Yanina Martínez es sinónimo de una sana costumbre, la de poner a la bandera argentina en lo alto. A tal punto que ya ni es exagerado decir que cada vez que sale a la pista una expectativa enorme se erige ante ello. Salvo imponderables, que nunca faltan en el mundo del deporte, Yani está. Y cumple. Así es como la atleta paralímpica rosarina consiguió ayer el logro más trascendental del año por la magnitud de la cuestión. En el Mundial de Dubai se colgó la medalla de bronce en los 200 metros de T36 (parálisis cerebral) y con ello sacó pasaje a los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. Japón ya es el faro que desvela a Yani, a su entrenador Martín Arroyo, a la selección argentina y a su familia. Con la clasificación asegurada al menos en una prueba, la rosarina intentará repetir aquel logro histórico e inolvidable de los Juegos de Río 2016, cuando se colgó la medalla de oro en 100 metros. La de ayer fue la 5º presea en mundiales: “Lo de Yani es grandísimo”, definió el entrenador.
Yani llegó a su quinto Mundial con toda la ilusión de asegurar ya mismo un lugar en Tokio 2020. Si no lo conseguía ayer tenía más chances por delante, incluso la posibilidad de clasificar por ránking. Pero cuanto antes mejor, más claro el panorama para planificar. Sin embargo, su entrenador Martín Arroyo, quien viajó como uno de los conductores de la selección argentina, había advertido que la competencia iba a ser durísima, que a nivel internacional la categoría de Yanina tiene cada día competidoras más fuertes. De hecho ello quedó evidenciado en las semifinales, al ver la diferencia física de sus oponentes y en la cual, pese a todo, la rosarina no se dejó amedrentar y “corrió impresionante”.
La tranquilidad de saber que un podio ya sellaba el pasaporte a Japón fue el plus. Entonces, Yani nunca se desesperó y llegó calma en el tercer lugar, con un tiempo de 30,31 segundos. La prueba la ganó la china Yiting Shi (28,21) y la neocelandesa Danielle Aitchison fue de plata (29,86). Cuando las cámaras del Comité Paralímpico tomaron a Yani, allí estaba la rosarina haciendo el típico corazón juntando las manos y los dedos. Una muestra de lo que ella también es: una atleta sencilla y afectuosa que hace un sacrificio enorme en todo, desde ir a entrenar hasta mantenerse en la élite. Pese incluso a las adversidades de los últimos años, como una pérdida momentánea de la beca por discapacidad, ahí está, firme y cumpliendo. Encima agradece.
“Obviamente que estamos muy contentos, sobre todo por cómo habíamos arrancado este Mundial y el dolor de lo que pasó con Brian (Impellizzeri, quien no pudo competir por una omisión de inscripción, ver aparte), que sigue, pero esto le dio un poquito de condimento. Ya en la mañana (de Dubai) meternos en el Mundial de lleno y tener el roce y el ambiente de los entrenamientos hizo que Yani tenga una gran competencia en la clasificación que desde hacía mucho tiempo no teníamos, casi dos años”, contó Arroyo desde Dubai, tras la cena compartida con los atletas. Y contó respecto a la estrategia: “Sabiendo que la china prácticamente es inalcanzable, la idea fue seguir de cerca a la neocelandesa y la pasó en la curva. Se pudo llegar mejorando la marca, con una muy buena, menor a la del Parapanamericano de Toronto 2015 y estamos muy contentos”.
Para Martín, que no distingue preferencias entre sus atletas, “esto sirve mucho para Yani y también para Brian, porque los dos se encuentran entre los mejores del mundo. Para Yani ya es estar en Tokio, legalmente, eso nos da cierta tranquilidad. Por el lado de Brian también la tengo, pero esto suma. Así que hay que a seguir trabajando, que quedan los 100 metros de ambos. Ojalá las cosas sigan saliendo bien, para que los chicos tengan la oportunidad de demostrarlo”.
Hace tres años, Yanina obtuvo la medalla de oro de los Juegos de Río de Janeiro, lo cual le valió no sólo todas las tapas de los diarios sino también un reconocimiento lindo y duradero. Entonces, la rosarina hizo historia al darle a Argentina una medalla dorada en paralimpismo tras 20 años. Si bien alcanzó la gloria en los 100 metros, haber clasificado a Tokio en 200 es la misma sensación, la que otorga la gratificación de tener la posibilidad de ir a defender un poco de aquello. Este martes clasificará en los 100 y, si se mete en la final, volverá a competir el miércoles.
Consultado sobre cómo impactan estas cosas en la atleta y en cuánto Yani puede dimensionar lo que va cosechando en su formidable carrera, al otro lado del teléfono Arroyo remarcó: “Cada vez que nos toca ir a un Mundial, a un Parapanamericano, cada vez que salimos de gira, nos hace muy bien. Yo la veo a Yani, me pongo al lado de ella y noto cómo gente de los países anfitriones o competidores, entrenadores, gente del transporte conoce a las disciplina y conoce a los chicos, les piden fotos... Cuando Yani viene a un Mundial es reconocida, todos la anuncian como la medallista dorada de Río y la verdad es que creo que ahí toma dimensión”. Y agregó: “El respeto fuera de Argentina es muy grande, vienen a ver los entrenamientos... Yani hoy participó del 5º Mundial y sacó la 5º medalla. Lo de Yani es grandísimo”.
La campeona paralímpica sigue en lo alto, sigue corriendo a la velocidad del viento. Y esta vez, corrió hasta Tokio.
Por delante, los 100 metros y la aparición de Impellizzeri
Yani Martínez cumplió el primer objetivo en Dubai, pero le queda otro por delante, el de su prueba estrella, los 100 metros en T36, la prueba en la que tocó el cielo con las manos en Río 2016. La asumirá en la madrugada argentina del martes. Si se mete en la definición volverá a saltar a la pista sobre el mediodía del miércoles.
Junto a Yanina, en la delegación nacional, también está el rosarino Brian Impellizzeri (T37), quien fue protagonista de algo insólito: se olvidaron de inscribirlo (la responsabilidad sería del Copar) y no pudo competir. Sin embargo, aparecerá mañana en la clasificación de los 100 metros (final al mediodía) y este martes, al igual que Yani, en la de 200 (final el miércoles). También tiene chances de Tokio.