Alan Funes fue condenado este miércoles a 35 años de cárcel por un homicidio y otros delitos, entre ellos integrar una asociación ilícita comandada desde la cárcel de Piñero por René “Brujo” Ungaro, quien también fue sentenciado en el mismo juicio a 7 años de prisión. El fallo del tribunal conformado por los jueces Rodolfo Zvala, Valeria Pedrana y Nicolás Vico Gimena, que en los próximos días darán a conocer sus fundamentos, condena a Ungaro como jefe de asociación ilícita, mientras que la sentencia contra Funes incluye el crimen de Marcela Díaz y una serie de delitos como amenazas simples, abuso de armas, portación y tenencia ilegal de armas y dos intentos de asesinato, entre ellos una contra el hijo de la mujer a la que mató.
Con este veredicto se cierra el capítulo de la llamada “Banda de René”, una organización dedicada a cometer desde amenazas hasta usurpaciones para asegurar su dominio territorial para el narcomenudeo en una franja del sur rosarino por la que ya habían sido condenadas en procedimientos abreviados otras 14 personas, entre ellas Carlos “Pelo Duro” Fernández y Lautaro “Lamparita” Funes.
La pesquisa contra la también conocida como “banda de Funes-Ungaro” se centró en las actividades del grupo entre diciembre de 2016 y junio de 2018. Desde entonces se presume que sus miembros fueron buscando otros horizontes, aun desde la cárcel, y por estos días lo que se investiga es un enfrentamiento entre los Funes con los Ungaro, cuestión que suena como secreto a voces en las calles del sur de la ciudad donde la violencia recrudece con muchos de estos nombres como telón de fondo.
El juicio comenzó el pasado lunes 12 de abril, pero como uno de los defensores tenía otro juicio oral se dictó un cuarto intermedio de una semana. Para entonces ambos imputados habían decidido conectarse a las audiencias vía Zoom desde sus lugares de detención aunque, salvo un par de excepciones, en general no asistieron al debate oral por el cual pasaron más de cien testigos y en el que se exhibió una cuantiosa prueba de escuchas y pericias telefónicas en respaldo de las acusaciones formuladas por las fiscales Gisela Paolicelli, que siguió los pasos de la asociación ilícita, y Georgina Pairola, que investigó el homicidio de Díaz. La penas que habían pedido al inicio del debate, 8 años para Ungaro y 37 para Funes, no variaron mucho del fallo.
Violentos y organizados
Los hermanos Funes se hicieron conocidos por una disputa que cinco años atrás mantuvieron con los descendientes del asesinado ex jefe de la barra de Newell’s Roberto “Pimpi” Caminos, enfrentamiento que regó de sangre la zona del Fonavi Municipal de Grandoli y Lamadrid. Con ese telón de fondo que llamó la atención de la Fiscalía Regional, Paolicelli comenzó a investigar una serie de hechos violentos en los barrios Tablada y República de la Sexta que tenían en común denuncias de amenazas armadas y usurpaciones de viviendas cuyas víctimas atribuían a “La banda de René”.
René es Ungaro, un hombre de 34 años que desde 2011 purga en prisión una condena por el asesinato de Pimpi Caminos. Una serie de escuchas establecieron vinculaciones y roles en una banda que Ungaro lideraba desde Piñero. En mayo de 2017 un operativo de la Policía Federal con 33 allanamientos fue por algunos sospechosos como Lamparita y Pelo Duro. Si bien éstos lograron escapar _meses después fueron capturados_ ocho personas fueron detenidas y algunas imputadas de pertenecer al grupo.
>>Leer más: Imputaron a 8 miembros de una banda delictiva cuyos jefes permanecen prófugos
Los informes de inteligencia y las escuchas, cruzados con denuncias de vecinos, detectaron que la banda operaba organizada en grupos y subgrupos que se repartían los delitos, desde robos hasta amenazas armadas con especial foco en la usurpación de viviendas para instalar quioscos de drogas o asegurar la defensa del territorio. La siguiente tanda de detenciones fue en abril 2018, cuando Ungaro fue imputado como líder de la banda junto con Alan Funes y otras seis personas.
La pesquisa situaba al Brujo impartiendo las órdenes e incluso proveyendo armas desde la cárcel. A Lamparita lo ubicaron en una segunda línea, seguido por Alan y Pelo Duro, sindicados como “brazo armado ejecutor de usurpaciones” y robos, así como venta de droga. Si bien hubo más detenidos, finalmente los imputados como miembros de la banda fueron 16. Al juicio oral sólo llegaron Ungaro y Funes porque el resto aceptó los cargos mediante juicios abreviados que, salvo en los casos de Pelo Duro y Lamparita, en general recibieron penas en el orden de los tres años de cárcel.
Telón de sangre
Pero más allá de las denuncias sobre las operaciones de la Banda de René, lo que convocó la atención de los investigadores fue aquel sangriento conflicto surgido en el barrio Municipal entre las familias Funes y Caminos. Esa rivalidad que llevaba unos años explotó el 18 de marzo de 2016 cuando Mariela Miranda, la madre de algunos de los hermanos Funes, fue asesinada a tiros desde una moto.
Los hijos de la víctima acusaron a “La banda de Alexis” Caminos por ese crimen que inició un tendal de atentados _muchos mortales_ que se estimaron el alrededor de treinta en el marco del enfrentamiento. Uno de ellos fue el de Marcela Díaz, la hermana de Ariel “Tubi” Segovia, un hombre vinculado a la barra de Newell’s enemistado con los Funes que selló una alianza con los Caminos; hasta que en abril de 2018 fue asesinado por gente de esa familia con quien compartía un pabellón en la cárcel de Coronda.
Por el crimen de Marcela Díaz fue condenado Alan Funes. La mujer de 36 años sabía que la buscaban para matarla y por eso debía abandonar la ciudad antes de fin de 2017. Pero la noche del domingo 16 de enero de 2018 volvió a su casa a buscar ropa. Pero cuando se iba con su novio en una moto negra fue sorprendida en pasaje Lejarza al 5600 por los ocupantes de un Volkswagen Suran desde el cual la acribillaron a tiros.
>>Leer más: Alan Funes fue condenado por un crimen cometido cuando era menor
En su momento el crimen se entendió como una venganza de lo ocurrido una semana antes con el crimen de Ulises Funes, un marino mercante de 23 años hermano de Alan e hijo de Mariela, asesinado el 7 de enero en La Lata, hecho por el cual fue recientemente condenado Enrique “Cable” Solís, por entonces miembro de la banda Caminos-Segovia.
Si bien por esos días Alan debía estar con prisión domiciliaria por el crimen de Eugenio Solaro, que había cometido cuando era menor de edad, el entonces joven de 19 años apareció en un video viral disparando una ametralladora mientras festejaba fin de año. Eso lo convirtió en un prófugo conocido y en el principal sospechoso de matar a Díaz, hecho por el cual fue detenido junto con su pareja, Jorgelina “Chipi” Selerpe, que luego fue desincriminada del homicidio y sólo condenada por su pertenencia a la misma asociación ilícita.
Pero la pena de 35 años contra Alan incluye dos intentos de asesinato. Uno, en el mismo ataque mortal contra Díaz, es el de la pareja de la víctima, que recibió seis balazos y sobrevivió haciéndose el muerto. El otro fue un ataque previo, el 27 de diciembre de 2017, cuando baleó a Milton, un hijo de Díaz que a raíz de los balazos sufrió una lesión medular completa que lo dejó parapléjico.
El resto de la banda
De las 16 personas imputadas como miembros de la banda, varias con historial en el mundo del hampa, 14 ya habían aceptado haber integrado la asociación mediante juicios abreviados. Los más importantes son Lautaro “Lamparita” Funes y Carlos Jesús “Pelo Duro” Fernández, quienes junto con Matías “Mojarra” Ocampo admitieron esa y otras acusaciones homologado por el juez Juan Andrés Donnola en febrero de 2019.
Además de admitir sus roles como organizadores de la asociación ilícita, Lamparita y Pelo Duro se hicieron cargo del homicidio de Cristián Ferreyra. Por ello y otras causas y condenas pendientes, Fernández acordó una pena unificada de 18 años de cárcel y Funes una condena a siete años. Ocampo, acusado en un total de siete expedientes, acordó cuatro años de prisión.
>> Leer más: Asesinan a balazos a la abuela de Brisa Amaral en su casa del Parque del Mercado
Otros imputados que también acordaron sus penas en juicios abreviados fueron Brisa Amaral, una joven que sobrevivió al atentado mortal contra Jonatan “Bam Bam” Funes a la salida de la cárcel de Piñero y a la que le atribuyeron encargarse del negocio de venta de drogas que los hermanos Funes gerenciaban desde esa cárcel. La joven acordó una pena de tres años de prisión, al igual que Daniela Ungaro, hermana de René acusada de acordar protección policial y esconder prófugos, y Jorgelina “Chipi” Selerpe, pareja de Alan.
Otros familiares de los Funes que aceptaron su participación en la banda fueron su padre Jorge Funes, acusado de custodiar armas y administrar dinero del grupo, y su tío Pablo Miranda que acordó una pena condicional. Otros miembros del grupo condenados a tres años y medio fueron Jeremías “Gordo Springfield” Arocha, Milton Cabenko y Joan Patricio Kelly.
Otro detenido en la primera redada de 2017, Marcelo “Pala” Gorosito, no terminó detenido en ese entonces pero cayó en mayo de 2019 por el crimen de Juan Alberto González, asesinado por error en Villa Gobernador Gálvez. En tanto Gastón Leonardo Ragusa, un plomero detenido en los allanamientos contra la banda que en su momento fue acusado de guardarles las armas, fue condenado a dos años y medio de prisión condicional pero por la tenencia de armas halladas en su casa ya que no se pudo demostrar su vinculación con el grupo.