El contador público nacional y ex futbolista de Rosario Central Marcelo Toscanelli tuvo que ser internado ayer a la tarde por una complicación en su salud y esa situación lo llevó a entregarse a la Justicia tras permanecer prófugo dos semanas. El ex defensor canalla está implicado en el marco de una causa que lo tiene como uno de los cabecillas de una millonaria red de juego on line ilegal que sólo en los dos primeros meses de pandemia habría recaudado unos 100 millones de pesos.
De acuerdo a voceros allegados a Toscanelli, el profesional sufre de una patología crónica después de que el año pasado tuviese que ser intervenido quirúrgicamente de un adenóma en el colon. Esa dolencia se potenció en los últimos días tras contraer coronavirus y ayer debió ser internado en un sanatorio privado de Rosario por las complicaciones propias de la enfermedad. Así, la salud le terminó haciendo una mala jugada y no le quedó otra que dar aviso a la Justicia sobre su situación por lo que quedó bajo arresto en una cama hospitalaria. “En las próximas horas y por disposición de los médicos que lo atienden se le harán todos los estudios de rigor para determinar si debe seguir internado, puede ser detenido y llevado fuera de un centro asistencial o se le otorga la prisión domiciliaria”, dijo una fuente muy cercana al ex jugador.
“Previo a que allanaran sus oficinas en los primeros días del mes, Toscanelli había hablado con su médico de cabecera y le habían sugerido que se haga una serie de exámenes por el deterioro de su salud. Pero al contraer Covid 19 no pudo hacérselos y ahora no le quedó otra que internarse porque su situación empeoraba. Ayer su familia tuvo que llamar una ambulancia y fue derivado a un sanatorio. Entonces se dio aviso a la Justicia desde su propio entorno y quedó a disposición del juez que lleva adelante la causa”, explicó la fuente que hizo el anunció a ♫asLa□Capital♫xs pasadas las 20 de ayer.
“Aún no hemos tenido novedades sobre Toscanelli. Hace una semana y media envío un escrito diciendo que por cuestiones de salud no se presentaba, pero que lo iba a hacer. Que quería ajustarse a derecho, pero para eso se tiene que presentar. No hay alternativas”, explicó una fuente judicial del norte santafesino el fin de semana pasado ante una consulta de este diario.
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Marcelo Toscanelli fue volante y zaguero central del equipo de Rosario Central que en 1985 ascendió a primera división y que en la temporada siguiente se consagró campeón del torneo de 1986/87. Entonces era conocido como “Chucha”, un joven oriundo de Zavalla que en 1982 llegó al canalla sin haber pasado por las divisiones inferiores tras haber terminado la escuela secundaria en un colegio en Santa Fe.
Pero esa es una historia vieja. Lo más reciente surge de la investigación que llevan adelante los fiscales de la ciudad de Vera, Gustavo Latorre, y de Reconquista, Nicolás Maglier. Para los representantes del Ministerio Público Fiscal, Toscanelli, quien hoy tiene 57 años, junto al empresario rosarino Fabricio Eduardo Ciamporcero, radicado en Malabrigo, eran socios en la explotación, administración y organización de un sistema de captación de juegos de azar sin autorización, en concurso ideal con defraudación a la administración pública. Tras las imputaciones de rigor Ciamporcero y otras trece personas quedaron bajo prisión preventiva por 90 días, en tanto dos mujeres, una de ellas una contadora rosarina, obtuvieron el derecho al arresto domiciliario pero vinculadas a la misma organización.
Los fiscales Latorre y Maglier comenzaron en diciembre pasado una investigación que puso bajo la lupa a la organización liderada por Ciamporcero y Toscanelli, a quienes ligan al sitio web de juegos Aconcagua Poker, una página que no está permitida según la ley santafesina que rige el juego on line pero que sí son legales en otros países como España y Brasil donde los usuarios están habilitados para realizar apuestas online de dinero. Lo mismo pasa en varias provincias argentinas.
La pesquisa sobre el territorio estuvo en manos de efectivos del Organismo de Investigaciones (OI) del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) quienes comenzaron a trabajar sobre medios electrónicos y telefónicos en un bar de la ciudad de Vera, en el norte provincial. Así se fue desgranando cómo funcionaba la red y sus respectivas líneas entre los usuarios y los cabecillas.
Esa misma página de juego Aconcagua Poker es la que quedó como eje de la investigación del Organismo de Investigaciones (OI) del Ministerio Público de la Acusación (MPA) que motivó el 11 de noviembre pasado una serie de 40 allanamientos con 16 detenidos en Rosario, Santa Fe, Reconquista, Vera, Malabrigo, Villa Ana, Wheelwright y en provincia de Buenos Aires. De las 15 requisas en Rosario se destacó la de un estudio de dos contadores en un edificio de Puerto Norte donde, según la presunción del fiscal actuante, se lavaban activos provenientes del juego clandestino.
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Según la investigación, “a las personas que apostaban se les instalaba una aplicación en algún dispositivo tecnológico y se les creaba un usuario. De esa manera, accedían al sitio web regenteado supuestamente por Toscanelli y Ciamporcero y podían apostar”, explicó el fiscal Latorre a través de un comunicado de prensa de la Fiscalía Regional 1. “Para poder jugar _agregó_ los usuarios eran contactados por personas que integraban un tercer nivel dentro del grupo delictivo. Se los denominaba «cajeros» y eran quienes les cargaban crédito a los usuarios, en función del dinero en efectivo que esos usuarios les pagaban”.
“Un eslabón más arriba que los cajeros _prosiguió el fiscal_ estaban los encargados de llevar la contabilidad o facturación de las cuentas virtuales de cada cajero. Estos operadores eran una segunda línea en la asociación ilícita. Operaban desde Rosario y se ocupaban de realizar la facturación, controlar el movimiento de dinero y la recaudación final. También tenían a su cargo todo tipo de trámite administrativo”, detalló.
El fiscal indicó que la última línea, la cuarta, “estaba integrada por personas que generaban los usuarios y las contraseñas; realizaban encargos y concretaban tareas operativas que eran pedidas por los cajeros”. Latorre hizo hincapié además que “las evidencias recolectadas nos permiten afirmar, en esta instancia procesal, que había funcionarios policiales que operaban para facilitar los ilícitos” y añadió que “dos de ellos eran «cajeros»”.
En relación a los jefes de la organización criminal, el fiscal especificó que eran Ciamporcero y Toscanelli “quien a través de su abogado presentó un escrito”, por lo que esperaban su detención, la que finalmente se concretó ayer tras su internación al complicarse su estado de salud