Anthony Fauci, médico especialista en infectología y una de las voces más prestigiosas en Estados Unidos en la lucha contra el coronavirus, exigió ayer que todos los Estados del país decreten la cuarentena estricta. Esta medida solo rige, y en diversos grados, en más de 30 de los 50 Estados de la Unión. Fauci es el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y como miembro del grupo de trabajo de la Casa Blanca sobre la pandemia se ha vuelto una figura conocida, dado que aparece en las ruedas de prensa junto al presidente Donald Trump. Este ha virado de posición sobre la pandemia, y adoptó en los últimos días el enfoque riguroso de sus expertos, alejándose de su actitud inicial de escepticismo sobre la enfermedad. Pero aún se resiste a decretar una cuarentena nacional como exigió Fauci.
EEUU es el país con más casos del mundo, eran ayer 270.473, y 6.856 muertos. Entre el miércoles y el jueves se registraron 1.169 fallecidos, lo que marcó un récord de decesos por coronavirus en 24 horas, de acuerdo con los datos de la Universidad Johns Hopkins. Esta señalaba ayer en su mapa interactivo que a nivel mundial la pandemia había sumado 1.088.878 casos.
En EEUU, la reacción a la epidemia es un mosaico de órdenes de cuarentena estatales de diverso tipo y grado. En algunos Estados, los menos afectados por ahora, ni siquiera se han impuesto. Una treintena de los 50 Estados del país, que representan al 80 por ciento de la población, han impuesto la orden a sus habitantes de quedarse en casa, pero en diferentes grados. La mayoría imponen que solo vayan a trabajar quienes lo hacen en servicios esenciales, aunque en la mayoría de los casos se permite salir a pasear o a hacer ejercicio si se mantiene la distancia de seguridad.
Mientras, desde Nueva York, epicentro nacional de la Covid-19, el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, reclamó un programa federal de reclutamiento de personal sanitario para hacer frente al pico de la enfermedad tanto en la metrópolis como en otros lugares golpeados por el virus. Pese al avance de la enfermedad y a que la Casa Blanca dijo que espera por lo menos 100.000 muertos, Trump se resiste a decretar una cuarentena nacional, lo que le valió numerosas críticas.
En una ácida carta al líder la mayoría republicana en la Cámara alta, el senador por Nueva York Chuck Schumer, el presidente volvió a defender su gestión de la crisis y los esfuerzos de su gobierno por comprar y acelerar la distribución de material de protección y respiradores a todo el territorio nacional.
"El gobierno federal es simplemente un respaldo para los gobiernos estatales. Desafortunadamente, su Estado necesitaba mucho más respaldo que la mayoría de los demás", escribió Trump al neoyorquino Schumer en su misiva, en la que afirmó que los Estados deberían haber hecho más para almacenar suministros médicos.
El mandatario manifestó nuevamente que la paralización de la economía con una cuarentena nacional podría ser más perjudicial que el impacto del virus en la salud pública. El verdadero auge del empleo en los años de Trump se ha visto bruscamente interrumpido por el coronavirus. Se han perdido al menos 701.000 puestos debido a la caída de la actividad económica provocada por el brote, lo que ha disparado el desempleo a 4,4 por ciento, el peor índice desde la crisis financiera de 2008, según datos oficiales. Ese nivel de desempleo, sin embargo, sigue siendo muy bajo.