Uriel Leandro Enrique tiene 19 años y el 6 de marzo pasado, en medio de la convulsión social en la que vivía el humilde barrio Las Pumitas tras el asesinato del chico Máximo Jerez, se hizo conocido por publicar un video en las redes sociales en el cual cubriendo su rostro con una máscara profería amenazas a todos aquellos vecinos que habían participado de la pueblada que terminó con tres búnkers derribados. Por ese episodio, el fiscal Franco Carbone pidió que se lo condene a 6 años de prisión efectiva por los delitos de amenazas coactivas calificadas por ser anónimas, en concurso ideal con intimidación pública, ambos en calidad de autor.
El pedido del fiscal ante el juez Nicolás Foppiani se realizó en el Centro de Justicia Penal y en el marco de una audiencia preliminar al debate oral y público al que será llevado Uriel Enrique si es que antes no cierra algún procedimiento abreviado.
El hecho por el cual está acusado Enrique ocurrió el 6 de marzo último. Un día antes, el pequeño Máximo Jerez, de 11 años, fue asesinado a balazos desde un Honda Civic cuando salía de la casa de un familiar ubicada en Cabal al 1300 bis, en el denominado barrio Los Pumitas, uno de los sectores más humildes y vulnerables de Empalme Graneros sometido a la disputa territorial de bandas por el control del narcomenudeo.
Apenas se conoció el crimen del niño, el barrio entero se levantó en una verdadera pueblada y ante la presencia de periodistas de medios locales y nacionales señalaron dónde se vendía drogas, quiénes lo hacían y derrumbaron tres búnkers atribuidos a la banda de “Los salteños”, liderada por un hombre que se encuentra detenido por otra causa. De esas viviendas derruidas, la gente montada en cólera se llevó un sinnúmero de muebles y electrodomésticos.
Antes de que la investigación avance, un día después de esa pueblada las redes sociales del barrio fueron inundadas por un video que se hizo viral. Un joven con su rostro tapado exigía: “Escuchen, manga de giles. Van a tener que devolver las cosas, o si no todos los días les vamos a dejar un muerto. Todas estas balitas son para ustedes. Más vale que devuelvan las cosas o les damos plomo, giles”. Y mucha gente, atemorizada, hizo caso y fue dejando en las puertas de las casas destruidas las cosas que se habían llevado.
>> Leer más: Los Pumitas, el día después: cámaras de TV, amenazas y búnkeres que siguen vendiendo
La pesquisa avanzó y los efectivos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) detuvieron a seis personas por diferentes roles en lo ocurrido. El fiscal Adrián Spelta acusó como coautores del homicidio de Máximo Jerez a los hermanos Maximiliano Oscar y Nicolás Ariel “Macuá” Castillo y a Nicolás Torres, quienes habrían ido en el auto desde el cual partieron los disparos letales. Por otra parte, acusó a Alejandra Rodríguez y a sus hijos Esteban Marengo y Gustavo Borda por “encubrimiento agravado por delito precedente grave, en grado consumado y en calidad de coautores”, ya que ellos fueron quienes escondieron el auto desde el cual mataron a Jerez.
>> Leer más: Identificaron al autor de las amenazas a la familia del nene asesinado en Los Pumitas
A esas seis personas ahora se sumó la acusación contra Uriel Enrique, quien había amenazado a los familiares y vecinos de Máximo Jerez a través de un video en el que aparecía con una máscara blanca y armas de fuego y les solicitaba bajo amenazas de muerte la devolución de todos los elementos sustraídos al posterior momento de la detención de uno de los laderos del condenado Cristian “Salteño” Villazón (hallado culpable de un triple crimen), que se disputa el territorio con el grupo que desde prisión comanda Alex “Araña” Ibáñez, a quien el fiscal identificó como uno de los “transeros” del narcomenudeo que opera en Los Pumitas.