mismos que preparaban el ataque a la casa de la familia de Verónica y Roberto, y que tal vez la confundieron con allegados a la familia.
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Al recorrer el barrio que está a un costado de la villa Flamarión, los nombres de la banda están en boca de todos: “Se dedican a robar, vender casa usurpadas y transar drogas. Están ligados a policías y a gente de la Justicia. Hace un tiempo les mataron un integrante de la banda en la zona oeste. Todos los conocemos son La pelada, Pepo, Ana, Belén y el Chuky, que manejan la venta de drogas ahí por Vuelta de Obligado”, contó un antiguo vecino.
En tanto Verónica y Roberto pasaron la primera noche sin casa y en un cuarto que les prestó un amigo. Anoche se apilaron en el departamento de un familiar. “No sé qué vamos a hacer, los chicos necesitan ropa y ya no tenemos ni eso, ni la ropa. Tendré que empezar de cero”, se lamentó Roberto.