Un hombre de 41 años identificado como D.V. quedó en prisión preventiva en el marco de una investigación que encabeza el fiscal santafesino Omar De Pedro, quien lo acusó por la desaparición y muerte de un matrimonio que vivía en la zona de islas de Arroyo Leyes, localidad ubicada sobre la ruta provincial 1, a unos 20 kilómetros al noreste de la capital provincial. Así lo resolvió la jueza de la Investigación Penal Preparatoria (IPP), Sandra Valenti, en función del pedido del fiscal en la audiencia de medidas cautelares.
De Pedro investiga a D.V. como autor de los homicidios de Benito Sosa, de 65 años, y Estela Ríos, de 52, quienes el martes 19 de diciembre a las 8 de la mañana salieron en su canoa a pescar como lo hacían habitualmente y nunca más se supo de ellos. "Se trata de un caso de homicidio en el que no están los cuerpos de las víctimas. Muy pocas veces se dan casos como éste, pero hay jurisprudencia en el país, incluso de investigaciones similares que llegaron a juicio", informó De Pedro.
"Las víctimas salieron a pescar el martes 19 de diciembre a las 8 de la mañana", relató el fiscal De Pedro. "Las pericias nos confirmaron que a las 8.21 se realizó un llamado telefónico desde el celular de Sosa al celular del hombre investigado. Luego, la pareja fue hasta el paraje en el que está ubicado el rancho que habita el imputado y entendemos que allí se produjo el doble homicidio. Es a la altura del kilómetro 21 de la ruta provincial número 1, aproximadamente a dos mil metros de la ruta, en un paraje conocido como El Crespín", agregó De Pedro.
De Pedro también recordó que "el imputado ya había sido detenido en los primeros días de diciembre de 2017 a raíz de la rápida acción de los fiscales Carlos Lacuadra e Ignacio Lascurain, quienes fueron los primeros en investigar la desaparición de la pareja. Sin embargo, recuperó su libertad porque no había las evidencias que disponemos ahora".
El fiscal sostuvo que "Sosa tenía una discapacidad visual y era insulino dependiente, y Ríos era no vidente. Además, los dos tenían un fuerte arraigo en la zona de islas de Arroyo Leyes. Por estas características personales y por su forma de vida, sumadas a los testimonios obtenidos, los dictámenes médicos y demás elementos de la investigación, podemos afirmar con convicción que los dos están sin vida".
De Pedro agregó que "entendemos que el imputado les quitó la vida, se aseguró que los cadáveres no pudieran ser encontrados y los arrojó al río. Todo su accionar fue hecho aprovechando los conocimientos que tiene como baqueano de la zona, sabiendo que la corriente del agua y la fauna del lugar harían infructuosa la búsqueda".
Distracción
"Por otra parte —dijo el funcionario—, el acusado escondió pertenencias de las víctimas en distintos lugares. En el rancho que habitaba fueron halladas cañas de pescar de la pareja. A pocos metros se encontraron el motor de la lancha de la pareja, un tanque de combustible, una caja de pesca, remos, reeles y otros elementos más. Y en un radio de 100 metros estaban la lancha que usaba la pareja pero sin el tapón de fondo, por lo cual se puede inferir que fue hundida intencionalmente. Además había un sillón y dos almohadones que también eran de ellos, y un cartucho de escopeta".
El fiscal no descartó la complicidad de otra persona en la comisión del delito. "Estamos aguardando el resultado de estudios de ADN que se están realizando a partir de rastros de sangre encontrados en el rancho y en algunos elementos secuestrados en la causa, y que serán comparados con sangre de familiares de las víctimas. En cualquier caso, la participación de otra persona no descarta la actuación del imputado, sino que la abona", aseguró De Pedro.
víctimas. Ríos y Sosa en la lancha que usaban a diario para pescar.