Un futbolista recibió un balazo en una pierna mientras entrenaba en el club para el que juega, en la ciudad de Santa Fe. Se trata de Gonzalo Galván, jugador de Santa Rosa de Lima, un equipo de la primera B de la Liga Santafesina. Galván, de 36 años, recibió el impacto de una bala perdida en una de sus piernas.
El jugador estaba entrenando en el predio ubicado en Mendoza y Lamadrid, en el barrio Roma de la capital santafesina, cuando sintió el impacto del proyectil. Rápidamente el futbolista fue trasladado en forma particular al Hospital Cullen, donde le diagnosticaron una herida arma de fuego en la zona del muslo izquierdo. Tras su atención fue dado de alta y se recupera en su casa.
Gonzalo Galván brindó su testimonio y contó: "Estábamos entrenando cuando comenzamos a sentir el silbido de las balas y dos o tres de ellas pegaron en las chapas. Fueron bastantes así que pensamos en irnos para los vestuarios, por las dudas, y fue cuando sentí que algo me pegó y levantó la pierna. Me toqué y sentí sangre y me di cuenta de que me había entrado una bala en la parte de atrás del muslo. A la bala no la pudieron sacar, así que esperamos que esto no me traiga ninguna otra complicación".
"Gracias a Dios me pegó a mí, que soy más grandote, y no a los chicos que estaban entrenando antes, que eran los infantiles de entre nueve y 12 años, porque podríamos haber estado hablando de una tragedia", manifestó el futbolista mientras se recupera en su casa.
"Gracias a Dios me pegó a mí y no a los chicos que estaban entrenando antes, que eran los infantiles de entre nueve y 12 años" "Gracias a Dios me pegó a mí y no a los chicos que estaban entrenando antes, que eran los infantiles de entre nueve y 12 años"
Al ser consultado sobre si este tipo de episodios eran constantes, afirmó: "Sí, pero nunca de esta manera, es decir con alguien herido por una bala que viene de afuera. Los tiros se sienten, hasta podemos hacer chistes, pero la realidad es que lo que pasó ayer fue otra cosa, fueron como 10 las detonaciones que escuchamos. Los vecinos dijeron que el tiroteo se produjo en inmediaciones de la plaza del barrio Santa Rosa de Lima y para llegar al club, tienen un trayecto de casi 300 metros, con casas y personas en el medio".
Ana Leiva, integrante de la comisión directiva del club Deportivo Santa Rosa, manifestó: "Todo sucedió en el momento en que las instalaciones tanto las inferiores como las chicas del fútbol femenino terminaban su práctica y comenzaba la del equipo de primera, cuando el club estaba lleno de gente".
Por otra parte, remarcó: "Los compañeros del jugador herido sentían el silbido de los balazos que venían desde afuera. Además, nosotros sentíamos los impactos de las balas en las chapas. No fue una sola, fue un tiroteo que sucedió en un terreno donde hay una obra abandonada, lugar que las banditas del barrio lo utilizan también como aguantadero y donde los tiroteos son moneda corriente".