En el reinició del juicio oral y público en los Tribunales Federales al ex jefe de la policía de la provincia, Hugo Tognoli, y a otras 26 personas por el supuesto delito de tráfico y comercialización de estupefacientes, ayer se escucharon dos testimonios que volvieron a poner en ridículo el accionar de la Brigada de la ex Drogas Peligrosas de la Unidad Regional VIII que estaba al mando del subcomisario Alejandro Druetta cuando detuvieron a Carlos Andrés Ascaíni, quien operaba supuestamente bajo la protección de Tognoli.
Uno de los que declaró fue Santiago David R., testigo del allanamiento realizado a la casa de Ascaíni en Villa Cañás el día después de que éste fuera apresado en un oscuro operativo en el cruce de las rutas 90 y 94, en cercanías de Chapuy el 8 de mayo de 2012. Entonces le incautaron un arma de fuego que él sostiene fue plantada por la policía y un paquete con algo más de un kilo de cocaína que tras pericias de laboratorio era azúcar en un 86 por ciento.
En ese allanamiento la policía no encontró nada extraño, aunque según el acta policial había una balanza, una prensa y unos pistones de camión que el propio Druetta atribuyó al negocio narco sosteniendo que "la balanza era para pesar drogas, la prensa para hacer los panes y los pistones para fabricar pilas de cocaína". Pero las pericias realizadas arrojó negativo de dicha droga.
En su testimonio ante el tribunal conformado por Beatriz Caballero de Barabani, Omar Digerónimo y Otmar Paulucci, el testigo Santiago R. expresó que volvía a su casa de Venado Tuerto tras haber estado "en una peña" cuando fue levantado por la policía en la calle, "subido a una camioneta" y trasladado a Villa Cañás para actuar como testigo. Frente a una pregunta del abogado José Nanni, quien representa a Ascaíni, sostuvo que en la peña "había tomado algo, tres botellas de vino o algo así". El letrado le preguntó entonces si le había comunicado eso a los policías y respondió afirmativamente, por lo cual el testigo "no habría pasado un test de alcoholemia", según refirió el profesional para poner en duda la lucidez del testigo al momento del procedimiento.
Al ser interrogado sobre si reconocía su firma en el acta policial del allanamiento y las que estaban en los sobres de los elementos secuestrados en casa de Ascaíni, dijo que sólo firmó "un papel" y que todo lo que le mostraban nunca lo había visto.
En su insistencia, la Fiscalía y la presidenta del tribunal le repreguntaron al testigo para que "revea sus dichos sobre las firmas" y el hombre sostuvo enérgicamente: "No es mi firma, yo no firmo así". Entonces el fiscal Adolfo Villate solicitó al tribunal una pericia caligráfica in situ pero los magistrados resolvieron no hacer lugar ante la negativa de la defensa. No obstante se pidió enviar todo a la Fiscalía en turno para que se analice el probable delito de falsedad del acta labrada.
Posteriormente declaró Eduardo Lago, quien fuera fiscal de la causa en Venado Tuerto, proceso en el cual Ascaíni fue absuelto. Al respecto, en agosto de 2012 Lago fue entrevistado por La Capital después de que recibiera amenazas que él atribuyó a agentes de los ex Drogas Peligrosas, hecho que llevó al desplazamiento momentáneo de Druetta de esa repartición y al allanamiento de esas dependencias. El profesional expuso en esa entrevista que los agentes antinarcóticos se asemejaban a "un grupo de tareas de la dictadura" y recordó que apenas asumió el cargo de fiscal del departamento General López le llegó la primera amenaza con mensajes de voz: "Cortala con los vagos de drogas", le decían.
La fiscal Adriana Saccone le pregunto si él había elevado la causa del arma hallada en el auto de Ascaíni a juicio y el ex fiscal respondió que si, pero que a él "todo ese procedimiento me llamó muhco la atención, me hacia ruido que sea todo tan prolijo y muy casual".