La violencia se descontroló una vez más en una vasta zona de barrio Tablada. Ayer de madrugada una moto Honda Tornado color negra pasó por la esquina de Chacabuco y Presidente Quintana y un sicario sembró muerte con su arma calibre 9 milímetros. La víctima fue Carlos Fabián Armanino, quien recibió impactos en cráneo, cuello, tórax y brazos. Este muchacho de 26 años es segunda generación de muertos en circunstancias violentas en las calles del barrio en las últimas dos décadas. Su tío, Norberto Germán Armanino, un ex integrante de la barra de Rosario Central con múltiples antecedentes penales, fue asesinado a balazos el 11 de mayo de 2011 en Uriburu e Hipócrates, a los 38 años. En lo que va del 2018 en el rectángulo delimitado por Alem, Grandoli, bulevar Seguí y Uriburu se produjeron al menos 8 homicidios.
Seis cuadras por cinco. Ese es el sector más caliente de la ciudad en los últimos meses. En la última semana cronistas de este medio trabajaron en al menos cuatro ocasiones dentro de ese perímetro dominado por las detonaciones, los heridos de bala y los crímenes brutales o en saga (ver aparte). El patrón de las víctimas es conocido hasta el hartazgo: muchachos jóvenes, menores de 25 años, de sectores populares que no pudieron acceder a más que la educación primaria, muertos a tiros en los que esos mismos pibes tabulan el "dolor por dolor", la forma en la que reconocen la venganza.
El penúltimo capítulo de la serie de ataque violentos en Tablada ocurrió el jueves por la tarde. Alrededor de las 16, a la guardia del Hospital Clemente Alvarez, ingresaron dos baleados desde Garay entre Esmeralda y Beruti. David José A., de 39 años y residente en la cuadra, ingresó con un balazo en el tórax, mientras que Nazareno Uriel G., de 17, fue herido en la pierna derecha. Ambos coincidieron en que una moto Honda Tornado negra pasó por el lugar y el acompañante disparó. Extraoficialmente circuló que un nene de 10 años resultó herido con el raspón de un proyectil, pero no fue ingresado en ningún nosocomio.
En la zona
Diez horas más tarde el atentado en calle Garay al 100 bis pareció repercutir a unas 13 cuadras. "Serían las 2 de la mañana cuando escuchamos pasar una moto, disparos y gritos. No podemos salir a la vereda. Hacemos las compras y después todos adentro porque pasan todo el tiempo las motos amedrentando. El pibe que mataron es de acá. Lo vimos crecerdesde chiquito, da mucha tristeza", explicó uno de los residentes de la cuadra.
Junto a Carlos Armanino estaba su primo, Brandon F., de 19 años, hijo de "La Pipi", una vecina reconocida en la zona de "La U" (en el denominado Cordón Ayacucho) y sindicada por algunos vecinos como vendedora de drogas. Oficialmente se informó que tras el feroz ataque contra Armanino, y mientras este agonizaba sobre el pavimento, Brandon corrió a la casa de los familiares a pedir ayuda. Un familiar del herido lo recibió arma en mano y al enterarse de lo sucedido le disparó al menos dos veces, hiriéndolo en la pierna derecha. Ambos fueron trasladados al Heca por familiares en autos particulares. Brandon fue asistido. Armanino llegó muerto.
Un coletazo de este ataque lo padeció una familia que reside en la esquina ya que dos de los proyectiles disparados contra Armanino y Brandon impactaron en un auto estacionado sobre la vereda y en una ventana de madera. Ese plomo deformado quedó en la ventana. Si bien los vecinos se refugiaron en el silencio ante la consulta de las motivaciones del crimen, algunos conocedores del barrio colocaron la acción en la sucesión de crímenes que se intensificaron con el homicidio de Juan Carlos "Carancho" Flores Camino, asesinado el 3 de abril en barrio Pueblo Nuevo de Villa Gobernador Gálvez. La muerte de Armanino será investigada por el fiscal de la unidad de homicidios, Florentino Malaponte, quien ordenó que sobre la escena del crimen trabajaran efectivos de la Policía de Investigaciones (PDI).
Siete días de ataques letales en un espacio de seis cuadras por cinco
Desde el viernes 7 de abril hasta ayer distintos cronista de La Capital trabajaron incidentes violentos con muertos y heridos en el rectángulo de seis cuadras por cinco delimitado por Alem, Grandoli, bulevar Seguí y Uriburu. Poco antes de la medianoche del jueves 6 de abril, en medio de un apagón de luz generalizado, José Eduardo "Pepón" Pérez, un hombre de 37 años padre de dos niñas, fue asesinado a balazos en la esquina de Patricias Argentinas y Garibaldi. Su amigo Isaías "Campera" B. resultó baleado en una de sus piernas.
El martes pasado alrededor de las 16 en Alem al 4000, en inmediaciones de una boca de expendio de drogas, atacaron a Bruno C., de 25 años, sobrino de "Carancho" Flores. El muchacho tenía impactos en el abdomen, el muslo derecho, la pierna izquierda, el brazo izquierdo y el hombro derecho. Por este hecho fueron detenidos a los pocos minutos dos muchachos en Lamadrid al 400 bis. La policía les incautó una pistola calibre 9 milímetros. A ambos el fiscal Miguel Moreno les imputó tentativa de homicidio calificado.
Tres horas más tarde del ataque en Alem al 4000 las detonaciones se escucharon en Necochea y Doctor Riva (a 500 metros del punto de venta de drogas antes referido). La víctima fue Emanuel Alejandro N., de 24 años, baleado desde una moto.
A esta secuencia le siguió el ataque a balazos en Garay al 100 bis, entre Esmeralda y Beruti, en la que resultaron baleados el jueves por la tarde David José A. y Nazareno Uriel G., de 39 y 17 años respectivamente.
El último capítulo, al menos dentro de lo conocido por la opinión pública, es la muerte de Carlos Fabián Armanino ayer.