Damián Reifenstuel, profesor de Química, y Ariel Cabrera, docente de educación física, se juntaron el sábado 30 de septiembre a ver el clásico rosarino en la casa de un amigo en común a unas 30 cuadras del Coloso del Parque. Con el resultado sentenciado, ambos docentes y un tercer hombre no identificado hasta ahora decidieron ir a las inmediaciones del parque Independencia. Cuando Ivana Garcilazo pasó con su moto por Ovidio Lagos y Montevideo, la atacaron a baldosazos ante los ojos de Daniel, el novio de la mujer que circulaba en otro rodado. Uno de esos piedrazos mató a la mujer.
Luego huyeron del lugar, pero según explicó en conferencia de prensa el fiscal Gastón Avila, cuando se conocía que Garcilazo había muerto se reunieron en la casa de uno de ellos en Pérez. Desde ese momento Reifenstuel modificó sus hábitos y Cabrera los mantuvo un tiempo, pero con cambios en su aspecto físico. Los tres sospechosos están prófugos, los dos docentes con pedido de captura y prohibición para salir del país.
El fiscal Avila contó a la prensa que los sospechosos pueden ser acusados por el delito de “homicidio agravado, en el marco de la ley de espectáculos deportivos con ocasión de un partido de fútbol y en ocasión del traslado de una las parcialidades desde el estadio”. Una calificación que tiene una pena mínima en expectativa de 10 años y 8 meses y una máxima de 33 años y 4 meses. El fiscal ordenó su captura nacional y monitoreó con la oficina de Migraciones para determinar si salieron del país de manera legal, consulta que tuvo resultado negativo.
Una sociedad en shock
Si el asesinato de Ivana Garcilazo dejó a la ciudad en estado de shock, la noticia de que los principales sospechosos del crimen son al menos dos docentes tuvo un efecto de patada al medio del mentón. Dos días después de que el fiscal decidiera exponer públicamente un video donde se podía observar el rostro de dos sospechosos de haber participado en el asesinato de Garcilazo y este miércoles los hombres que aparecían en la filmación fueron presentados por el Ministerio Público de la Acusación (MPA) con nombre y apellido. Con esta medida, el fiscal enterró la posibilidad de realizar una rueda de reconocimiento, ya que al exhibirse públicamente los rostros cualquier penalista de fuste podría pedir la nulidad de la medida.
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El fiscal Gastón Avila dio una rueda de prensa, brindó pormenores de la pesquisa e identificó a los principales sospechosos.
Foto: Virginia Benedetto.
Los sospechosos fueron identificados como Damián Reifenstuel, docente de química en dos escuelas de barrios humildes como Puente Gallegos y Cabín 9, este último de la ciudad de Pérez, donde está domiciliado. Según su perfil en la red social Facebook, que desmanteló horas después del crimen, es técnico superior en Preservación del Medio Ambiente.
El otro implicado es Ariel Cabrera, profesor de educación física y coordinador de las divisiones inferiores del Club Deportivo y Social Lux, quien reside en Ybarlucea. Una vez conocida la novedad respecto de Cabrera, la institución deportiva emitió un comunicado solidarizándose con la familia Garcilazo y poniéndose a disposición de la Justicia. Ambos sospechosos son amigos y socios de la lepra.
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“Me sorprende porque son personas que se dedican a la docencia, que están a cargo de jóvenes y menores de edad. Para nuestra sociedad no hay nada más importante que la educación”, explicó el fiscal en un tramo de la rueda de prensa. Tras ser identificados, Avila ordenó el allanamiento de sus viviendas y las de personas cercanas. Ninguno de los dos pudo ser capturado pero se logró secuestrar documentación y prendas de vestir similares a las que se observan en el video publicado 48 horas atrás.
“Hubo una gran participación ciudadana en la investigación y eso me llena de satisfacción. Fueron muchas las personas que dieron información relativa a los dos sospechosos y su identificación. Esa información que nos fue llegando pudo ser corroborada con otros elementos de investigación como el intercambio de llamadas o las antenas de celulares. Lógicamente, cuando se identifica a alguien se lo hace en base a un conocimiento previo por parte de personas, algunas más cercanas y otras no tanto. Pero estamos completamente seguros de que participaron, en este caso no hubo margen de duda. No es que nos han dicho puede ser esta persona o aquella otra o que nos han pasado veinte nombres. Todos señalaron a la misma persona”, aclaró Avila.
“No tenemos ningún indicio que los vincule a la barra brava, ni siquiera a alguna peña, pero sí son socios del club”, dijo Avila. Sobre el tercer implicado, el fiscal se mostró reservado: “Estamos tratando de identificarlo, ya tenemos algunos elementos que nos permiten avanzar en la investigación, pero no tenemos datos tan certeros como con los otros dos”.
El crimen de Ivana
Garcilazo tenía 32 años y el sábado 30 fue al Gigante de Arroyito. Tras el triunfo de su equipo, Ivana salió con su moto rumbo a su casa. Iba a acompañada por Daniel, su novio, quien circulaba en otro rodado. Alrededor de las 19.30 la mujer llegó encabezando una caravana de vehículos al semáforo ubicado por Ovidio Lagos en el cruce con Montevideo. Allí no había control policial pero si varios fanáticos de Newell's. Según explicó el Ministro de Seguridad Claudio Brilloni el puesto policial más cercano estaba a unos 600 metros, en inmediaciones del ingreso al Coloso Marcelo Bielsa. Si bien Ivana circulaba con ropa de Central no iba haciendo ningún gesto de provocación.
La joven de 32 años fue atacada con una baldosa que le impactó sobre el lado derecho de su cara y la mató. “Los testigos coinciden en que las tres personas que estaban en esa esquina tiraban piedras. Cuál fue la que le impactó en el cráneo y le provocó la muerte a Ivana no está claro”, explicó Avila. El fiscal indicó que todavía están procesando información de las cámaras de vigilancia en las inmediaciones. Días atrás se indicó que eran alrededor de 14, pero que ninguna captó el momento del ataque en su totalidad.
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Ivana Garcilazo, asesinada con un piedrazo cuando regresaba a su casa en moto tras presenciar el clásico del 30 de septiembre pasado.
Foto: Celina Mutti Lovera.
La noticia del crimen corrió como reguero de pólvora. Alrededor de las 20 horas del sábado buena parte de los rosarinos estaba al tanto de lo sucedido. Avila explicó que, al día siguiente, "Reifenstuel abandonó su rutina habitual. Dejó de usar su celular y de asistir a la escuela donde daba clases. Cabrera siguió con su vida habitual pero cuando logramos su identificación ya se fue del lugar de residencia y además cambió su apariencia física”. Se cortó el pelo.
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Según pudo saberse la semana pasada, el profesor de educación física se presentó ante los jugadores del club de zona norte y les dijo que se alejaba de la institución “porque le había salido una propuesta de trabajo más ventajosa”, comentó una persona cercana a Mercadito.
Testigos coincidentes
Avila indicó que “los testigos son coincidentes en que las tres personas que estaban en la esquina de Ovidio Lagos y Montevideo tiraron piedras. No está claro cuál fue la piedra que impactó en la cabeza a Ivana y le causó la muerte. Los tres estaban en ese lugar realizando la misma actividad en forma coordinada”, indicó el fiscal, para agregar: "No puedo decir que en el ataque haya una cuestión de género. Entiendo que Ivana estaba justo delante en el pelotón de autos y motos que avanzaba por Lagos. Entiendo que hubo una cuestión de odio, no por el género pero si por el club del que Ivana era hincha”.
“El novio de Ivana observó los videos y ratificó que eran personas que estuvieron en la escena del ataque. Lógicamente desde que decidimos mostrar las imágenes tuvimos en cuenta que no se va a poder realizar una rueda de reconocimiento, pero tenemos un caudal de información importante para poder tener un grado de certeza que estas dos personas estuvieron involucradas”, dijo Avila.
“Hemos relevado un montón de cámaras y seguimos procesando información de alguna de ellas. Sabemos para dónde escaparon. Tenemos la información de los celulares, que nos fueron dando antenas, celdas y comunicaciones que han tenido y que nos han permitido reconstruir alguna de las situaciones”, indicó el fiscal.
“Sabemos que en forma posterior al hecho se llamaron por teléfono, pese a huir por distintos lugares, y se juntaron en una localidad vecina en la que reside una de estas personas en horas de la noche”, contó Avila. Esa reunión se habría producido en Pérez, en la casa de Reifenstuel que este miércoles fue saqueada.