El "Gordo" o "Tortuga" Brian Lionel V., un joven de 28 años afincado en barrio La Cerámica a quien los investigadores tienen bien apuntado por su recorrido delictivo, cayó detenido sospechado de ser uno de los integrantes de una banda que concretó un resonante robo tipo comando en dos casas del country Funes Hills San Marino, en junio de 2015. Entre las evidencias hay 870 CDs con grabaciones de escuchas telefónicas donde se demuestra su vínculo estrecho con los otros imputados del hecho. También consta el rastreo satelital de un celular que coincide con imágenes de cámaras de seguridad que ubican en fuga al auto de Brian. Quedó acusado como coautor de dos hechos de robo calificado por uso de arma de fuego en poblado y en banda. A pedido de la defensa se postergó para el martes próximo el tratamiento de prisión preventiva.
¿"Sabés quién es ese"?, le preguntó el miércoles al pasar un encumbrado jefe policial a La Capital mientras un suboficial de Policía de Investigaciones (PDI) llevaba de un brazo a un hombre robusto, de mediana estatura, dentro del predio que esa fuerza tiene en el ex Batallón 121 (Ayacucho y Gutiérrez).
"Es el Tortuga V. tiene de todo este, un pesado. Lo detuvo Gendarmería en la casa por los robos en Funes Hills", confirmó el policía. En medio del trajinar del personal por los 11 apresadas en barrio Ludueña, la de Brian pasó casi desapercibido. Pero no para el fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio, Nicolás Foppiani, que lo venía investigando como sospechoso de esos delitos.
Con ametralladora. Por eso el viernes se concretó en los Tribunales provinciales una audiencia donde el fiscal le achacó integrar una banda junto a otras tres personas —ya detenidas— que el 24 de julio de 2015 entre las 2 y las 3 de la mañana ingresaron con una ametralladora y armas de puño al country ubicado en Fuerza Aérea 2330 de Funes.
Según expuso Foppiani ante el juez Héctor Núñez Cartelle, Tortuga y el resto de la gavilla irrumpieron en el predio al vulnerar un alambrado perimetral. Luego arremetieron contra una vivienda ubicada en el lote 218, donde dormían un matrimonio y dos pequeños hijos.
Con extrema violencia a punta de pistola, de metralleta y bajo amenazas de muerte, los maleantes se apoderaron de celulares, relojes de alta gama, anillos de platino y una caja con joyas, entre otros objetos, lo que en total fue valuado en unos 200.000 pesos.
Desde allí los maleantes hicieron pocos pasos al lote 224, donde también sorprendieron a Fernando y a su familia mientras dormían. De allí se llevaron objetos de valor, teléfonos, 3.000 pesos, y 3.000 dólares.
En fuga. El grupo escapó en una auto Volkswagen Bora color gris que después se constataría que era propiedad de Brian. El camino que tomaron fue monitoreado y quedo registrado en el GPS de uno de los celulares que habían robado, según expuso el fiscal.
En referencia a ello mencionó que se constató que se trataba de ese vehículo al revisar la grabación de la cámara de seguridad apostada en la rotonda del aeropuerto Islas Malvinas, en cuyas imágenes quedó grabado su paso.
Parte de la banda fue desbarata a las pocas horas de hecho, cuando la PDI realizó un procedimiento en un departamento de Jujuy y Moreno, en macrocentro de Rosario. Allí se detuvo a Jeremías Paulazzo, Ricardo Romero, de 41 años, y Germán Bustos, de 39 años, estos últimos oriundos de la provincia de Córdoba.
Esas personas fueron imputadas y quedaron en prisión preventiva a la espera del juicio. El 16 de marzo pasado, se renovó en una audiencia la situación cautelar.
Evidencia. Para argumentar la acusación, Foppiani desplegó su evidencia contra Brian, que contó con la defensa de la abogada Marta Macat. Remarcó que en las escuchas se confirmó junto a P. organizaron el alojamiento de los culeados, como llamaban a los dos cordobeses R. y B. que llegaron a la ciudad para acoplarse a la banda.
Para la fiscalía "está acreditado que una de las líneas celulares utilizadas por Brian registra impactos de comunicaciones con P. en las antenas del área de cobertura del country mientras se cometía el robo, pero que también participó "de propia mano" en el asalto.
Cuestión de códigos. Luego del robo se detectaron conversaciones en las cuales los compinches le recriminaban a Brian haberse quedado con parte del botín, y de haberlos dejado "tirados" en la cárcel sin apoyo económico ni personal.
Y como él se sentía en falta, intentó reivindicarse y prometió visitar a uno de ellos en la cárcel de Coronda, donde estaba alojado. Pero todo ese acuerdo también registrado, incluso cuando le pasó el DNI, nombre y apellido a su amigo para que el servicio penitenciario autorice el ingreso.
En más de 870 CDs con grabaciones, los interlocutores nombra a "Brian" o "El Gordo", y aportan elementos que permiten identificarlo. Como una referencia a una hermana, o menciones a un costoso cupé Peugeot RCZ (valuado en 480.000 pesos) en el que efectivamente se movía, y ya fue secuestrado por Gendarmería.
Para el fiscal quedó demostrada la participación de Tortuga en los hechos, por lo cual solicitó que el juez Héctor Núñez Cartelle lo acuse como coautor de robo calificado por el uso de arma de fuego, no hallada, agravado por ser cometido en poblado y en banda, dos hechos en concurso real.
En ese momento el funcionario entregó la palabra a la abogada Macat, quien solicitó postergar audiencia para tratar el pedido de prisión preventiva porque había tenido tiempo para leer las actuaciones.
Luego Foppiani desplegó los requisitos para sostener el pedido la medida cautelar, como la gravedad de la pena en expectativa y el peligro de fuga. El magistrado hizo lugar a la acusación fiscal, pero con acuerdo de las partes decidió posponer el tratamiento de la prisión preventiva para pasado mañana a las 14.