“Es muy típico en los delincuentes de cuello blanco el mezclarse y juntarse con personas que están en determinados lugares de poder, justamente, para tener una mayor cobertura”. Ese análisis que brindó la fiscal Viviana O’Connell tras la imputación a Yalil Roberto “Turco” Azum, acusado de financiar y lavar dinero del negocio narco, tiene base en evidencias mencionadas en las audiencias de esta semana. En una serie de escuchas telefónicas se detectó que el detenido como jefe de una asociación ilícita con ingresos millonarios afirmaba participar de reuniones con un juez federal, con un funcionario de la Afip, con un diputado nacional por Santiago del Estero y con quien en las escuchas menciona como “Berni”.
Hubo media docena de menciones a “Berni” en las audiencias que, entre martes y miércoles, sobrellevaron los seis acusados de integrar junto a Azum una red de lavado de activos. Fue cuando los fiscales Viviana O’Connell y Alejandro Ferlazzo expusieron los audios de las escuchas para dar a conocer la evidencia contra el grupo. El apellido quedó resonando en la sala del Centro de Justicia Penal. Al punto que al día siguiente la pareja de Azum, Marina Mabel García, se ocupó de aclarar en su descargo que la persona a la que su marido nombraba en las escuchas no era el actual ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, sino otro hombre con el mismo apellido.
“Es muy normal en este tipo de delincuente de cuello blanco que se vaya acercando a personas que tienen que ver con el Poder Judicial, con el Poder Ejecutivo, con gente que trabaja en seguridad. Porque buscan cubrir sus pasos. Surge de las escuchas telefónicas que la intención era volverse cada vez más legal”, apuntó al respecto O'Connell en una conferencia de prensa, luego de que el juez Carlos Rubén Leiva dictara la prisión preventiva por el plazo legal de Azum y otras cuatro personas, en tanto que un sexto imputado quedó en libertad.
El empresario y financista con una oficina comercial en el microcentro apareció en esa investigación recibiendo con regularidad dinero de actores conocidos del narcotráfico, como prestamista e inversor en inmuebles y en una flota de taxis. Al allanar su despacho de San Lorenzo al 1000 la semana pasada los investigadores encontraron dos millones de pesos y 7.900 dólares. Se detectaron además conexiones de Azum en el mundo del delito que incluso llegan a Claudio “Morocho” Mansilla, el único prófugo tras la fuga a tiros de ocho presos de la cárcel de Piñero de junio pasado. Un hijo de Azum tuvo dos hijos con Jésica Daniela “Fea” González, actual pareja de Mansilla.
La pesquisa iniciada en 2016 tuvo como eje al inversor de 44 años dio cuenta de inversiones millonarias en compraventa de inmuebles, la administración de una flota de taxis y manejo de juego online no habilitado, así como prácticas regulares de usura.
“Se pudo detectar que así como hay un crecimiento económico de Azum, también hay un crecimiento social. Esto es algo que vemos en delincuentes de cuello blanco, el tratar de acercarse a personas que tienen poder, que tienen contactos. Es muy típico el intentar mezclarse con personas que están en lugares de poder para tener una mayor cobertura”, consideró la fiscal.
La imputación de casi 120 páginas dedica un apartado especial a la “cobertura política” y la relación con “fuerzas de seguridad” del imputado como jefe de la asociación: “En varias conversaciones se hace referencia a distintos actores con relevancia política, se mencionan reuniones con diputados, jueces federales, personal de inteligencia y hasta el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni”, dice el escrito fiscal. Y agrega que “asimismo, tiene la posibilidad en el año de elecciones 2019 de decidir nombres de candidatos a cargos electivos, evidenciando posibles aportes de dinero”. El texto fiscal contiene la mención a Berni solo porque el entorno de Azum hace referencia a él. No porque exista ninguna evidencia de que Berni estuvo en alguna reunión con Azum.
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El escrito fiscal remarca que una estructura criminal de estas características cuenta “con relaciones en diversos estamentos del Estado, con acceso a protección policial y política a nivel nacional, por lo que el poder no sólo adquisitivo sino de las relaciones coloca a esta organización en un marco de extrema complejidad”.
La investigación ubicó el comienzo de las actividades ilícitas del grupo en los años 2016 y 2017, cuando en la oficina de causas NN se abrió una causa relacionada con delitos violentos en la barra brava de Newell’s luego de que fuera arrojada una granada a las inmediaciones del club. En esa pesquisa se detectaron “actores vinculados a venta de estupefacientes, homicidios, lesiones mediante la utilización de armas de fuego y amenazas”. Delitos que tenían entre sus protagonistas a integrantes de la banda Ungaro-Funes con base en Tablada, del clan rival Caminos con sede en el barrio Municipal y por último a Azum como financista de Rubén "Tubi" Segovia, un acusado de tres asesinatos con negocios millonarios en barrios privados de Córdoba que en abril de 2018 fue estrangulado por compañeros de su pabellón en la cárcel de Coronda.
“A la par de su crecimiento económico _dice la imputación_ Azum presentó un ascenso social, obteniendo contactos de distintos estamentos del Estado (Poder Judicial, Ejecutivo, personal policial, etcétera), y comienza a relacionarse con sectores de la política a los fines de poder evadir los inconvenientes que conllevan su actividad ilícita”. Para respaldar esa afirmación, los fiscales citan una conversación de la mañana del 13 de febrero de 2019 en la que el celular de Azum impactó en una antena de Paseo Colón al 800 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (a cien metros de Puerto Madero). “Cuatro horas la reunión, boluda”, le dice a su pareja.
_“No sabés lo que es. Estaba uno que es diputado, un juez federal. Un juez federal re piola, mal.
_¿Sí?
_Ese, Berni y otro más.
_Ah, estaba Berni?
_Sí, re lindo, re lindo, re piola mal.
_Es un personaje…
_Ibamos bajando del ascensor y me dice el juez federal: “Vos lo que necesites en Rosario, en la Justicia, me avisás” me dice. Me estaba tanteando.
En la charla, Azum detalla que del encuentro participó un magistrado federal de primera instancia que “va para gobernador de Buenos Aires” y “un catamarqueño que es diputado, santiagueño, es diputado nacional”. “Van para gobernador. Esta gente va a poner un gobernador en todos lados. Y yo tengo que elegir en Rosario un gobernador, un diputado y un intendente”. Entre otros detalles de color, apuntó que “fumaban todos” mientras que el juez, tal como le apuntó una voz de fondo, “tomaba mate”.
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En esa charla, dijo haber desayunado con “uno del servicio de inteligencia” que les aportó un estuche para el celular que impide rastreos e intervenciones del aparato. “Te tenés que bancar la reunioncita, es re densa. Hablan mucho de política, se conocen todos a todos”, detalla, y anuncia: “Algo vamos a hacer gorda, qué se yo. Vamos a ver a quién pongo de candidato en Rosario”.
“Yo no entiendo mucho _le responde la mujer_ pero el que hizo cosas buenas es el que está acá con el tema del triple crimen, el papá del chico que murió”, en una aparente alusión al pastor evangélico Eduardo Trasante, asesinado de un disparo en la cabeza en su casa de San Nicolás al 3600 la tarde del 14 de julio de 2020. “Tengo ganas de poner un abogado o algo”, sugiere por su parte Yalil antes de mencionar algunos de sus contactos sindicales.
En una conversación del 14 de febrero de 2019 que impactó en una celda de General Lagos, vuelve a referirse al tema del “candidato”. “A mí el único miedo que me da es el tema de la guita”, dice. Su interlocutor lo tranquiliza: “Hace treinta minutos me llamaron porque necesitan traerla de México. Y le acabo de contactar que le cobro 4% y le entrego 500 verdes por día”. “¿Eso para qué es? ¿Para las elecciones?”, pregunta Azum. Su interlocutor le responde que sí y el “Turco” pide aclaraciones: “¿Y eso quién lo maneja? ¿Berni? ¿Eso lo maneja Berni?”. Nuevamente, recibe una respuesta afirmativa: “Sí, me acaba de llamar Berni. Le dije que el lunes o el martes nos sentamos y hacemos la primera”.
En otra conversación dice contar con el apoyo de un juez federal que sería “el próximo gobernador de Buenos Aires”. Y, una vez más, vuelve a aludir al “regalo” de un agente de inteligencia _un estuche inhibidor del teléfono_ que además le averiguó si contaba con pedido de captura. “De a poquito hay que jugar. Tengo que buscar el gobernador y el intendente de allá”, afirma en otra conversación mientras dice estar por comer algo en Puerto Madero, donde en efecto impactó la antena.