“Somos de la mafia. Te vamos a matar”. El día de la primavera, un vecino de la zona sudoeste recibió un llamado en el que una voz masculina le transmitió ese mensaje. En un acto casi reflejo cortó la comunicación pero siguió recibiendo llamadas de ese tenor y presentó una denuncia. La investigación llegó a dos líneas telefónicas que fueron intervenidas y así se descubrió que eran usadas para actividades ilícitas diversas como extorsiones, amenazas y robos a domicilios en ausencia de sus dueños. Por liderar una organización con al menos cuatro miembros, un hombre de 42 años quedó preso como jefe de una asociación ilícita y su pareja en prisión domiciliaria por participar en esas actividades.
La imputación fue formulada la mañana de este martes por el fiscal Federico Rébola, quien les atribuyó formar parte de una organización dedicada a cometer extorsiones, entraderas, usurpaciones de viviendas, escruches y venta de drogas. Esos servicios, indicó, eran provistos para quienes los contrataran o en beneficio propio. Les asignó conformar una banda con división de tareas y asignación de roles que funcionó al menos entre el 22 de septiembre y el 10 de octubre pasados.
En una audiencia presidida por el juez Gonzalo López Quintana, Luciano Sebastián R. fue imputado como jefe u organizador de la asociación ilícita y por los delitos de amenazas y robo. El hombre de 42 años quedó en prisión preventiva por el plazo legal de dos años. Era, según la imputación, quien obtenía datos para cometer los hechos, reclutaba personas para concretarlos y coordinaba la ejecución.
Además de los llamados extorsivos del 21 de septiembre que no rindieron su fruto porque la víctima dejó de atender, le imputaron un robo a una casa de Italia al 2100, a metros de la comisaría 5ª. Tras forzar una persiana del frente que da a un comedor de allí se llevaron de esa casa alhajas de oro, 100 mil pesos y 500 dólares el pasado 23 de octubre.
Para su pareja Gabriela Soledad A., de 35, se acordó la prisión domiciliaria con tobillera electrónica por tener a su cargo una niña discapacitada. En su caso fue imputada como miembro de asociación ilícita. El fiscal planteó que además de estar al tanto de las actividades ilícitas de su pareja la mujer participaba “activamente” en delitos como la venta de drogas y un robo a una gomería de San Lorenzo.
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Los dos fueron detenidos junto a otras seis personas en once allanamientos simultáneos realizados el viernes en Rosario, Villa Gobernador Gálvez y Capitán Bermúdez en los que se secuestró cocaína de máxima pureza, marihuana, un drone, neumáticos nuevos, una moto, armas de fuego y dólares falsos. Se sospecha que el drone era usado para espiar viviendas a fin de asaltarlas.
Dos de los demorados serán imputados en libertad por integrar la banda. Se trata de Pablo P., alias “Puchito”, acusado de marcar o chequear objetivos además de concretar los hechos, y Mike Peter M., por cumplir diversas tareas ordenadas por el jefe, como el seguimiento a las víctimas para concretar los robos en su ausencia. Se busca además a otras personas que trabajaban para el grupo y a un hombre que operaba como jefe y socio de R.
“La casa está para ir y meterse. Hay que cambiar la cerradura nomás”, dijo Luciano R. en una de las conversaciones intervenidas al dar instrucciones sobre una casa a usurpar. Habló también en otras charlas sobre apropiarse de una vivienda de un matrimonio mayor, de sustraer pisos de porcelanato de otro domicilio, de organizar un robo a un hombre que alquila equipos de sonido, de poner a circular billetes falsos y de un robo de neumáticos a una gomería de San Lorenzo cometido el 10 de noviembre.