En menos de dos semanas una familia que reside en José Ingenieros al 7800, en la zona humilde de Fisherton, recibió graves amenazas intimidatorias con mecanismos que pusieron en juego sus vidas. Primero le rociaron el frente de la casa con nafta, a los dos días le balearon el frente, y en la última depositaron en el pasillo de ingreso una replica de granada con una nota dirigida a uno de los integrantes de la familia. "No es por tema de drogas, nada que ver. Hay una cuestión familiar de fondo y una gran confusión", explicó atemorizado uno de los damnificados.
La denuncia por la presencia de un artefacto explosivo en el ingreso de una casa de pasillo ubicada en José Ingenieros 7865 alteró, el lunes a las 23, a los supuestos destinatarios del mensaje primero y luego movilizó a los vecinos de esa franja más austera del barrio de Fisherton.
Cuando la dueña de casa salió a la puerta luego de advertir que merodeaban extraños, se encontró con un objeto envuelto en un papel que la puso en alerta. De inmediato llamó al 911 y rápidamente se hizo presente una dotación policial y la Brigada de Explosivos.
Tras evaluar el elemento se determinó que no tenía carga explosiva y que en realidad se trataba de un souvenir de la Fábrica Militar de Armas, réplica de una granada de mano FMK2 totalmente inofensiva, envuelta en el papel con el escrito amenazante.
Por el caso se dio intervención a la Fiscalía de Flagrancia en turno desde donde se ordenó la toma de declaración a las víctimas y vecinos de la zona, al mismo tiempo que se investigan las características de la esquela donde se lee: "Devolvé la droga Silvia R. que la próxima explota".
Seguidilla
Según indicaron a este diario allegados al hecho, que prefirieron resguardar su identidad, el martes de la semana pasada a la una de la madrugada la misma familia fue blanco de un atentado que de casualidad no terminó en un incendió. Mientras la pareja que reside en el lugar alargaba la sobremesa con sus hijos, advirtieron un fuerte olor a nafta que provenía de la calle. Y al girar la mirada notaron que el líquido inflamable había sido derramado por debajo de la puerta y se filtraba hacia el interior de la vivienda.
De inmediato saltaron de sus sillas y al salir al pasillo alcanzaron a observar la silueta de dos personas que se escapaban corriendo. Alarmados, llamaron a la seccional 17ª y la policía se hizo presente para calmar los ánimos. Luego dejaron asentada una denuncia sobre el incidente. Pero el hostigamiento no cesaría.
El viernes pasado ocurrió algo más grave. Desesperada, la dueña de casa le mandó mensajes telefónicos a su hijo porque una ráfaga de disparos había atronado sobre las paredes de ingreso a la vivienda. Y una vez más los efectivos de la comisaría con jurisdicción en la zona acudieron al lugar.
Los damnificados creen que el mensaje cifrado destinado a Silvia R. está mal orientado por una situación familiar que los excede. Ese nombre es el de una hija mayor de un primer matrimonio del dueño de casa, pero la mujer nunca vivió allí con la familia que conformó.
El objetivo
Silvia R., dijeron, estaría en pareja con Sergio Martín "Mono" Cañete, un viejo cañero de 32 años que está en prisión y que en marzo pasado fue condenado a 19 años de cárcel acusado de varios atracos a mano armada a bancos y entidades financieras. En un juicio oral le atribuyeron el golpe del 8 de mayo de 2015 al Banco Municipal de Empalme Graneros, de donde se llevaron 1.800.000 pesos; otro del 8 de julio de ese año al banco Macro de Roldán de donde se llevaron 70 mil pesos; y el del 27 de agosto de 2015 Mono contra el Credicoop de Pérez donde robaron 200 mil pesos y 5 mil dólares.
Luego de la condena, la mujer del "Mono" parece que le soltó la mano y hace rato no tiene contacto con él, algo que el hombre parece no soportar. Algunas líneas investigativas marcan que, a través de sus contactos en la calle, el condenado ordena desde la cárcel amedrentar a quienes supone tienen indicios del paradero de su pareja.
Ese dato se conecta con otros dos: una denuncia que habría hecho la mujer en Fiscalía, donde dejó constancia de que en los últimos tiempos fue amenazada por personas allegadas a "Mono"; y la custodia permanente de un patrullero ubicado en Sánchez de Loria al 800 bis (a la vuelta de la casa donde ocurrieron los atentados) y donde residen familiares de "Mono" Cañete en una casa, y a pocos metros, en otra vivienda, la madre de Silvia y sus hermanos.