Muchos vecinos de la plaza Alberdi y la parroquia del Sagrado Corazón recién conocieron el nombre de Paulo Eliel Sánchez cuando lo mataron. Tenía 29 años y vivía en situación de calle, cirujeando o cuidando autos en la zona de Puccio y Rondeau. El 6 de octubre de 2022, en una absurda pelea dentro de una fuente seca con otras personas sin hogar con quienes convivía, fue apuñalado en el pecho y aunque intentó correr hacia el hospital enseguida cayó sin vida al lado de un árbol. Por el crimen hay dos detenidos que desde este lunes afrontan pedidos de 14 y 17 años de condena, uno como quien empujó a Eliel hacia la fuente y el otro como quien lo apuñaló.
Los dos están presos en la cárcel de Coronda. En una audiencia preliminar al juicio por el crimen que se realizó en el Centro de Justicia Penal, el juez Pablo Pinto resolvió que sigan detenidos a la espera del debate oral. En la primera parte de ese trámite, que continuará en los próximos días, el fiscal Gastón Avila presentó su pedido acusatorio. Solitictó una pena de 17 años de prisión para Diego Oscar Pacheco como autor del homicidio y 14 años para Ezequiel Eduardo Barboza en carácter de partícipe necesario.
“Nunca supimos cómo se llamaba. Era muy berretinudo y quería hacer cosas malas”, dijeron a este diario los vecinos de la plaza cuando la muerte de Eliel fue noticia. Entonces se supo la historia de este hombre de 29 años que era parte de una familia numerosa de ocho hermanos, criados por el padre porque su mamá falleció cuando era chiquito. A veces iba a dormir con el padre o uno de sus hermanos, pero la mayor parte del tiempo estaba en la plaza, con otras personas marginadas que dormían a la intemperie frente a la parroquia Sagrado Corazón.
Entre ellos estaban, compartiendo esas mismas condiciones de vida, los acusados por el crimen. A Diego Oscar Pacheco lo conocían por su sobrenombre de Cachamay. No terminó la escuela primaria y la dirección que figura en su legajo judicial es “en situación de calle en bajada Puccio”. En ese mismo lugar, en la plaza Santos Dumont, vivía antes de su traslado a prisión Ezequiel Eduardo Barboza, “Pelusa”, un changarín que no sabe leer ni escribir.
La investigación fiscal reconstruyó que ellos dos, Eliel y al menos otra persona con la que formaban una suerte de comunidad estaban esa tarde en la plaza Almirante Brown, en Puccio y Agrelo, frente a la plaza Alberdi. A eso de las 18, Cachamay discutió con Eliel y lo incitó a pelear. Intervino Pelusa, quien introdujo por la fuerza a la víctima al interior de una fuente vacía de la plaza en la que solían dormir, donde había ropa y restos de comida, y le facilitó al agresor un arma blanca con la cual Pacheco hirió a Sánchez en el tórax.
“Empezaron a pelear Eliel y Cachamay en la plaza. Se tiraban puñaladas. Cachamay es un borracho que anda en la calle. Cuida autos por ahí”, contó una persona que aportó su testimonio sobre la pelea entre los dos cuidacoches. Los conocidos de ambos contaron que ese día se habían reunido a compartir un asado porque era jueves. Un día de la semana en que un carnicero solía regalarles algo de carne.
Las tensiones habían empezado más temprano. Hubo un primer incidente en el que intervino la policía, les tomó los datos y ordenó que apagaran el fuego. “Al rato empiezan a pelearse Diego con Eliel. No sé bien el motivo, pero este muchacho Diego le había dado un fierrazo en el hombro el día anterior. Eliel en un momento agarró un Tramontina y Diego hizo lo mismo. Tenían un cuchillo cada uno, se empezaron a tirar y Diego le pegó a la altura del corazón a Eliel”, aportó uno de los entrevistados, aunque otros testigos no refirieron que Sánchez estuviera armado.
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Un vecino que estaba detenido en su auto frente a un semáforo contó: “Otra persona lo agarró a Eliel y lo metió adentro de la fuente. Yo a Eliel lo tenía de espaldas y a Cachamay lo veía de frente. El torso nomás, porque el resto estaba metido dentro de la fuente. Este tercero es como que le facilitó algo a Cachamay, que hace como una apertura con el brazo y le pega a la altura de las costillas a Eliel. La secuencia fueron segundos. Ahí arrancó el semáforo y di la vuelta en U”.
Herido en el torso, Eliel salió de la fuente e intentó correr hacia el Hospital Alberdi. “Llegué a ver el gesto de Eliel. Se levantó la remera y miró para arriba. Supongo que se dio cuenta de que estaba apuñalado. Fueron segundos”, relató el vecino, que se acercó a asistir a la víctima junto a dos empleados del hospital pero al llegar comprobaron que “ya no tenía latido”.