Tras varios meses de incertidumbre, este lunes la Justicia confirmó que los restos encontrados el 11 de julio en un campo cercano a la Ruta A-012 y el Camino a la Cremería, en Ricardone, corresponden a Andrea Portillo, 45 años.
Los restos de Andrea Portillo fueron confirmados por su ADN. Se sospecha un femicidio. Habían ofrecido 10 millones de recompensa por datos sobre su paradero.
Tras varios meses de incertidumbre, este lunes la Justicia confirmó que los restos encontrados el 11 de julio en un campo cercano a la Ruta A-012 y el Camino a la Cremería, en Ricardone, corresponden a Andrea Portillo, 45 años.
Había desparecido el 25 de marzo y los análisis de ADN realizados en el Instituto Legal de Rosario ratificaron la identidad de la víctima, quien había sido vista por última vez esa noche cuando se dirigía a su trabajo en una estación de servicio.
Andrea Portillo, residente del barrio San Lorenzo en la ciudad de Santa Fe, desapareció en circunstancias que aún no han sido esclarecidas del todo. Aquella noche, cerca de las 23, su familia tuvo el último contacto telefónico con ella, pero a partir de ese momento su celular quedó apagado, sin dejar más rastros. La búsqueda comenzó de inmediato, con la participación del fiscal santafesino Matías Broggi, quien luego derivó la causa a la Fiscalía de San Lorenzo al determinarse que el hecho ocurrió fuera de su jurisdicción.
En su momento y en una marcha realizada para logara que se intensificara la investigación sobre el paradero de la mujer, una de sus hijas expresó que Andrea llegó a la estación de servicio, ya que solía conectarse al WiFi del lugar de trabajo. Sin embargo, momentos después, se perdió toda comunicación con ella. “Normalmente, al llegar al trabajo, se conectaba al WiFi de la estación de servicio. O sea que llegó a su trabajo, pero después de eso, no volvimos a saber de ella,” compartió su hija. “Algo pasó apenas ella llegó al trabajo”, expresó la joven.
La incertidumbre y el dolor de la familia de Portillo persistieron durante meses, mientras las autoridades intensificaban la investigación. En mayo, el Gobierno provincial ofreció una recompensa de 10 millones de pesos para incentivar la aparición de datos que permitieran dar con su paradero. Sin embargo, la esperanza de encontrarla con vida se desvaneció cuando, en julio, se hallaron restos humanos en Ricardone, junto a algunas pertenencias que una de las hijas de Portillo identificó como de su madre.
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Con la confirmación de los análisis de ADN, se pone fin a la búsqueda, pero se ahonda la investigación que continúa en manos de la Fiscalía de San Lorenzo, que deberá determinar las causas y los responsables de su desaparición y muerte.
En agosto de este año ell Ministerio de Seguridad y Justicia de la provincia de Santa Fe había dispuesto una recompensa de 10 millones de pesos para quienes puedan brindar información y datos fehacientes para esclarecer el homicidio de Portillo.
La medida fue tomada a partir de la solicitud del Ministerio Público de la Acusación (MPA), tras la confirmación, el pasado 11 de julio, de la presencia de posibles restos humanos en las inmediaciones de la Ruta A012 y el Camino a la Cremería, en la localidad de Ricardone. Las investigaciones, llevadas adelante por el fiscal adjunto Aquiles Balbis, sostienen que estos restos podrían corresponderse con Andrea Verónica Portillo, de 45 años, hecho que se confirmó esta semana.
Según se anunció, el pago de la suma fijada iba a ser abonado previo informe del representante del MPA y de la Dirección Provincial de Protección de Testigos en relación al mérito de la misma. Asimismo, se garantizó la confidencialidad de la identidad de los informantes antes, durante y después de la investigación.
Andrea Verónica Portillo, de 45 años, fue vista por última vez en la ciudad de San Lorenzo, entre la tarde y la noche del 25 de marzo pasado. Portillo, oriunda de la capital santafesina, era de ojos marrones, cabellos negros, largos y con flequillo, tez trigueña, contextura delgada y medía 1,55 metros. Cone sos datos comenzó la búsqueda.Entre los tatuajes que llevaba en su cuerpo se destacaba uno de una lechuza en el pecho, una frase en el antebrazo izquierdo, dos hadas en la espalda junto a los nombres "Antonella" y "Aldana", y la imagen del Gauchito Gil en el antebrazo derecho.∏