Pablo Nicolás Camino, un condenado por homicidios acusado de administrar una franquicia de Los Monos en la zona sudoeste rosarina, será acusado este miércoles por haber orquestado la balacera de hace cinco meses a la delegación de Asuntos Penitenciarios de Alsina y avenida Pellegrini, donde un hombre que iba como acompañante en una moto realizó cinco disparos y dejó una nota amenazante. Junto a su novia, detenida el mes pasado por un doble femicidio, serán además acusados por una serie de amenazas e intimidaciones al personal de custodia de la cárcel de Coronda para obtener beneficios en el régimen de detención.
La pareja será sometida a nueva audiencia imputativa este miércoles a las 10 en el Centro de Justicia Penal. El fiscal de la Unidad de Balaceras Pablo Socca prevé imputarles delitos de amenazas. Como preso de alto perfil de un pabellón de Coronda, Camino será acusado de haber ordenado una seguidilla de intimidaciones entre las que se incluye una balacera del 10 de mayo pasado a la Delegación Sur de Asuntos Internos del Servicio Penitenciario, de Alsina 1698, el mismo edificio que fue baleado en 2020.
En ese lugar, alrededor de las 15, un hombre que iba como acompañante en una moto bajó realizó al menos cinco disparos contra la puerta, sin herir a nadie. Luego arrojó una hoja de papel con una nota manuscrita dirigida a un empleado penitenciario que decía “dejá de verduguear a los de alto perfil” con la firma “la mafia”. El atacante se fue en la misma moto que lo esperaba en Alsina y Pellegrini.
Otras amenazas que se les imputarán tanto a Camino como a su novia, Melisa Samanta N., ocurrieron en junio pasado cuando a otro agente penitenciario le llegaron a su perfil de Facebook foto personales y de su familia con un mensaje intimidatorio.
Pablo Camino cumple en la cárcel de Coronda una condena unificada a 25 años de prisión por los asesinatos de Andrés Farías, en diciembre de 2015, y del barra de Newell's Rubén “Tuby” Segovia, apuñalado en una celda de esa misma prisión el 24 de abril de 2018. En febrero pasado, en base a prueba hallada en un celular que le secuestraron, sumó una acusación por liderar una asociación ilícita desde la cárcel de Piñero.
La banda, según la imputación, cometía hechos cruentos como homicidios y extorsiones y fue desarticulada en ochenta allanamientos, hace un año en el barrio Godoy. Al grupo se le atribuyó ser la fuerza de choque del jefe de Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, en esa zona del oeste rosarino. De acuerdo con la Fiscalía, la organización pretendía abarcar además los barrios Villanueva y Bajo Cullen y expulsar de allí a bandas antagónicas.
>>Leer más: La novia de un preso y una mujer ligada al lavado de dinero, imputadas por un doble femicidio
La pareja de Camino, Melisa N. tiene sus propios antecedentes. El 27 de noviembre de 2020 fue condenada junto a otros hombres a 3 años de prisión por integrar una asociación ilícita dedicada a fabricar y vender carnés de conducir truchos que ofrecían por Facebook a cambio de siete mil pesos. La banda tenía su imprenta en Empalme Graneros y Melisa era quien se ocupaba de contactar a los clientes y distribuir el material.
El mes pasado fue acusada junto a otra mujer, Sandra C., como coautora del doble femicidio de Estefanía y Mariela Gorosito, ejecutadas en un descampado de Cabín 9 por una presunta deuda narco. Un caso por el que hay otros dos hombres acusados. Las hermanas fueron levantadas el martes 19 de julio pasado de un bar de Oroño y Santa donde merendaban. A la noche las ejecutaron con doce disparos en un descampado de Cabín 9. La hipótesis de la investigación es que tenían una deuda con Caminos, quien habría dado directivas desde la cárcel para concretar el ataque.
Melisa, de 35 años, fue detenida por la Tropa de Operaciones Especiales cuando salía de visitar a Caminos de la cárcel de Coronda. En cuanto a Sandra Beatriz C., de 52, ya estaba en prisión preventiva por retener a un pariente y obligarlo a que vendiera droga para ella en un Fonavi de la zona oeste. Esta mujer es sindicada como parte de la estructura de Caminos y fue mencionada como un importante eslabón en la compra de dólares que llevaron a que dos cuevas de Santa Fe al 1200 y España al 800 fueran allanadas el mes pasado.