Albañil de 30 años, Emiliano Villalba construía una casa en el barrio San Cayetano para mudarse con su familia. Allí fue asesinado de un disparo en la cabeza a fines de mayo, cuando les recriminó a dos jóvenes un robo de materiales. La respuesta fue una agresión a tiros, en la que un amigo que cuidaba la vivienda por las noches recibió un disparo en el abdomen. Por ese ataque fue imputado el jueves un joven de 19 años, acusado de disparar junto a un menor de edad que aún no fue detenido. Le dictaron prisión preventiva por 45 días en una audiencia en el Centro de Justicia Penal, donde familiares de la víctima realizaron una manifestación en la puerta.
"Nos habían robado todo de la casa. Las bolsas con materiales, las aberturas. Mi marido fue a llevar a Alejandro, que se quedaba a dormir ahí para cuidar, y justo encontró a los que le robaron. Se armó una pelea y lo mataron", contó Erica en la explanada del edificio de Sarmiento y Virasoro. La acompañaban unas veinte personas con carteles pidiendo justicia por el caso.
Unos minutos antes acababa de terminar la audiencia imputativa contra Tomás Gabriel A., de 19 años. El fiscal Miguel Moreno lo acusó como coautor del crimen de Villalba y de la tentativa de homicidio de Alejandro G., de 22 años, baleado en el abdomen y el hombro derecho. Estuvo grave, perdió un riñón y las secuelas lo obligan a controles médicos constantes.
El fiscal de Homicidios acusó a Tomás A. de haber sido uno de los dos tiradores en ese ataque del 25 de mayo pasado en el barrio San Cayetano, en el límite con Pérez. Fue en la esquina de las calles 1711 y 1704, un viernes cerca de las 18. Meses antes Villalba había comprado una casa a medio construir en esa esquina frente a una canchita de fútbol, a unos 200 metros de escuela 1.376 Leticia Cossettini. Su proyecto era mudarse allí con su pareja y sus dos hijos. Y mientras culminaba con las obras, Alejandro G. cuidaba el lugar.
Víctima y testigo
Cuando estaba internado, Alejandro contó que estaba en la casa de Villalba tomando una cerveza cuando apareció "Joelcito", que había robado los materiales de construcción, y él lo golpeó. Se armó una pelea a la que se sumaron algunos que jugaban al fútbol en la canchita. El sobreviviente contó que Joel —el menor aún prófugo— se fue a su casa donde su madre, apodada "Laucha", les entregó armas de fuego a él y a otro chico.
Según G., enseguida esos jóvenes regresaron a dispararles. El fue trasladado al Heca con lesiones hepáticas y renales. Villalba recibió un tiro en la cabeza y murió. Su cuerpo quedó debajo de un mural que recuerda a Valentín Reales, un pibe de Cabín 9 desaparecido en 2016.
Luego un testigo de identidad reservada que presenció la pelea e intervino a "separar" contó que vio cuando la madre de Joel le entregaba un arma a su hijo, quien disparó contra Villalba. "Había otro chico de la misma banda que también tenía un arma y éste le disparó a G. en la panza", indicó. Buscó a ese joven por Facebook y advirtió que se llamaría Tomás.
Atrapado
Con esa referencia, familiares de la víctima entregaron fotos de Facebook donde Joel y Tomás están juntos. Tomás fue detenido el martes en una casa de pasaje 1735 al 7900. Allí se incautó un revólver calibre 32 Italo con tres cartuchos. Con esos datos el fiscal lo imputó como coautor de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la participación de un menor de edad, otro crimen en grado de tentativa, la portación del arma usada en el hecho y la tenencia del revólver en su casa.
La jueza María Trinidad Chiabrera descartó el agravante de la participación del menor por ser el acusado un joven de "casi 18 años" y porque no advirtió la intención de descargar la responsabilidad en un menor. El defensor público Juan Ignacio Bazet, en tanto, señaló contradicciones entre los testigos. "La mayoría habla de una pelea", advirtió. Y remarcó que la acusación por el homicidio "no tiene asidero".
La jueza pidió a la fiscalía que se precise cuántas armas se usaron en el hecho y el calibre de los disparos. De todos modos dictó la prisión preventiva de A. teniendo en cuenta la gravedad de los delitos y el daño causado.
"Asesino, me sacaste al padre de mis hijos", gritó sin poder contenerse Erica al finalizar la audiencia. La mujer vive en villa Banana con la ayuda de su familia y tiene una nena de 7 años y un bebé de ocho meses. Aún no pudo volver a la casa del barrio San Cayetano a la que planeaba mudarse.