Un autoservicio ubicado en Paraguay al 2600, en la zona sur de Rosario, sufrió este miércoles a la madrugada la visita de ladrones. Los delincuentes aprovecharon que esa cuadra está cerrada al paso de vehículos para trabajar con tranquilidad. Violentaron una persiana de metal, ventanas y puertas para llevarse lo que tenían a mano y lo que les permitió la abertura que lograron hacer.
“No robaron más cosas porque no tuvieron el espacio necesario y tal vez se hayan quedado sin tiempo”, analizó Daniela, la dueña del autoservicio "El Cruce", quien se enteró de lo que había pasado esta mañana cuando llegó con todas las intenciones de arrancar una nueva jornada de trabajo.
Daniela no dudó en señalar a la obra de repavimentación de Paraguay, entre 27 de Febrero y Gálvez, como uno de los factores que contribuyeron a facilitar la tarea de los delincuentes. “Desde diciembre tenemos la calle cortada por esta obra, y desde fin de mes está todo parado. Cerraron la calle y ya no pasan vehículos y colectivos que pasaban habitualmente. El lugar quedó desolado”.
En declaraciones al móvil de LT8, Daniela contó que hace cinco años que ella y su familia tienen el negocio en ese lugar, pero aclaró que hace 20 que está en el mismo barrio porque antes tenía el local a una cuadra de allí.
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Foto: Francisco Guillén / La Capital
“Es la primera vez que nos pasa algo así. Nos levantaron la persiana y rompieron la ventana. No sé cómo hicieron para arrancar todo esto. Se llevaron las cámaras de seguridad, el televisor y bebidas en general”, añadió.
La comerciante dijo que el inicio de la obra de repavimentación de Paraguay dejó a la cuadra en situación de inseguridad. “Ha cambiado mucho este lugar. Está desolado. Acá no terminaron los trabajos y se fueron a trabajar a calle España, donde también abrieron el pavimento y dejaron todo así nomás”, agregó Daniela. La dueña del lugar contó que no había mucho dinero en el local porque sólo dejaban en la caja algo de efectivo “como para arrancar el día, que también se llevaron”.
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Foto: Francisco Guillén / La Capital
El dato de color que tuvo este caso fue el susto adicional que se llevó Daniela cuando llegó al negocio y, además de encontrarse con las rejas y aberturas violentadas, halló un papel con una nota al lado de la puerta. Su primera reacción fue pensar que se trataba de una amenaza o extorsión como las que se vienen dando en los últimos meses a comerciantes de la ciudad.
Por suerte no fue así. “Era el teléfono de un herrero vecino del barrio, que esta mañana pasó por acá y al ver lo que nos hicieron los ladrones, me dejó una notita ofreciéndose para reparar todo. Pero apenas vi el papelito, creí que eran esos mensajes de amenazas que tanto se ven. Por suerte era una buena noticia”, contó Daniela.