Los casos de abuso de arma en Rosario, aquellos cometidos contra personas que sobreviven tras resultar baleadas, tienen en julio un notorio registro. Con dos nuevos hechos ayer —uno contra un médico referido en la página previa y contra un joven en el recuadro adjunto— suman quince las personas heridas con arma de fuego en distintas zonas urbanas, por hechos que mayormente se explican en robos o ataques por conflictos previos de diferente tipo.
La tasa de homicidios es el indicador usual para referir los niveles de violencia en un territorio delimitado. Sin embargo hechos que no terminan en muerte, aunque menos extremos, también son significativos para dar dimensión de la problemática de la violencias.
Los que siguen son los casos de julio en Rosario de ataques con armas de fuego:
u El 1º de julio Fabricio A., de 19 años, recibió un balazo en el pecho. Fue en Manuel García 2200, zona norte, y en su momento se dijo que estaba con amigos entre quienes habrían manipulado un arma que se disparó en forma accidental.
u El 2 de julio hubo un incidente entre taxistas que culminó con uno de los choferes, de 40 años, baleado. Fue en Falucho y Vélez Sarsfield. Aparentemente se enfrentaron porque querían llevar al mismo pasajero. Angel Isidoro M., de 58 años, baleó a Erico Turiso en el abdomen.
u Ese mismo día la cocinera de una rotisería de Alberdi fue baleada en un asalto en Rondeau al 2400. Natalia V., de 32 años, se resistió, recibió un tiro en la espalda y fue dada de alta al día siguiente.
u La noche del 5 de julio un repartidor de lácteos de 38 años fue baleado por motociclistas que lo asaltaron en la puerta de su casa de Ovidio Lagos al 5800. Eduardo C. recibió un tiro en el pecho. Fue derivado al sanatorio Julio Corso.
u La madrugada del 10 de julio, alrededor de las 5, fue baleado en la ingle un ciudadano colombiano que vive en Rosario. James C., de 30 años, estaba con dos compatriotas en Pascual Rosas y Rioja cuando les dispararon desde un auto. Su vida no corrió peligro.
u El sábado pasado, a la madrugada, cinco adolescentes —cuatro varones y una mujer de entre 15 y 19 años— fueron baleados frente al boliche "Al diablo", de Baigorria al 1700. Alejandro F, recibió dos proyectiles en la zona abdominal y debieron extirparle un riñón. Permanece muy grave en el Heca.
u El domingo último un chico de 15 años fue baleado en Cerrillos y Biedma. Javier Abel G. estaba en un cumpleaños cuando se originó una discusión y muchos salieron a ver qué estaba pasando. Uno de los implicados en la gresca disparó. El chico recibió un tiro en el cuello e ingresó al Heca. Se fue de alta.
u El lunes a la tarde un comerciante de 40 años recibió dos balazos en una pierna tras resistir un asalto en su tienda de ropa de Moreno al 3400. Juan G. se trabó en lucha con el ladrón —un joven de 19 años después apresado— y resultó herido. Lo trasladaron a un sanatorio, fuera de peligro.
u El martes pasado Alejandro M. fue baleado en Fisherton. Al parecer, el chico de 17 años iba en su moto cuando intentaron robársela a punta de pistola y el chico se resistió. Recibió dos balazos, en el abdomen y en la garganta, por lo cual le hicieron una traqueotomía y le extirparon un tramo de instestino. Anoche seguía internado en grave estado en el Heca
Si bien muchos de estos casos logran esquivar las estadísticas sobre homicidios, algunos las engrosan meses después. El pasado 8 de julio, por ejemplo, un viligador privado murió luego de una agonía de dos meses en el Heca. René Cisneros tenía 63 años y había sido baleado el 19 de abril desde una moto mientras custodiaba un predio de fútbol 5 de la zona norte. Hasta ahora no se supo la causa del ataque, en el cual no hubo robo.