El cuarto de Sofía es amplio y húmedo. En una pared una muñecota saca su lengua de pana; a un costado y en una cama de plaza y media reposa la chica de 14 años que el lunes 20 de marzo quedó en medio de un tiroteo entre dos bandas de zona sur. Una bala le perforó la zona de la ingle y quedó flotando en su cuerpo, con el peligro de infecciones y desplazamientos. Esta semana van a operarla, el proyectil se está desplazando hacia la médula. Marcela, su madre, cuenta: “Apenas duerme, tiene mucho miedo y hasta que no la operen va a andar en silla de ruedas. No sabemos cómo va a quedar todo. Creemos que bien”.
Con la familia de Sofía no se comunicó ningún funcionario público para ofrecer algo de calma a su pobreza eterna, para contenerlos. La adolescente integra el grupo de los seis menores de edad baleados en los primeros tres meses de este año y se suma al total de 98 heridos de arma de fuego de febrero, la cifra más alta registrada en los últimos tiempos, y a los 85 de enero.
Los muertos tienen nombre y apellido y en algunos casos asistencia posterior del Estado. Los heridos quedan a menudo con consecuencias gravísimas y, al igual que los muertos, son parte de una estadística que junta polvo informático.
Registros elevados
Mensualmente el Observatorio de Seguridad Pública del Ministerio de Seguridad provincial cruza datos con el Departamento de Informaciones, con base policial; la Dirección de Estadística del Ministerio de Salud y la Secretaría de Política Criminal del Ministerio Público de la Acusación. Así se confecciona una estadística con información sobre homicidios, heridos, secuestro de armas y otros ítems que podrían aportar a un plan integral de prevención de delitos.
Así, el último informe releva que en enero y febrero se registraron en el departamento Rosario un total de 211 heridos de arma de fuego de los cuales hubo 183 en Rosario, 17 en Villa Gobernador Gálvez, cinco en Granadero Baigorria, tres en Pérez, uno en Fighiera y dos sin determinar ubicación exacta.
“La cantidad de heridos registrados en el segundo mes del 2023 es notoriamente superior a su equivalente de 2022, con 29 casos más. También se observa que el registro es más elevado que el de marzo de 2022, cuyo registro fue el más alto del año”, indica. En los 28 días de febrero se superó la cifra máxima registrada en cualquiera de los meses de 2022.
Emboscado
En estos guarismos entró, como en un túnel tenebroso, Daniel, un comerciante de 65 años de zona oeste. El domingo 8 de enero fue en su bicicleta, valuada en unos 200 mil pesos, hasta un almacén en Cochabamba y Perú a comprar un repuesto de afeitar. Allí fue emboscado por un chico de 16 años y un joven de 19 que intentaron robarle la bicicleta y al no lograrlo huyeron.
Daniel no pudo contener su bronca, los persiguió en la misma bicicleta y los alcanzó en Cochabamba y Ecuador. Allí los increpó, pero cuando Daniel les dio la espalda uno de los muchachos le disparó. El diagnóstico fue de paraplejía. Los atacantes fueron detenidos.
Su hijo Diego, quien ahora se ocupa del comercio, contó que su papá pasa sus días en un instituto de rehabilitación desde hace dos meses y medio.
“Perdió 30 kilos, tuvo un ACV, una infección en la sangre y está en una silla de ruedas. Le cuesta mucho salir adelante, a veces se deprime. Su situación y la de toda la familia es muy difícil”, aseguró la tarde del jueves en las puertas del negocio “nos llamaron desde el municipio para ofrecernos contención, pero ya está, preferimos solo agradecer, estamos lo mejor posible”, narró el muchacho .
Horarios y edades
El estudio denota que tres de cada cuatro víctimas son varones. Se aprecian diferencias en la composición de mujeres y varones por edad. Para las mujeres se observa una edad que va entre los 20 y 24 años. En cuanto a los varones el 46,4% de las víctimas tenía menos de 25 años y la mayor frecuencia en el universo masculino se da para víctimas de entre 15 y 19 años, un 20 % y de entre 20 y 24 el 19,3%. En enero y febrero de 2023 hubo trece personas heridas de armas de fuego menores de 15 años.
En tanto, pasadas las 18 los hospitales están más que atentos, según los cruces de datos en Rosario más de la mitad de los heridos fueron lesionados entre las 18 y la medianoche. “Si a esta franja se le adicionan los hechos ocurridos en horario de la madrugada —entre las 0 y las 6— se advierte que tres de cada cuatro fueron lesionados en horario nocturno. En lo que respecta al día de la semana, el 35% tuvo lugar durante los sábados o domingos”, sentencia la estadística.
Un caso que tomó trascendencia nacional hace veinte días fue el asesinato de Máximo Jerez en el barrio Ludueña, en la zona del club “Los Pumitas”, pero el día que desde un auto mataron al niño casi en la puerta de una casa él estaba en compañía de tres niños más.
Naira, de 2 años, está con un yeso fuera de peligro luego de que una bala le fracturara un brazo. Salomón, de 11, sufrió un tiro en el maxilar inferior y en un proceso de recuperación. En tanto Alexis, de 11, es el más perjudicado: fue operado dos veces porque la balacera afectó el lado derecho de su cuerpo alcanzando hígado, pulmón y riñón, además de cargar con una costilla fracturada.
Lugares
En cuanto a los barrios, los hay más y menos peligrosos. En el centro y entre los bulevares prácticamente no se registraron hechos con heridos de armas de fuego. Un caso que conmocionó al centro fue en julio del 2022 cuando Laura C., de 52 años, y su hijo Santiago, de 17, fueron heridos de bala en las piernas al quedar en medio de un confuso robo, que por otra parte no se aclaró. Quedaron registrados en la denuncia, pero se les perdió el rastro.
La frecuencia más alta de puntos en conflicto donde se produjeron ataques se dio en el distrito Oeste, desde Villa Banana y la Vía Honda hasta Godoy. También en el sur: en Tablada y en inmediaciones de Villa Moreno, y en la zona noroeste y norte, sobre los barrios Ludueña, Empalme Graneros e Industrial. “En este sentido la intensidad territorial de la violencia altamente lesiva se destacan particularmente los focos de concentración sobre barrio Belgrano y San Francisquito, seguidos por una fuerte presencia en Tablada.
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Asimismo, cabe mencionar los ataques a lo largo de la vía del ferrocarril Belgrano, desde 27 de Febrero hasta bulevar Seguí aproximadamente. Algunos otros focos, aunque con menor frecuencia, se observan en Las Flores, Nuevo Alberdi y Ludueña”, no hay barrios emblemáticos y antiguos que puedan eludir los tiros y los heridos.
En el informe se muestra que “la distancia entre el lugar del hecho y el domicilio de la víctima, en cuatro de cada diez heridos, fueron lesionados a menos de 500 metros de sus domicilios y uno de cada cuatro casos suceden a más de 3.000 metros”.
Los heridos se suman y sólo en las crónicas policiales pueden leerse al menos dos por día, esto sin ahondar ni en las estadísticas ni en los datos oficiales. Cada familia asume a su herido como puede y si bien en algunos casos funcionarios gubernamentales se comunican con las familias y ofrecen al menos contención, en muchos casos como el de Sofía, la nena de 14 años baleada el lunes 20 de marzo, la ausencia es total.