La noche del 23 de noviembre de 2020 un operativo policial para disuadir una picada clandestina terminó en una persecución contra los ocupantes de un auto que hacían maniobras bruscas a bordo de un vehículo. Después de que el conductor se bajara del auto y huyera a pie, y luego de que descartara una mochila, la policía lo alcanzó y constató que el vehículo era robado y estaba sospechado de participar de una balacera ocurrida horas antes. Por ese hecho, ejecutado sobre el gimnasio de un manager de boxeo, por la tenencia de armas y otros delitos, Brandon Ezequiel S., de 21 años, fue imputado este jueves y quedó detenido.
Cerca de las 1.30 de aquel lunes de noviembre un operativo policial interrumpió una picada clandestina que se estaba realizando en la zona de Lamadrid y Oroño. Personas a pie, en moto y autos se fueron del lugar y en esa secuencia la policía advirtió que una Volkswagen Surán color gris hacía maniobras peligrosas. Cuando dieron la orden de que se detuviera el Surán tomó más velocidad y dio así el inicio a una persecución que se extendió unos 800 metros.
En la zona de Benito Juárez al 2000 los tres ocupantes del vehículo se bajaron y escaparon a las corridas, cada uno para un lado distinto. El primero en ser alcanzado fue un muchacho que vestía una remera gris, una bermuda de jean y unas zapatillas azules. Segundos antes el joven había descartado una mochila que en su interior tenía dos patentes con la misma numeración, una pistola calibre 9 milímetros cargada con un cartucho en recámara y un dos cajas con unas 40 municiones.
El auto, en tanto, había quedado con sus puertas abiertas. En el suelo del acompañante había otra pistola 9 milímetros con la numeración limada, cargada y con un cartucho en recámara. En el baúl del auto había dos chalecos antibalas con inscripciones policiales: uno de la policía santafesina y otro de la bonaerense. Y en un contenedor de basura a unos metros de distancia una oficial encontró a otro de los ocupantes del auto que intentaba esconderse. Se trataba de un chico de 16 años. El tercer involucrado logró escapar.
Al momento de cotejar la patente del vehículo se descubrió que los datos no coincidían con los de las obleas de verificación técnica que la Surán tenía en el parabrisas. Al constatar los datos de la patente original surgió que tenía un pedido de captura por un robo ocurrido el día 5 de ese mes.
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Para esa altura de la madrugada la policía contaba con la información de que un vehículo con las mismas características había participado de una balacera ocurrida horas antes, sobre la noche del domingo 22 de noviembre. Fue cerca de las 22 cuando, según el registro de las cámaras de vigilancia, desde una Surán gris el conductor efectuó una serie de disparos sobre la fachada del gimnasio "Alanis Boxin Gym". Minutos antes, según el mismo seguimiento de las cámaras, el auto había rondando la zona. La policía secuestró del lugar unas 10 vainas servidas que antes de su llegada ya habían juntado unos niños vecinos de la zona.
En una audiencia realizada este jueves la fiscal Valeria Haurigot, titular de la unidad que investiga balaceras, imputó al conductor de la Surán, Brandon Ezequiel S., de 21 años, por intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego. Esa imputación se sumó a las anteriores que había recibido por los delitos de portación ilegítima de dos armas de fuego de guerra, resistencia a la autoridad, alteración de la patente del vehículo y encubrimiento agravado por haber utilizado un arma con numeración limada y un auto con pedido de robo. El joven continuará detenido con prisión preventiva por el plazo de ley.