El taxista que retiró a los autores del asesinato de Ticiana Espósito de la cuadra donde la chica de 14 años recibió un disparo en la cabeza fue imputado como parte del plan criminal que tenía como propósito atentar contra otra persona en Magallanes al 2700. Por el crimen hay otros tres imputados bajo la misma figura que el fiscal Ademar Bianchini le endilgó ayer al conductor Gustavo B. en calidad de partícipe: homicidio calificado por ser premeditado entre dos o más personas, delito que prevé prisión perpetua.
Ticiana Luz Espósito murió al atardecer del 14 de septiembre cuando lavaba los platos en la cocina de su casa. Tres personas dispararon más de veinte balazos contra viviendas de la cuadra y una bala que atravesó la ventana del frente le ingresó por la cabeza. Sus padres la llevaron al hospital en el auto de un vecino pero el tiro había sido letal. La semana pasada tres jóvenes fueron imputados como coautores del ataque, que estaba destinado a otra persona aún no identificada. La jueza Valeria Pedrana los dejó en prisión preventiva por dos años.
Entonces había quedado pendiente la imputación a Gustavo Marcelo B., acusado trasladar a los atacantes hasta el lugar y retirarlos de la escena. Luego dejó el taxi abandonado y con las llaves puestas frente al campo del Golf Club de Fisherton. Dijo que sufrió una descompensación y se trasladó en un taxi hasta el Policlínico San Martín. Como es una persona con problemas de salud previos una médica desaconsejó someterlo a la primera audiencia. El viernes pasado fue sometido a una cirugía por una afección cardíaca y por eso la medida que se postergó hasta hoy.
En un encuentro por videoconferencia que el acusado presenció desde el hospital Cullen de Santa Fe, el fiscal Bianchini imputó a Gustavo B., de 49 años, como partícipe primario de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego y calificado por el concurso premeditado de dos o más personas. Como dispuso para el resto del grupo, la jueza Pedrana le dictó la prisión preventiva por dos años.
Según la imputación, B. era la persona que estaba aguardando a los tres atacantes a bordo de un taxi Chevrolet Corsa. El auto estuvo cuarenta minutos detenido a la vuelta del lugar del crimen. Para el fiscal, B. “los estaba aguardando en la esquina de Garzón y Gálvez para así lograr fugarse del lugar logrando asegurar su impunidad”.
El atentado fue a las 19.30 del 14 de septiembre cuando tres muchachos que estaban reunidos en la esquina de Gálvez y Magallanes comenzaron a caminar hacia el 2700 de esa calle y dispararon al menos diez veces contra viviendas de la cuadra. En ese lugar se recogieron 24 vainas 9 milímetros, dos balas y cinco trozos de plomo. Dos orificios quedaron en la ventana de la casa de la víctima. El móvil del ataque aún no fue expresado pero los investigadores descartan que haya estado dirigido a la familia de la nena, cuyo papá es policía.
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Los vecinos contaron que habían visto a los atacantes tomando cerveza en un kiosco de la esquina. Un vecino que se iba a trabajar en moto y su mujer que salió a despedirlo los vieron acercarse en fila, pegados a la línea de edificación. Escucharon que uno gritó “dale, dale” y empezaron a tirar hacia la vereda de enfrente, donde se veía la luz de la cocina encendida en la casa de Tiziana. El vecino pensó que le iban a robar la moto, salió a toda velocidad y terminó cayendo en una zanja.
Una huella dactilar en un envase de cerveza recuperado en el kiosco permitió identificar a Joel Bernardo I., un hombre de 32 años condenado en 2016 a tres años y cuatro meses de prisión por un robo a mano armada. Al ser detenido en su domicilio de Gorriti al 5900, según planteó la policía, incriminó a los otros dos acusados y dijo que el taxista los trasladó, esperó y retiró de la escena. Su sobrino Alex Gabriel I., de 20 años, fue apresado en su casa de Campbell al 1200 bis y Brian Omar “Chino” I., de 25, en su casa de Sánchez de Thompson al 200, en la zona sur.
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El conductor también fue involucrado a partir del relato de vecinos que vieron escapar a los agresores en un taxi. El GPS del auto detectó que había estado detenido en la zona a la hora del crimen. El chofer dijo que tras dejar un pasajero en Gálvez y Magallanes escuchó disparos y fue abordado por dos personas armadas que lo obligaron a ir hasta Alvarez Condarco y Azcuénaga, donde lo hicieron bajar, arrojar su celular e irse caminando.
Al declarar en la audiencia, asistido por la defensora pública Andrea Siragusa, el taxista insistió con ese relato y dio algunas precisiones técnicas sobre el GPS del taxi, que en esa franja horaria figuró como “ocupado”. El fiscal citó además el testimonio del dueño del vehículo, quien relató que hacía unos 20 días había tomado como empleado a Gustavo B. y le habían llamado la atención algunas de las zonas por las que solía circular. Según dijo, interrogó al chofer y éste le contestó que solía trabajar con gente relacionada con apuestas y cobros en casinos clandestinos.
Bianchini también dio precisiones sobre el recorrido del vehículo, que el día del hecho estuvo detenido a la vuelta de la casa de Ticiana, en Garzón al 2600, desde las 18.57 a las 19.33. Unos cinco minutos antes de las 19, según el registro satelital, el taxi “pasó frente al domicilio que luego fue atacado, a una velocidad muy reducida y bajando la marcha, hasta detenerse a la altura de Magallanes al 2800”.