Lo que iba a ser un día normal de clases en una escuela de zona sur devino en nuevo capítulo de la violencia que atraviesa a la ciudad. Es que la comunidad educativa de la Escuela Islas Malvinas, ubicada en España y Uriburu, se encontró la mañana de este miércoles con una amenaza impactante: 46 vainas servidas y un cartel con un mensaje violento en el ingreso al edificio. Si bien no se trató de un ataque a balazos, los docentes y directivos de la institución mostraron su preocupación por el hecho. Mientras tanto continúan abordando desde la docencia una problemática social con la que conviven a diario a través de los estudiantes de distintos barrios que asisten a clases.
"A ver si se ganan el sueldo... así que ocupate de tu cargo y de tus zorras. Seños eran las de antes". Ese mensaje, escrito con fibra sobre una hoja, fue pegado en la puerta del ingreso principal de la escuela, sobre calle España, acompañado de otra amenaza simbólica: 46 vainas servidas. Fue la escena que se encontraron docentes, directivos, alumnos y sus familiares este miércoles cuando pasadas las 7.30 se preparaban para un nuevo día de clases.
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A los pocos minutos la escuela se llenó de policías que llegaron para peritar la zona y actuar sobre una investigación incipiente que intentará identificar a los autores de la amenaza. Ante el impacto que generó ese panorama los padres de los alumnos decidieron no dejar a los chicos en la escuela. Los docentes dedicaron la mañana a procesar lo sucedido, realizando una reunión con representantes del gremio y del Ministerio de Educación.
Por estos días la escuela tiene una directora interina, Daniela Kuriguer, que hace más de 25 años es docente de la institución. "Lamentablemente tuvimos este episodio. Nos dejan una nota bastante intimidatoria que hace alusión a todo el personal, no se nombra a nadie en particular, pero nos tratan de zorras a las docentes", indicó la mujer en diálogo con los medios de comunicación.
Por el momento no hay una hipótesis puntual sobre las motivaciones del hecho ni tampoco, según dijeron las docentes, un conflicto particular que pueda asomarse como trasfondo de la amenaza. Mientras tanto desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA) indicaron que el hecho será investigado por la unidad de Flagrancia, que a su vez dispuso al gabinete de la Agencia de Investigación Criminal para el secuestro de evidencias y recolección de testimonios y cámaras de vigilancia de la zona.
Poner el cuerpo
"Nos duele que el mensaje diga que maestras eran las de antes. Maestras eran las de antes en su momento y maestras somos las de ahora que tenemos que afrontar todo esto", dijo Kuriguer en diálogo con La Capital. Se refería al contexto actual de violencia, que no es más que consecuencia de un proceso que fue acentuándose en los últimos años y en el cual las instituciones educativas ocupan un rol de suma importancia.
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A la Escuela Islas Malvinas acuden aproximadamente 700 alumnos del nivel primario entre los turnos de mañana y tarde. Muchos de ellos, explicó la directora, vienen de barrios como Villa Moreno, Flammarion y Hume, que como tantos otros son escenarios cotidianos de la violencia callejera. Incluso, indicó, en el último tiempo se presentaron muchos casos de "migración" en los que vecinos de otros barrios -ella puso el ejemplo de Tablada- se mudan a la zona de la escuela porque en sus barrios fueron amenazados, les balearon sus casas o los despojaron de sus viviendas.
"Maestras eran las de antes en su momento y maestras somos las de ahora que tenemos que afrontar todo esto. Porque antes esto no ocurría, esto no estaba instalado en la escuela, de recibir a un chico que viene llorando porque agarraron a tiros a algún familiar", indicó Kuriguer. En ese sentido agregó que es habitual que en el día a día los alumnos compartan con sus compañeros y los docentes situaciones de violencia que viven en sus barrios. "Cuentan que se tienen que tirar abajo de la mesa cuando escuchan tiros, o que mataron a alguien que conocían. Que hay familiares que venden drogas o que tienen familiares que son los llamados soldaditos, pero es todo palabra de los chicos", explicó.
"La violencia es algo que llega a la escuela, como en toda la sociedad y particularmente en la ciudad", resumió la directora. Sin embargo, explicó, los docentes tratan de que ese contexto de violencia no sea lo que atraviese principalmente al día a día de los alumnos. "Estamos siempre en contacto con todas esas cosas, es un diálogo permanente. Tratamos de que la escuela no sea una burbuja, porque la violencia nos toca, pero intentamos que sea un espacio recreativo y que ellos vivan sus infancias como tiene que ser", sostuvo.