Una vecina de 70 años domiciliada en el límite de los barrios Ludueña y Agote fue víctima de uno de los "cuentos del tío" más tradicionales: el "toco mocho". Fue el miércoles por la mañana, cuando dos mujeres la abordaron cerca de la terminal de ómnibus y lograron engañarla para que les entregara "2.600 dólares a cambio de una bolsa que simulaba ser un paquete de valor, pero sólo contenía papeles", comentaron fuentes judiciales, más allá de que la víctima haya negado públicamente haber intercambiado dinero sino que dijo que le robaron.
El toco mocho es una estafa callejera que en algún punto necesita de un alto grado de ingenuidad por parte de la víctima (ver aparte). En este caso, la septuagenaria relató que se topó con una mujer que le dijo ser analfabeta, que debía ir a un lugar que desconocía y que tenía un billete de lotería premiado. Junto con una cómplice se ganaron la confianza de la anciana, tras una puesta en escena digna de la película "Nueve reinas", y ésta las llevó a su casa de Urquiza al 4500 donde se concretó la estafa.
"Mariel es una mujer que para su edad está muy bien. No es una persona que de aspecto de vulnerabilidad. Es despierta. Cuando vimos a la policía en su casa pensamos que le habían entrado o que la habían arrebatado, porque en eso este barrio está terrible, todos los días hay un robo o arrebato. Después nos enteramos de que le habían hecho el cuento del tío", describió un vecino de la mujer timada en Urquiza al 4500, donde viven Mariel y su esposo.
El miércoles a la mañana Mariel caminaba por la terminal de ómnibus Mariano Moreno cuando una mujer se le acercó y le pidió ayuda. "Me paró una chica con aspecto de boliviana que me dijo: «No sé leer ni escribir. Vengo de Pergamino». Y comenzó a hacerme toda una historia sobre que tenía un billete premiado de Telekino y que tenía miedo porque había ganado seis de millones de pesos", explicó Mariel.
El "toco mocho"
Lo que hasta ese momento desconocía la víctima era que dos mujeres habían montado en la terminal la escena de un "toco mocho". Una de ellas hacía de analfabeta. Y minutos más tarde entraría en escena una ocasional transeúnte que se incorporó a la charla.
"¿Qué te pasa?", dijo la segunda mujer a la joven, tratando de generar empatía.
"La otra mujer tendría unos 50 años y se mostró interesada en ayudar", contó Mariel. Así se desplegó el fuerte del ardid. La "chica boliviana" relató que tenía un billete premiado que tenía miedo de cobrar por la cantidad de dinero que representaba. Que tenía miedo y que su patrón, que vivía en Pergamino, le había querido dar 50 mil pesos por el billete. En ese escenario de miedo y desconfianza, la "ocasional transeúnte" aparecía como una suerte de voz de la conciencia que incorporaba a la charla nexos que acercaban a la víctima con la chica del billete.
"Necesito que me ayuden. Tengo miedo. Necesito que me guarden el billete hasta que pueda cobrarlo y volverme así a Bolivia", recordó Mariel que dijo la muchacha. "No podemos dejarla así. Tenemos que ayudarla, pobrecita", aportó la ocasional transeúnte ante la mirada de Mariel.
En un momento, para generar mayor confianza, la mujer interesada en prestar ayuda salió de escena y regresó con una bolsa llena de supuesto dinero que le mostró a la chica del billete. "Trajo en una bolsa color bordó un montón de billetes. Decía que tenía como 200 mil dólares", recordó la víctima.
La joven del Telekino se mostraba desconfiada. Miró a Mariel a los ojos le dijo: "Yo confío más en usted porque me hace acordar a mi abuela". Mariel ya había caído en la treta.
"Y las traje acá. A mi casa. Las traje acá", repitió Mariel agobiada por la carga de la prueba. Ahí el relato entra en un cono de sombras en el que Mariel no sabe explicar los detalles. Al respecto, una vecina comentó: "A nosotros nos contó que una de las mujeres la abrazaba y la tocaba todo el tiempo. Y que ella empezó a sentirse como obnubilada, como que dejó de poder prestar atención. Dice que mucho no recuerda".
Denuncia
Lo que le ocurrió a Mariel fue denunciado en la comisaría 12ª y la fiscal de Flagrancia Ana Julia Milicic quedó a cargo de la pesquisa. Oficialmente se informó que a la víctima "le sustrajeron 2600 dólares a cambio de una bolsa que simulaba ser un paquete de valor, pero sólo contenía papeles". Sin embargo públicamente Mariel dijo que si bien no puede recordar cómo "las mujeres sacaron el dinero de la vivienda".
Lo concreto es que sobre el mediodía del miércoles "la chica del Telekino" y la "ocasional transeúnte" se fueron de la casa de Mariel. "Me dijeron: «Mañana venimos y vamos a cobrar el billete». Y no regresaron más. Cuando subí a mi casa me encontré que la bolsa color bordó estaba llena de recortes de diarios y revistas. Y también estaba el billete", contó Mariel, con amargura en su voz.
Un ardid entre la ingenuidad y la complicidad
El "toco mocho" es un ardid que habitualmente se despliega en dupla. Una verdadera obra de teatro callejero. Uno de los timadores finge haber perdido un fajo de billetes que es encontrado por un peatón (la víctima). O, como en el caso de Mariel, un billete de lotería premiado que al poseedor se le hace complicado cobrar. La víctima interactúa con uno de los timadores quienes en base al "chamuyo" lo va incorporando al supuesto problema que lo complica. Y en la puesta en escena comienza a ganar espacio un tiempo vertiginoso para resolver el qué hacer.
"En el toco mocho siempre hay algo de complicidad de la víctima, que está ante la chance de hacer una diferencia de plata. De sacar provecho. O existe un grado de ingenuidad en el timado que hoy es difícil de ver en la calle", explicó una fuente policial consultada.