La historia protagonizada por Brisa Milagros Leguizamón y Esteban “Pinky” Rocha, la pareja en cuya fiesta de casamiento se produjo el sábado un triple crimen con sesgo narco en Ybarlucea, continuó ayer con los novios prófugos de la Justicia. Los dos tienen una cita en el banquillo de los acusados a partir del lunes de 14 de febrero, cuando una parte de la banda criminal encabezada por Olga “La Tata” Medina comenzará a ser juzgada por venta de drogas en barrios de zona noroeste. Una organización que, según el requerimiento fiscal de elevación a juicio de la causa, los recién casados integraban como “eslabones inferiores” en la cadena de venta.
Hasta anoche, ninguno de los novios había cumplido con el requerimiento del Tribunal Oral Federal 1 que, horas después de la boda, dictó la captura de la novia e intimó al novio a presentarse ante un juzgado federal. Por lo que seguían prófugos con pedido de captura.
Procesados por el delito de tenencia de estupefacientes para su comercialización, agravado por la intervención de tres o más personas, en esa causa penal a los novios prófugos se los menciona como “eslabones inferiores de la organización”. Brisa estaba en prisión domiciliaria en su domicilio de Rueda al 2200 para el cuidado de sus dos pequeños hijos y Pinky en libertad.
Como ella no había solicitado permiso al juzgado para trasladarse hasta la iglesia y la fiesta, tras conocerse la noticia del triple crimen en la boda el fiscal federal en feria Claudio Kishimoto y el auxiliar de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) Matías Scilabra le revocaron la prisión domiciliaria.
En tanto que “Pinky” Rocha, quien había sido excarcelado en la misma causa por la Cámara de Casación, fue convocado a dar explicaciones el domingo a la mañana. Como no acudió, fue declarado en rebeldía y se ordenó su detención. La defensa de la mujer presentó el martes por la tarde un recurso escrito para que el tribunal revea la revocación de la domiciliaria y el pedido de captura de Brisa. Solicitó que ante una resolución adversa la cuestión sea resuelta por un tribunal superior.
La iglesia, la fiesta, los tiros
El viernes al anochecer se casaron en la parroquia San Antonio de Padua, de San Martín 3300, ante la bendición del padre Juan Javier. Para casarse la pareja sólo debió presentar la fe de bautismo y realizar el curso sobre el sacramento del matrimonio, que completaron en la parroquia San Antonio María Gianelli, de Esmeralda 2840, donde en principio planeaban casarse.
Luego de la ceremonia religiosa la pareja se desplazó en un “despampanante vehículo”, según recordaron los vecinos, hasta el salón de eventos Campos de Ybarlucea que está ubicado a 27 kilómetros de la parroquia, sobre el kilómetros 5 de la ruta 34 S . Ahí se celebró una fiesta para alrededor de 150 invitados que se extendió entre las 21 y las 4.30 de la mañana del sábado y en la que al menos el cantante de cumbia Sergio Torres fue de la partida.
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Cuando la fiesta terminó, los invitados Iván Maximiliano Giménez, su compañera Erica Romero y Elena, la hija de ambos de un año y medio, fueron emboscados en su Audi TT color blanco y asesinados. Giménez recibió al menos 13 impactos y Elena seis. Por el momento la autopsia no pudo determinar la causa de muerte de Romero, quien apareció incinerada en el interior del Audi en un camino rural de Ybarlucea a 3.5 kilómetros del salón de eventos.
El fiscal Gastón Avila aclaró el lunes en rueda de prensa que tanto Iván Giménez y como Erica Romero eran blanco de investigaciones en la Justicia Federal “por tráfico de drogas, en causas que tenían medidas vigentes y recientes donde se los mencionaba”.
El fiscal indicó que “estaban ubicados en un cuarto escalón por encima de vendedores de calle, los abastecedores e incluso proveedores de mayor entidad. Por encima de eso estaban Giménez y Romero, que hacían una suerte de distribución mayorista, a mediana escala, a personas que se encargaban de gerenciar zonas”.
Según pudo saberse, Giménez cayó en el radar de los investigadores federales por estar relacionado con el apodado Leo Rey, señalado como líder de una banda dedicada al narcomenudeo en la zona oeste y noroeste de Rosario que fue detenido por Prefectura el jueves 25 de marzo pasado. El epicentro operativo de Leo Rey es Villa Banana, el barrio donde nació y se crió Iván Giménez. En su perfil de la red social Facebook, Giménez se referenciaba a sí mismo como “Maxi Rey”. Vecinos de Ludueña Sur, donde vivió y creció Erica Romero, recordaron a Giménez como “un pibe de la villa que echó vuelo y que movía mucha guita”. “El siempre decía que movía para Alvarado”, agregaron.
El pasado de la "Tata"
El próximo lunes 14 de febrero, en el Tribunal Oral Federal 1, Olga Medina afrontará otro juicio. Esta vez ante un tribunal integrado por los jueces Otmar Paulucci, Ricardo Vázquez y Germán Sutter Schneider. “La Tata”, de 53 años, fue condenada en junio de 2020 a cuatro años y seis meses de prisión. Medina estuvo implicada durante veinte años en incidencias relacionadas al narcomenudeo. Una investigación en su contra derivó en 2010 en un allanamiento a un quiosco en Boedo y Ghiraldo controlado por ella en el barrio “El Churrasco”. Esto derivó en una pesquisa que terminó con una condena a 16 años de prisión contra Delfín Zacarías.
Esta vez Medina irá a juicio por hechos ocurridos desde el mes de abril de 2016 hasta abril de 2019 junto a otras 12 personas, entre las que figuran los prófugos “Pinky” Rocha y su esposa Brisa Leguizamón. En caso de que para el 14 de febrero no se presenten, el juicio se realizará igual. Según el requerimiento de elevación a juicio, de mayo de 2021, el expediente (en el que se acumularon cinco investigaciones) puso bajo la lupa tres puntos de venta de los barrios El Churrasco y Parque Casas: Washington 1200; Unión al 1400 y Blas Parera 1100.
Organigrama
Según la acusación, que ejercerá en el juicio el fiscal federal Federico Reynares Solari, la causa se inició el 25 de abril de 2016 con denuncias anónimas realizadas a través de la línea 0800-444-3583 en la que se denunciaba la existencia de puntos de venta de droga en Castagnino al 1900, en Castagnino entre Calvo y Miller y en Castagnino entre Miller y Calvo. La investigación recayó en la Fiscalía federal número 1, que comisionó a efectivos de la Unidad de Control Operacional “Del Litoral” de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para que trabajaran en territorio.
Para la Fiscalía, la organizadora de la banda era “La Tata”, quien tenía dos personas calificadas como su mano derecha: Pedro Mario “Pepe” Villalba y Maira Noelia Bazque. El 26 de abril de 2019, cuando se realizaron 40 allanamientos en los barrios Parque Casas, La Cerámica y Santa Lucía, la entonces ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich consignó en su perfil de la red Twitter: “Detuvimos a los 14 narcos de la banda de Olga “Tata” Medina y el Clan Moyano en #Rosario. Tras 6 meses de investigación junto a la Justicia, la Procunar y las fuerzas federales desarticulamos a una de las mafias narco más peligrosas de la zona. Además incautamos dinero, armas y droga”. En esa estructura están inmersos “Pinky” y Brisa.
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Ambos están acusados del delito de tenencia de estupefacientes para su comercialización agravado por la intervención de tres o más personas. En la descripción de la imputación se los menciona como “eslabones inferiores de la organización”. Se describen detalles mínimos de la participación de la pareja y poco más. Se referencia que su domicilio está ubicado en calle Rueda al 200 bis, aunque según el registro del Renaper (Registro Nacional de las Personas) la residencia de la pareja es en Esmeralda al 2379. En el escrito, firmado por el fiscal Diego Iglesias de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) se dejó constancia de que se debe profundizar la investigación sobre “La Diabla”, como se reconoce a una de las hermanas de Brisa Leguizamón, quien reside en “El Churrasco” y de quien circularon fotos y videos de su asistencia a la fiesta.
Por su parte el legislador radical Juan Cruz Cándido, presidente de la Comisión de Seguridad de la Cámara de Diputados de la provincia, presentó un pedido de informes para que el Poder Ejecutivo revele “si la Agencia de Investigación Criminal u otro organismo, en el marco de investigaciones en curso, tenía información de que se iba a celebrar el casamiento entre Esteban “Pinky” Rocha y Brisa Milagros Leguizamón”.
Asimismo, pidió saber “si la Dirección Provincial del Patronato de Liberados, Secretaría de Asuntos Penales y Pospenitenciarios del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe tiene a su cargo el control de las prisiones domiciliarias (en este caso de Leguizamón) y en caso afirmativo cuándo tomaron conocimiento de la celebración del casamiento”.
Cándido inquirió además sobre los llamados al 911 y el horario despacho de móviles al lugar, así como el detalle de recorrido y la cantidad y tipo patrulleros comisionados al evento, “si intervino la Central OJO y se le dio tratamiento de incidencia priorizada y en ese caso qué órdenes fueron impartidas en la intervención policial”. Por último, pidió saber “si intervino en el evento de referencia el Registro Civil de la provincia de Santa Fe” y en ese caso cuál fue su participación.
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Iván Máximiliano Giménez; su compañera Erica Romero y Elena, la hija de ambos. Las víctimas del triple crimen
Foto: Gentileza Clarin.